Las condiciones financieras de la economía argentina empeoraron en abril por tercer mes consecutivo y alcanzaron el peor nivel desde julio de 2022, cuando renunció de forma intempestiva el exministro Martín Guzmán, causando una brutal turbulencia cambiaria.
El Índice de Condiciones Financieras (ICF), que mensualmente difunde el Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF), pasó de 111.7 a 130.6 en el cuarto mes del año exhibiendo indicadores cada vez más negativos.
La pérdida mensual no fue peor porque las condiciones financieras internacionales mejoraron: la cuestión local del índice “desbarrancó el mes pasado”, sostienen desde la entidad.
En ese sentido, el subíndice de condiciones locales se ubicó en 145.7 puntos, con una caída de más de 25 puntos respecto de los 120.2 de marzo.
Este es el peor registro del ICF local desde que comenzó la serie, en 2005; el piso anterior de octubre 2022 quedó 18 puntos más arriba, lo que exhibe el deterioro de los indicadores financieros en los últimos meses.
El componente local del ICF está negativo desde agosto de 2019 ininterrumpidamente y lleva 45 meses seguidos en zona de estrés, advirtió el IAEF.
En este caso, ocho de los diez componentes cayeron en abril mientras que sólo dos mejoraron en la comparación intermensual: las acciones y el riesgo de legislación local fueron las que consiguieron mejorar en un mes difícil.
Pero la variable que hizo desplomar el índice fue la depreciación esperada con una caída estrepitosa, mientras que el riesgo país fue la otra nota fuertemente negativa del mes, según la entidad que agrupa a los ejecutivos del rubro finanzas. La aceleración inflacionaria (producto del exceso de pesos y la inestabilidad cambiaria profundizada por la sequía) acelera la depreciación de la moneda local, mientras que la falta de confianza dispara el costo de financiamiento hasta cifras que no tienen comparación en la región.
Por su parte, el subíndice de condiciones externas pasó de 8.5 a 15 puntos y así quedó por cuarto mes consecutivo en territorio positivo, denominado “zona de confort”.
Seis de las diez variables que lo componen mejoraron su comportamiento en abril, mientras que cuatro de ellas cayeron: las acciones norteamericanas medidas por su volatilidad y las materias primas fueron las “estrellas” del mes, mientras que acciones y monedas emergentes también tuvieron un buen abril, de acuerdo con el informe.
Del lado negativo, una de las peores variables tiene que ver con los problemas de los bancos regionales en Estados Unidos.
En este marco, el IAEF advirtió que el ICF está en zona de estrés (negativo) ininterrumpidamente desde agosto de 2019, mes en el que las condiciones locales perdieron más de 63 puntos de golpe por el resultado de las elecciones primarias en Argentina.
