Con renovaciones parciales, la estrategia del Gobierno de mantener el congelamiento de precios durante todo el año sigue adelante y se encamina a cerrar un nuevo capítulo en los próximos días, cuando avancen las charlas entre representantes de los supermercados y la Secretaría de Comercio Interior.
A partir de mañana, el secretario Guillermo Moreno encabezará reuniones con referentes del comercio minorista para terminar de moldear una canasta de 500 productos con precios fijos, a partir de la que intentará mantener reprimida la inflación durante el mayor tiempo posible para preservar el poder adquisitivo en un año de elecciones.
“Se trata de un perfeccionamiento del congelamiento original”, puntualizó un empresario que estuvo el viernes en la tradicional reunión de la “escuelita”, como se llama el encuentro semanal de hombres de negocios que lleva adelante el funcionario. Eso significa que, luego de tres meses –de febrero a fin de mayo– con un “acuerdo de precios” general, ahora se concentrará el pacto de no inflación en un amplio conjunto de bienes que tendrán precio fijo, “lo que será más fácil de controlar” para las autoridades.
“Estamos trabajando en una propuesta de congelamiento de 500 productos”, confirmó ayer Juan Carlos Vasco Martínez, vocero de la Asociación de Supermercados (ASU) a PERFIL. En el mismo sentido, los supermercados chinos nucleados se acoplarán con otros 300 bienes cuyo precio coordinarán con distribuidores e industriales, según puntualizó también Miguel Calvete, de la Cámara de Supermercados de Residentes Chinos (Casrech).
Bimestre. A priori, el nuevo convenio será por dos meses, pero nadie descarta que haya nuevas prórrogas, dado que en encuentros anteriores, Moreno ya anticipó que podría extenderse por “seis meses o un año” y en el sector reconocen que tendrá vida al menos hasta octubre, aunque con algunas autorizaciones de aumentos parciales y rotativas.
En paralelo, se han venido postergando incrementos en servicios como colegios privados o medicina prepaga, y se establecieron precios máximos para los combustibles por 180, que si bien primero derivaron en incrementos, garantizan un tope que evita mayores saltos en la cadena de logística.
Con todo este paquete, hasta ahora el Gobierno consiguió bajar un escalón la expectativa inflacionaria. De una perspectiva a comienzos de año que anualizaba un alza de precios al ritmo del 30%, hoy los pronósticos privados hablan de entre el 24 y 27%. En febrero, rondó el 1%, cuando había sido de 1,6% un año atrás, según el llamado Indice de Precios al Consumidor del Congreso (que promedia consultoras privadas). En marzo fue 1,2% y en abril, 1,5%, algo más acelerado pero lejos del 2,2 de abril de 2012.
Economistas advierten que con el paso del tiempo los intentos de congelamiento de precios pierden efectividad. Con el nuevo combo de 500 productos el Gobierno apuesta a estirar su efecto sobre la inflación. Y va por más: en junio finalmente pondrá en la calle 100 mil tarjetas Supercard, con una comisión del 0,75%, que competirá con las tradicionales Visa o Mastercard, pero que procurará achicar costos como compensación para las cadenas de supermercados.