El Banco Central dispuso en la semana la emisión de otros $150.000 millones como Adelantos Transitorios al Tesoro Nacional, lo cual ha ocurrido apenas 72 horas hábiles después de haber recibido $140.000 millones para financiar un déficit fiscal en crecimiento. Esto se suma a otras transferencias recibidas anteriormente por el Tesoro, que ya habían consumido el 99% de la meta de asistencia prevista en el acuerdo con el FMI.
Esta era de $373.000 millones para el primer semestre, debido a que ya había recibido transferencias por $100.000 millones en abril y $130.000 millones en marzo. Con este nuevo giro, el Gobierno ha incumplido otra meta explícita del acuerdo con el FMI.
Economistas han señalado que acelerar la emisión de dinero en medio de una escalada inflacionaria es contraproducente. En abril, la inflación llegó al 8,4% y se espera que alcance el 9% en mayo. Luis Secco, un especialista en economía, señala que sólo en seis días hábiles de mayo, hubo $290.000 millones de Adelantos Transitorios del BCRA.
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Juan Ignacio Paolicchi, economista de la consultora Empiria, considera: “Sigue funcionando a máxima potencia la máquina de imprimir pesos. Total, la inflación no dio 8,4% en un mes (que equivale a 165% en un año) y la emisión no tiene nada que ver”. Estimó que "con el nuevo envío ya usaron $520.000 millones en el año cuando la meta con el FMI hasta fin de de junio estaba algo por debajo de los $373.000 millones".
Dijo que el equipo económico "suma así otro incumplimiento de las metas tras haber incumplido la de reservas en el primer trimestre y probablemente incumpla también la fiscal. Completito. Habrá que ver qué entra en la renegociación actual".
Por su parte, el economista Salvador Vitelli de Romano Group alertó: “En la medida en que no devuelva el envío en lo que resta del actual trimestre, estaremos ante otro incumplimiento de meta”.
La emisión de dinero está vinculada al impacto que la sequía ha tenido en la recaudación de impuestos asociados al comercio exterior, lo que ha hecho que los ingresos del Gobierno no sigan el ritmo de la inflación y caigan en términos reales. Los esfuerzos del Gobierno para ajustar el gasto a este nivel de ingresos han resultado insuficientes, lo que ha llevado a un aumento del déficit.
El problema es que la sostenida emisión, en el actual contexto de inflación al alza, es lo que impulsa las malas expectativas sobre una posible mayor depreciación de la moneda local.
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El Banco Central, consciente del impacto que esta liberación tiene en la economía, está tratando de esterilizar (retirar del mercado) parte de lo emitido. Sin embargo, esto ha llevado a un aumento de su deuda remunerada (y cada vez con mayor tasa), en un contexto en el que no deja de perder reservas (están en terreno negativo si se las mide en términos netos y en el menor nivel de los últimos siete años si se toma el total compuesto de todo tipo de préstamos) y de dañar su patrimonio.
Además de emitir Adelantos Transitorios, el Banco Central emite dinero para pagar intereses de su deuda (fueron $2,8 billones los liberados por esta vía en el primer cuatrimestre del año), comprar reservas (vía por la que retiró unos $450.000 millones dados los más de US$ 3.200 millones de sus reservas que lleva perdidos, pero que debería pasar a ser expansiva en los próximos meses dado que ya no tiene mucho para vender), hacer compras más caras debido a la imposición del dólar soja o PIE III (unos $140.000 millones más), y rescatar bonos para sostener sus cotizaciones. La emisión de dinero en todas estas áreas ha llevado a un aumento de la deuda del Banco Central y una pérdida de reservas.