La Presidenta Cristina Fernández de Kirchner ordenó al ministro de Economía, Axel Kicillof, importar tomates brasileños para equilibrar la oferta y el precio ante la escasez en Argentina. En Brasil, están sorprendidos.
Es que ese producto estacional, que según dijo hoy el jefe de gabinete argentino Jorge Capitanich está sufriendo por el clima, en Brasil es considerado un "villano de la inflación".
En Río de Janeiro, por ejemplo, el precio del tomate sufrió en julio de 2013 un aumento sideral del 94 por ciento, según informa hoy el sitio de Globo. Y en diciembre, en Campo Grande, capital del estado de Mato Grosso do Sul, el producto tuvo un alza del 26 por ciento y fue uno de los factores fundamentales de la alta inflación en esa región.
En abril, el precio del tomate fue uno de los temas del momento en la opinión pública de Brasil. La revista Veja le dedicó incluso una tapa y destacó que costaba más caro que en Estados Unidos y Europa.
En el índice de precios de Brasil, a fines de año el tomate se posicionaba como uno de los alimentos que más afecto a la inflación brasileña, señaló Globo.