Desde Wuhan, China
Mientras el Gobierno revisa dónde ajustar para cumplir con las exigencias del FMI, en China esperan que la tijera no pase por el río Santa Cruz. Allí ya empezó la construcción de dos represas hidroeléctricas a un costo de US$ 4.300 millones, un megaproyecto financiado totalmente por capitales chinos que es uno de los pilares del paquete de obra pública. “No recibimos ninguna notificación del gobierno argentino a través de canales oficiales sobre una suspensión de las obras”, afirmaron a PERFIL desde China Gezhouba Group, la empresa china a cargo del proyecto. “Los trabajos en Santa Cruz están avanzando con normalidad, así que seguiremos adelante”.
El acuerdo con el FMI le impone al Gobierno la obligación de reducir el déficit fiscal. En las últimas semanas se conoció la suspensión o postergación de proyectos como dos centrales atómicas con financiamiento chino o el complejo hidroeléctrico de Chihuido, con financiamiento alemán. “Pero esas obras no habían empezado, en cambio nuestras represas ya están en marcha”, le dijo a este diario Liu Chen, subdirector del Departamento Internacional y responsable para América Latina de Gezhouba, durante un encuentro con periodistas en la sede de la compañía en Wuhan, en la provincia china de Hubei. “No hay razones para pensar en una suspensión o postergación”. Según Liu, Gezhouba confía en que el gobierno de Mauricio Macri cumplirá con un contrato que tiene “un importante significado político y efectos económicos muy positivos para la Argentina”.
On the record, el gobierno argentino busca transmitir calma. “Esta obra ya está aprobada, presupuestada y financiada”, aseguró el embajador en Beijing, Diego Guelar. “Las represas, la planta de energía nuclear que se comenzará en 2022 y la renovación del material ferroviario son tres grandes proyectos de inversión china que no se discontinuarán ni demorarán. El ajuste solo aplica a obras nuevas o a las que aún no se iniciaron por falta de financiamiento”.
Los chinos prefieren no comentar los trascendidos de que las represas Cóndor Cliff (ex Néstor Kirchner) y La Barrancosa (ex Jorge Cepernic) formarían parte de los planes oficiales de “reevaluación” de la obra pública. En los últimos días, su construcción habría entrado en revisión dentro del Gobierno, según publicó La Nación sobre la base de fuentes vinculadas al proyecto.
No es la primera vez que las dos represas le traen dolores de cabeza a Macri. Apenas asumió, el Presidente estuvo a punto de dar de baja ese contrato heredado y con sello del kirchnerismo: una obra multimillonaria en Santa Cruz y de la mano de Electroingeniería, una de las socias locales de Gezhouba en el proyecto. Pero la ex canciller Susana Malcorra lo convenció de que no era buena idea incumplirle al gobierno chino, que controla Gezhouba y pone el dinero.
Se optó por exigirle al consorcio constructor una revisión de ciertas cláusulas y una evaluación del impacto ambiental. Entre otras cosas, se cambiaron los nombres de las represas por los que iban a tener antes de CFK. Al final hubo acuerdo y, a mediados de 2017, el macrismo dio el visto bueno a las obras. Con más de dos años de retraso, los trabajos comenzaron en marzo pasado.
El plan es ambicioso. Cuando las obras concluyan, dentro de un plazo estimado de seis años, las represas tendrán una potencia instalada equivalente al 5% del consumo eléctrico nacional. Gezhouba dice que podrán satisfacer la demanda diaria de 1,5 millones de personas y que permitirán un ahorro anual de US$ 1.200 millones en importaciones energéticas. Ya hay 1.400 empleados trabajando en las obras y se espera que la cifra llegue a 6 mil.
Suspender el proyecto no sería gratuito para el Gobierno, y no solo en términos de la relación política con China. El contrato incluye una cláusula de cross default que implica que, si se caen las represas hidroeléctricas, sucede lo mismo con las inversiones para la renovación del ferrocarril Belgrano Cargas, para la que el gobierno de Xi Jinping concedió crédito por más de US$ 4 mil millones. Además, se dañaría el vínculo con una gigante internacional del rubro como Gezhouba, que actualmente está compitiendo, por ejemplo, en la licitación para ampliar Yacyretá.