ECONOMIA
Hay 1,4 millones en argentina

Las trabajadoras de casas particulares son las peor remuneradas del país

En la pandemia, las mujeres empleadas en tareas de cuidado sufrieron dificultad para cobrar los salarios, jornadas laborales más extensas, discriminación por el covid-19.

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Estadísticas. Dos de cada diez mujeres empleadas en Argentina son trabajadoras domésticas. | cedoc

Con las tareas de cuidado en el centro de la escena desde hace un año –y los debates que se han comenzado a dar alrededor de ellas, remuneradas o no–, las trabajadoras de casas particulares han resultado una de las actividades más castigadas por la crisis desatada por la pandemia.

Ayer fue, en la Argentina, el Día del Personal de Casas Particulares. Por eso, el Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA) puso en contexto distintos datos oficiales que revelan la realidad en la que se desempeñan: en Argentina hay cerca de 1,4 millones de trabajadoras domésticas –99,3%, mujeres– y representan el 17,4% de las mujeres ocupadas. Dos de cada diez mujeres ocupadas son trabajadoras domésticas. Solo el 9,1% son migrantes.

El 44% son jefas de hogar y el 87% tienen a cargo hijos/as menores de 18 años. Esta situación refleja la doble carga de cuidado que enfrentan las trabajadoras domésticas, que combinan las tareas del cuidado remuneradas que realizan fuera del hogar con el cuidado no remunerado. Y sus ingresos son más bajos que el promedio de la población asalariada, lo que las posiciona como las trabajadoras más pobres de toda la economía.

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Desde 2013, Argentina cuenta con la Ley 26.844 de Régimen Especial de Contrato de Trabajo para el Personal de Casas Particulares, que regula los derechos laborales de todas las trabajadoras domésticas e igualó derechos como las licencias por maternidad, enfermedad, vacaciones y la indemnización por despido. Sin embargo, el 76,8% trabaja en condiciones de informalidad lo que representa aproximadamente un millón de trabajadoras, según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) de 2020.

La pandemia expuso a las trabajadoras de casas particulares a una pérdida del empleo y de sus ingresos, lo que representó una caída del PBI de 15,5% con respecto al mismo período del año anterior. Además, se sumaron dificultades para el cobro de los salarios, jornadas laborales más extensas y con mayor carga de trabajo, falta de descanso semanal, déficit en la seguridad y salud laboral, exposición a la discriminación (por la desconfianza de su entorno familiar y las prácticas de cuidado por el covid-19) y a sufrir o presenciar situaciones de violencia.

“El trabajo doméstico y de cuidados es sustantivo para el desarrollo y sostenimiento de los hogares. La escasa valoración social y económica que tienen el trabajo de los cuidados en general, refleja las carencias en términos de remuneración y reconocimiento de derechos laborales que tiene el sector”, determina Gisela Dohm, integrante del área de Políticas de ELA.

La OIT y la ONG
Impacto Digital impulsan
una campaña de concientización

Campaña. En Argentina, la OIT, la ONG Impacto Digital y distintos sindicatos están llevando adelante una campaña denominada Es trabajo, no es ayuda, para “visibilizar la importancia del trabajo doméstico y fortalecer el diálogo entre las trabajadoras y sus empleadores, mediante información sobre sus derechos y obligaciones en el contexto de la pandemia”, dicen.

De acuerdo con el informe de la OIT “La covid-19 y el trabajo doméstico en Argentina”, las trabajadoras domésticas cumplen un rol sumamente importante para la población: proveen tareas de cuidado de hogares y personas. Sin embargo, son uno de los sectores más afectados por la crisis económica y sanitaria.

“Al recordar que el trabajo doméstico no es una ayuda, sino un trabajo, sostenemos la afirmación de que a las trabajadoras domésticas les corresponden los mismos derechos laborales que a las y los demás trabajadores. Tanto ellas como los empleadores tienen derechos y obligaciones, que deben cumplirse”, sostiene Elva López Mourelo, especialista de la OIT a cargo del área de mercados de trabajo inclusivos.

Para López Mourelo, “la campaña forma parte de los esfuerzos de la OIT y de los sindicatos del sector para promover derechos laborales, fomentar oportunidades de trabajo decente, mejorar la protección social y fortalecer el diálogo al abordar los temas relacionados con el trabajo para brindar una respuesta integral a trabajadoras y empleadores”.

Una guía online para reforzar derechos

C.F.E.

La página web www.estrabajonoesayuda.org, creada en el marco de la campaña, ofrece contenidos informativos sobre los temas más consultados: grupos de riesgo, elementos de protección, ART y cobertura; normativa vigente, cambio de categoría, ajustes salariales y reclamos; despidos, condiciones de trabajo, trabajo registrado y derechos. Además, se realizaron dos videos, uno dirigido a las trabajadoras y otro dirigido a los empleadores (disponibles tanto en la web como en la plataforma YouTube) donde se transmite esta información “con rigurosidad y precisión, pero de un modo accesible”, dicen sus responsables.