Si se malacostumbró en los últimos tiempos a las cervezas belgas, whiskies escoceses, el diseño italiano, los cosméticos franceses, al café colombiano o el chocolate suizo, será mejor que se aprovisione de estos productos importados antes que el Gobierno restrinja su ingreso al país. Con las importaciones, que crecieron el doble de rápido que las exportaciones en 2010, el Gobierno intensificó el control en mercados de consumo para intentar frenar la reducción del superávit comercial, uno de los pilares del modelo K.
Como nunca, el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, está siguiendo la máxima del ex presidente Néstor Kirchner, según la cual “si sale más que lo que entra, entonces estamos en problemas”; y en coordinación con el Ministerio de Industria, que conduce Débora Giorgi, está sentando a “negociar” a los que más importan para que reduzcan el déficit de cada sector. Medicamentos, indumentaria, valijas y cosméticos, entre otros, serían los próximos objetivos.