Los negocios están casi literalmente paralizados por estas horas, se hable con el sector que sea. Hay dificultades para obtener insumos, en especial importados, otros problemas para acceder a las divisas y un gran denominador común: muchas expectativas por los detalles de la economía que comenzará el lunes, tras la asunción presidencial de Javier Milei mañana. Hasta el momento los gerentes generales, CEO’s y ejecutivos consultados por PERFIL conocen poco y nada de la letra chica económica.
Sin embargo, en el terreno de las expectativas, hay coincidencias sobre las bondades por venir y también en torno a las principales incertidumbres. Dos cuestiones troncales de la futura economía son claves: se terminarán los controles de precios y habrá, al menos, un intento de reordenamiento cambiario.
En el primer caso, tanto las alimenticias, como las energéticas, las compañías atadas a los servicios, las petroleras. Son, en definitiva, los sectores que vienen teniendo un techo para la suba de sus precios, facturación y giro de dividendos. Son además los sectores que muestran, mes a mes, cómo los precios no regulados vienen escalando por encima de los promedios de inflación mensual. Aquí radica el problema político enorme que deberá atender el próximo gobierno desde el minuto cero.
“Hay que evitar la puerta 12”, admitieron en el sector energético y petrolero, en el sentido que una apertura de la noche a la mañana de los precios podría representar un pico inflacionario desmedido en el comienzo mismo del flamante gobierno. Por otro lado, están quienes sostienen que como el consumo está por el piso, no hay mucho más margen para escalar. Con todo, diciembre nació caliente en materia inflacionaria y no solo tendrá dos dígitos, sino que sería el mes más elevado de todo el 2023.
En materia cambiaria, se espera con muchas expectativas los eventuales anuncios en torno al tipo de cambio comercial, si es que lo hubiera. Habrá que ver si estará en los 650 pesos deslizados por Guillermo Francos o no, durante cuánto tiempo estaría en ese escalón. En cualquier caso lo que se celebra es que, si bien continuará el cepo en principio, habrá un intento por achicar la oferta de tipos de cambio e ir levantando las restricciones al acceso de divisas.
La última semana de la gestión de Alberto Fernández, cerró con ruido en los mercados. El dólar blue concluyó, el jueves antes del feriado a 990 pesos, muy cerca nuevamente de la zona de los 1.000 pesos nuevamente y el oficial superó los 400 pesos, porque el BCRA, en su operación final en la era de Miguel Pesce lo “soltó” en un solo día tanto como nunca había hecho en los últimos cuatro años. Al menos, curioso.
Ahora, el rumbo de la autoridad monetaria estará en manos de Santiago Bausili, el bendecido por Milei para comandar el timón de la entidad quien, durante la campaña, propuso dinamitar. De paso, cabe destacar que el ahora extimonel del Central fue el único en la historia que ocupó un período completo en esa poltrona durante los cuatro años seguidos de un mandato presidencial.
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Lo que también genera optimismo en el sector privado es un eventual avance en los acuerdos del Mercosur-Unión Europea por las posibilidades que se abrirían hacia nuevos mercados e, incluso, por la profundización del propio bloque del sur, desteñido en los últimos años en materia comercial y económica, para las empresas de la región. Hubo un pronunciamiento de las cámaras empresariales del Mercosur apoyando el avance en las discusiones de la semana pasada. Sin embargo, en la Argentina, la CGT salió con un duro comunicado alertando sobre el impacto laboral.
“Desde la CGT queremos rechazar y alertar en relación al acuerdo entre la Unión Europea-Mercosur y las consecuencias que éste traería para los trabajadores y trabajadoras de nuestro país”, reza el comunicado. Ese documento enfatiza que atenta contra millones de empleados de diversos sectores y le reclama a las autoridades nacionales “no firmar dicho acuerdo”.
Entre los aspectos que generan menos luces en el ámbito privado (y depende del cristal que tenga ese sector) es el perfil extremadamente financiero del equipo económico que conducirá Luis “Toto” Caputo, exintegrante del gobierno de Mauricio Macri. La coronación, luego de una prolongada danza de nombres, de Bausilli al frente del BCRA, un hombre de estrecha confianza de Caputo, terminó de consolidar esa mirada.
Entre los bancos, celebran ese hecho y que la jugada final haya concluido así ya le valió un sobrenombre para el futuro titular del Palacio de Hacienda: a Caputo, en la city lo apodan Súper Toto. No es solo porque logró imponer a su alfil; sino porque creen que concentrarán en el primer tramo de gobierno de Milei mucho poder en sus manos.
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El propio futuro Presidente lo calificó como “el Messi de la finanzas” para explicar por qué lo eligió para desanudar todos los pasivos remunerados del BCRA antes de levantar el cepo y, eventualmente, transitar hacia una seudoconvertibilidad.
Desde algunos sectores productivos como Daniel Rosato (Industriales Pymes argentinos) o, incluso, algunas líneas internas de la propia UIA, que comanda Daniel Funes de Rioja, justamente creen que Milei avanzará en una política económica netamente financiera y no buscará una economía productiva. Va en sintonía con las declaraciones del propio presidente electo al asumir que advirtió que los empresarios podrán negociar libremente sin la intervención del Estado.
Otras fuentes cercanas al Hotel Libertador donde Milei construyó una verdadera sede de gobierno antes de asumir creen por el contrario, que será el rol de Francos ir en esa dirección y por eso consideran un alivio las designaciones de Daniel Tillard y su equipo al frente del Banco Nación, ya que es la entidad de mayor penetración en todo el país, en especial en las provincias. Viene de comandar el banco de Córdoba y, respaldado por el estratégico aliado de LLA, el gobernador Juan Schiare-tti.
Al menos en un comienzo podría apuntalar las cansadas espaldas financieras de las pymes, ya que de acuerdo con un cálculo de la UIA hay una deuda comercial en danza de los que el 12% pertenecen a pequeñas y medianas. En fin, luces y sombras de la economía que comenzará en un puñado de horas.
