—Esta semana aclaraste que las versiones que te daban como enfrentado con distintos sectores del área económica del Gobierno no se correspondían con la realidad. Pero supongo que en cualquier grupo colegiado tiene que haber cierto grado de disenso e intercambio de ideas. ¿Hay miradas diferentes sobre cómo tratar el tema del coronavirus en el Gobierno?
—Antes que nada, desmiento las versiones. Hay muchos tipos de periodismo, pero el periodismo que inventa es dañino. Se habló de reuniones que no existieron. Se mencionó autoría de proyectos de necesidad y urgencia, de reforma de la carta orgánica y un montón de cosas que nunca existieron. Uno lee crónicas donde dice que me peleé a los gritos con otros miembros del gobierno por nuestras posiciones con respecto a esto. Indudablemente tenemos puntos de vista muchas veces distintos. Pero, la suerte es que esos puntos de vista distintos se pueden resolver internamente y no trascienden. Logramos consenso mucho antes de que esto pueda convertirse en un problema. Esto sucede con todo y especialmente a partir de la crisis provocada por la pandemia. Ocurría antes y con mayor razón ocurre ahora. Podemos tener diferencias de enfoque, pero nos hemos encaminado en un sentido que apoyamos entre todos y buscamos soluciones de forma consensuada.
—¿Se podría decir que vos seguís interpretando que es necesario el cuidado fiscal a pesar de la profundización de la crisis y que el ministro Matías Kulfas encararía una línea más keynesiana?
—No. De ninguna manera. Hay consenso en que el gasto que tenemos que llevar adelante es el que requiere la crisis. Ahí no tenemos diferencias.
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—¿Estás de acuerdo en bajar los sueldos tanto públicos como privados?
—Es un tema que hay que trabajarlo, lo va a trabajar el Ministerio de Trabajo viendo cuál es la extensión de la situación de crisis. Hasta ahora eso no fue necesario y se están desplegando una serie de instrumentos que ya estaban vigentes para atender a las empresas a través de los programas de crisis que tiene el Ministerio de Trabajo con asistencia por parte del Tesoro, también con lo que hacemos nosotros al intentar que las pequeñas y medianas empresas tengan acceso al crédito para pagar salarios.
—¿Qué mensaje querés dejarle a la audiencia respecto de tu visión de cómo se va a salir de esta crisis del coronavirus?
—En este contexto hay que privilegiar la salud pública, hay que escuchar a los profesionales que entienden sobre estos temas. Bajo esas opiniones, ver qué sectores y con qué tiempos se puede ir levantando la cuarentena para que vuelvan a trabajar quienes hoy no lo están haciendo. El tema de la salud es fundamental. Lo que estamos viendo en otros países es sinceramente dantesco. Es algo increíble que no se puedan ni recoger los muertos, que haya países que estén adecuando containers refrigerados para poder stockear cadáveres. A uno le pone la piel de gallina. De esto se sale con consenso y con conducta de la sociedad y de cada uno de nosotros. En la medida que se pueda, se irán liberando las actividades económicas para que puedan volver a producir. El segundo mensaje, que ya no es tan general, para el sector financiero y de mercado de capitales, es que tenemos que trabajar para poder digerir la capacidad de ahorro que tiene la Argentina y el crédito que estamos generando durante esta crisis para poder sostener los niveles de consumo y de actividad.
—¿Imaginás que en el caso específico de Argentina sería una recuperación como se sintetiza en “V” o en “U”? ¿Habrá un rebote rápido?
—Va a llevar tiempo, me parece que ahí no tenemos espacio para ser optimistas. Vamos a tener que afrontar las caídas de productos y las situaciones críticas que provocará el coronavirus según las estrategias que elija cada país: si privilegia mantener los niveles de actividad o privilegia que haya mayores niveles de contagio y de muertes, en ambos casos los niveles de producto se van a ver muy afectados. Después la economía va a tener que afrontar estas situaciones subyacentes que ya tenía a nivel de sobrevaluación de activos y demás. Será otra cuestión a digerir por el aparato productivo y los sistemas de ahorro, que va a afectar los sistemas previsionales de los países centrales. No podemos ser optimistas en cuanto a la posibilidad de recuperación de la economía global. Tenemos que intentar crecer a través de la inversión interna, a través del consumo interno y para eso vamos a necesitar todas las divisas disponibles. Cada dólar que podamos destinar a la importación significa crecimiento.
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