El Centro Cultural Kirchner (CCK) fue el centro del debate entre el ministro de Economía, Martín Guzmán, el ex ministro de Finanzas de Grecia, Yanis Varoufakis, y el ex ministro de Conocimiento y Talento Humano de Ecuador, Andrés Arauz, sobre cómo renegociar una deuda.
"Cómo salir de la trampa de la deuda eterna", se tituló la charla, que tuvo lugar este domingo 24 de octubre a partir de las 15.00, con la moderación de Luci Cavallero, de Ni Una Menos, y Mario Santucho, de Revista Crisis.
"Muchas veces hay quienes ponen a Grecia de ejemplo de lo que está bien, con un ajuste fiscal monetario y mostrar disciplina. La respuesta que les damos es, ¿en el medio qué pasa con la pobreza, con las oportunidades? Eso ha pasado muchas veces, y es lo que nuestro Gobierno planteó cuando asumimos: no asumir ese camino", señaló Guzmán.
“En abril de 2018 es cuando todo se dispara, cuando queda en evidencia que ese modelo económico no funcionaba, y la vulnerabilidad de ese modelo. Una absoluta irresponsabilidad, algo que nuestra fuerza política nunca haría”, sostuvo el ministro de Economía sobre el préstamo tomado con el FMI durante la gestión de Cambiemos.
En relación a la llamada “lluvia de inversiones” que vendrían de acuerdo a la expectativa del gobierno anterior, sostuvo: "La única lluvia que hubo fue de capitales especulativos".
"Con el FMI buscamos un acuerdo conveniente para la Argentina, con una carga sostenible"
En palabras de Guzmán, "acabar con la dependencia del Fondo Monetario Internacional es un acto de soberanía". Y aseguró además que el crédito asumido en 2018 "fue un préstamo político, absolutamente". "El Fondo no la va a reconocer, Estados Unidos tampoco. El FMI financió la campaña de Macri, ahora los argentinos están pagando la campaña de Macri", sentenció.
En la negociación con los acreedores, dijo, hay “un gran poder de lobby”. “Una negociación de deuda internacional es una negociación geopolítica: con los acreedores privados es una cosa, con el Fondo Monetario es otra”.
“Hoy la Argentina tiene superávit comercial. El Banco Central está acumulando reservas y las exportaciones vienen creciendo. Tenemos más resiliencia en el frente externo. ¿Cuál es el problema de la balanza de pagos? Es el Fondo Monetario Internacional. Lo que tenemos que lograr es que deje de ser una carga desestabilizante”, explicó el funcionario.
“Por eso estamos buscando un acuerdo sobre la base de nuestra programación económica. Es una negociación entre un estado nación y otros estados del mundo, que sale más fuerte cuando un estado está cohesionado. Buscamos un acuerdo conveniente para la Argentina, con una carga sostenible", detalló.
En ese sentido, expresó que "es tan grande el volumen de la deuda que va a llevar distintos pasos para lograr que sea sostenible”. “Lo peor es un acuerdo que socave las posibilidades del pueblo argentino, que además después no se puede cumplir y genera problemas, que es lo que pasó con Juntos por el Cambio. Eso dañó fuertemente a la credibilidad de la Argentina”, analizó.
"Todo proceso de endeudamiento y desendeudamiento es un proceso político. Lo que pasó con Juntos por el Cambio, el endeudamiento desde su perspectiva no fue un error. La decisión de privilegiar los pagos a los acreedores privados en dólares cuando en Argentina no había dólares no es un error, es una elección. Es elegir una alianza, porque podrían haber hecho lo mismo que hicimos nosotros, reestructurar la deuda", planteó Guzmán.
En el Frente de Todos, afirmó, "entendemos que la razón principal de la unidad es que estamos de un lado: gobernar para la gente. Nuestra alianza es con el pueblo argentino. No hay internas, estamos todos en la misma página".
Sobre la negociación con el organismo internacional de crédito, reiteró el reclamo por la suspensión de los sobrecargos, y aseguró que sí se puede decir que no en caso de que no se llegue a un acuerdo acorde a las posibilidades del país. "Lo peor de todo es un mal acuerdo, que en lugar de definirse sobre la base de una alianza con nuestro pueblo, que es el contrato social del Frente de Todos, vaya por el camino de que otros con intereres distintos busquen impulsar", dijo.
