El presidente electo, Alberto Fernández, heredará un stock de reservas netas del Banco Central de entre US$ 8 mil millones y US$ 10 mil millones, lo que daría oxígeno hasta el primer trimestre de 2020 para afrontar el pago de vencimientos de deuda en dólares, según cálculos de analistas. Por eso exhortan a lograr una “rápida” renegociación de la deuda porque el calendario de vencimientos meterá mayor presión a partir de abril.
De hecho, Martín Guzmán, el economista argentino profesor de la Universidad de Columbia, Nueva York, considerado un discípulo del premio Nobel en Economía Joseph Stiglitz, enfatizó esta semana en un encuentro organizado por la ONU en Ginebra que hay que evitar un nuevo default, y que el plazo máximo en que el debería concluir la reestructuración es marzo. Su opinión cobra relevancia porque Guzmán es consultado por algunos asesores económicos de Fernández.
“Entre las PASO y las elecciones presidenciales del 27 de octubre, el BCRA perdió reservas por US$ 22.800 millones” indicó un informe de Quantum. La sangría fue por salida de depósitos en dólares, ventas del BCRA en el mercado cambiario para contener el dólar y pagos de la deuda.
Con el debut del cepo recargado el 28 de octubre, que redujo significativamente el drenaje de reservas para atesoramiento, y en un contexto de mayor oferta de divisas por la aceleración de la liquidación de exportaciones del campo por temor a una suba de retenciones, el BCRA aprovechó para comprar dólares. Desde esa fecha hasta ayer la entidad monetaria adquirió US$ 2.048 millones.
Matías Rajnerman, de Ecolatina, evaluó que “es una buena decisión porque ayuda a fortalecer las reservas netas y sostener el tipo de cambio real relativamente competitivo”. El stock de reservas brutas ayer quedó en US$ 43.582 millones. Guido Lorenzo, de LCG, afirmó que “el BCRA tiene espacio para seguir comprando lo que sea el excedente comercial”, por lo que calculó que el stock de reservas brutas que recibirá Fernández podría acercarse a US$ 45 mil millones, y las netas a US$ 8 mil millones. Recordó que antes del cepo recargado el riesgo era “reservas netas en cero a fin de año”. El economista detalló que “hay vencimientos de deuda en dólares hasta abril por US$ 8 mil millones, por lo que las netas alcanzarían hasta el primer cuatrimestre”. Fernando Baer, de Quatum, prevé “entre 8 mil y 10 mil millones” y consideró que “podés tirar hasta marzo”, por lo cual “hay que trabajar con la mayor celeridad posible para despejar el horizonte, porque cualquier minuto que pasa sin renegociar la deuda es plata que costará en reservas”.
En ese marco, Baer alegó que “en el primer cuatrimestre debería estar este tema encarrilado” porque “en abril hay vencimientos por US$ 1.200 millones, y mayo ya es crítico porque vencen US$ 2.100 millones. Mauro Mazza, de Bull Market Brokers, señaló que “el riesgo de más retenciones aceleró la venta de la cosecha vieja, y hasta la primera semana de diciembre se espera al menos una liquidación de US$ 830 millones, que probablemente el BCRA comprará en su totalidad”, por lo que proyectó que el stock que heredará Fernández estará en alrededor de US$ 10 mil y coincidió en que “alcanza hasta marzo”.
Endurecimiento. Ante este panorama, los analistas coincidieron también en que cuando asuma Fernández no hay margen para relajar el cepo que actualmente contempla un tope de US$ 200 mensuales para atesoramiento de las personas físicas, y vislumbran que puede endurecerse. Baer juzgó que “lo más probable es que se mantenga o incluso se profundice, volviendo a un esquema similar al de 2015 con un recargo adicional para los gastos con tarjeta en el exterior”. Para el analista, “2020 es un año que vamos a convivir con restricciones cambiarias, y eso será hasta que avance algún acuerdo con acreedores y con el FMI que permita ir levantándolo gradualmente”.
Antes del límite de USD 200, se preveía que las reservas netas iban a quedar en cero
Lorenzo auguró también “un impuesto al dólar turismo”. Rajnerman juzgó “imposible levantar el cepo el 10 de diciembre; casi seguro en 2020 tampoco se podrá relajar porque el país tiene escasez de divisas muy fuerte, hay muchos pagos de deuda y hay una generación de dólares limitada porque la capacidad de expandir las exportaciones son pocas. Creo que el cepo se puede endurecer con algunas importaciones no esenciales o restringir aún más el límite de US$ 200 dólares”.
El dólar, a $ 62,90 y el riesgo país, en 2.250 puntos
En la última rueda de la semana, el dólar blue se despabiló. Trepó $ 1,75 y terminó en $ 68,50, el valor más alto del mes. La brecha con el oficial alcanzó a 8,9%, frente al 6% de la jornada previa. En el balance semanal también se encareció $ 1,75. En contraste, el dólar oficial mantuvo la calma, y cerró para la venta minorista en $ 62,90, según el promedio del BCRA, o sea una baja diaria de 1 centavo, y una merma semanal de 2 centavos. Por su parte, el CCL concluyó estable en $ 75,02, y el spread llega al 25,5%.
En el segmento mayorista, la divisa finalizó en $59,77, una caída diaria de 3 centavos, “en un día de mucho ofrecimiento de los exportadores, que estuvieron negociando más que los días anteriores, ya sea por vencimiento de sus ingresos o necesidad de pesos para cancelaciones de descubiertos, por ser un fin de semana”, señaló Fernando Izzo, de ABC. El operador destacó que “el volumen negociado hoy subió un 78% respecto de ayer y que no se registraba desde 10 días atrás, llegando a un total operado de 386 millones de dólares. Según fuentes del mercado, el BCRA adquirió ayer divisas por US$ 140 millones y en la semana compró por US$ 385 millones.
Por su parte, la Bolsa porteña ayer repuntó 1%, impulsada por las acciones de las empresas energéticas Transener, Edenor e YPF. En la semana, acumuló un alza de 5,4%.
El riesgo país se ubicó en 2.250 puntos, frente a los 2.500 puntos que tocó la semana anterior. Ariel Guzmán, de Rava Bursátil, indicó que “los bonos locales, tanto en pesos como en dólares, operaron mixtos, con una mejora en los de corto plazo donde AO20 subió un 1,29%”. Christian Buteler evaluó que “los mercados se mueven al ritmo de la incertidumbre”.