La actividad industrial creció en noviembre 0,4% respecto a igual mes del año pasado, según el sondeo del Centro de Estudios Económicos Orlando Ferreres, con lo cual mostró una leve recuperación, luego de la caída registrada en octubre.
Asimismo, la actividad fabril también evidenció en noviembre un repunte de 1,7% en la serie desestacionalizada con respecto a octubre.
De esta manera, la producción manufacturera acumuló en los primeros once meses del año una contracción de 8,6% interanual.
“Después del retroceso que se produjo durante octubre, la industria volvió a mostrar en noviembre un ritmo de recuperación consistente con el registrado durante los meses del tercer trimestre del año”, destacó la consultora.
El informe sostuvo que durante noviembre la industria estuvo impulsada principalmente por el sector automotor que registró un avance de 20,2% interanual.
“Aunque aún no está mostrando buenas cifras en lo que refiere a las exportaciones, desde el sector esperan que el comienzo de producción de nuevas versiones y modelos de vehículos en la mayoría de las fábricas logre apuntalar la recuperación de los envíos al exterior”, señaló.
Industria: la actividad cayó un 4,1% en octubre, según la UIA
También registraron aumentos significativos en la comparación interanual los rubros Minerales no metálicos (+12,7% interanual)motorizada principalmente por el avance de 15,1% en la elaboración de cemento portland; Metales básicos (+5,8%); y la elaboración de Alimentos, bebidas y tabaco (+3,1%).
En el caso de Alimentos, el análisis remarcó que “a diferencia de octubre, cuando anotara una brusca caída, la producción de aceites mostró un crecimiento de 2,0%, al tiempo que la faena bovina observó un aumento de 3,1% anual, determinando así el mejor resultado del sector desde febrero”.
En cuanto a las perspectivas para los próximos meses, la consultora prevé “cierto amesetamiento en los niveles de producción, relacionados a los limitantes macroeconómicos, a la fragilidad financiera, y a los bajos niveles de consumo”.
Por otra parte, el informe planteó que “una buena evolución de la situación sanitaria podría tener efectos positivos secundarios en los niveles confianza de la población y en las decisiones de inversión de los agentes”.
De todos modos, consideró que “este potencial impulso deberá ser sostenido por bases económicas más firmes que las actuales.