El dólar blue se recalienta y cierra en su máximo histórico
Varoufakis, hoy de 61 años, se definía en 2015 como “un marxista liberal, ministro de Economía de un país quebrado” y muchos lo consideraban el hombre que podía salvar a Grecia, agobiada por la crisis económica y la deuda externa.
“En mi experiencia, con el tema del Fondo Monetario Internacional, los bancos centrales saben lo que está pasando. Christine Lagarde, cuando fue directora del FMI, sabía claramente que su programa fue un fracaso. Países como Argentina, Ecuador o Grecia son ejemplos de cómo la oligarquía tiene enormes conflictos de intereses, invierten a través de sus offshores, tienen intereses en la deuda de nuestros países y luego lo que hacen es jugar en contra”, dijo Varoufakis.
En su exposición, consideró: "El aspecto político está arreglado en contra de los trabajadores y nuestros ciudadanos más débiles. El FMI va a exigir, como siempre, un superávit primario del gobierno, lo que significa que va a destruir las inversiones. Uno tiene que elegir una opción: chocar con el FMI o con la población. Elegimos chocar con el Fondo. Es una lucha necesaria, pero no es fácil".
En esa línea, el ex funcionario de Grecia expresó que "la reestructuración de deuda, cuando uno tiene una deuda insostenible, es una condición necesaria".
En relación a la gran deuda que asumió Argentina con el FMI en 2018, cuestionó duramente al expresidente Mauricio Macri: "El gobierno de Macri no creo que fuera estúpido, quizas si lo eran, pero no me gusta asumir eso de mis enemigos. Cambiar la deuda hacia una deuda en dólares y pagar a los fondos buitre, lo que hizo fue actuar a favor de las oligarquías, que tenían el objeto de que Argentina dependiera de los organismos internacionales", analizó
"Debemos aflojar esas cadenas, esas ataduras que nos mantienen unidos al sistema internacional", manifestó.
Quién es Yanis Varoufakis
Crecido en el seno de una familia roja, con su padre en encarcelado por comunista a fines de la década del 40, se había licenciado en la Universidad de Essex y luego fue profesor en Cambridge. Sin embargo, cuando Thatcher ganó su tercera elección en 1987 Varoufakis dejó Inglaterra y se fue a Sidney y comenzó a publicar unos textos académicos, hasta que en 2010, cuando el premier griego Georgios Papandreu rogó por el rescate a la Unión Europea y al FMI. Fue entonces que Varoufakis esbozara su “plan maestro” para salir de la crisis, así sus posteos se convirtieron en proposición para resolver la crisis europea y el libro que escribió junto a James Galbraith y Stuart Holland fue un éxito.
Proponía que la Unión Europea absorbiera la deuda de los países periféricos y sostenía que la crisis griega no se debía al gasto exagerado, sino a contraer una deuda ilegítima y luego las políticas de ajuste que seguían a la contracción de esa deuda.
Esa visión hizo que el presidente Alexis Tsipras, líder de Izquierda Radical (Syriza), lo convocara como ministro en enero de 2015, pero en Europa le tenían escasa simpatía: Merkel lo calificaba de populista y otros de demagogo. La propia Christine Lagarde, entonces titular del FMI, lo saludó diciéndole “Hola, te debe encantar este momento. La jefa de los criminales dándole la mano al otro bando”.
Meses antes había dicho que Grecia debía dejar de imitar a Sísifo, es decir cargar la pesada piedra de la austeridad subiendo la misma montaña todos los días.
Cuando en ese mismo 2015 triunfó el "No" en el referéndum sobre la propuesta de los acreedores griegos, Varoufakis presentó su renuncia.
Dijo entonces que era su deber "ayudar al presidente Tsipras a aprovechar la decisión que el pueblo griego había votado en el referendum “y como algunos miembros del Eurogrupo y sus desean mi 'ausencia' en las reuniones, presento mi dimisión al cargo de ministro de Finanzas”, señaló. “Me llevo con orgullo el odio que me profesan los acreedores”, dijo al irse.
ED/AG