ECONOMIA
son el 7% de las fuentes de fondeo

Para obras, se dispara la deuda con organismos multilaterales

El BID duplicó desembolsos en un año; los del Banco Mundial y CAF crecieron cerca del 50%. Empresas y municipios, los nuevos clientes.

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Un contexto global con menos liquidez y tasas más altas lleva a los inversores públicos y privados a tratar de fondearse con los organismos multilaterales de crédito. Para la deuda pública, solo representan el 6,7% del total de las fuentes de financiamiento, pero es una herramienta en ascenso.

“El crédito para la Argentina fue el doble que el año anterior. Para este año se espera algo similar, pero ya se está negociando para aumentarlo”, explicó una fuente del Banco Interamericano de Desarrollo.
El financiamiento del Banco Mundial creció un 50% entre 2016 y 2017, hasta los US$ 1.500 millones. En el caso del BID, el organismo aprobó créditos por US$ 2.300 millones el año pasado contra los US$ 1.146 millones del 2016. “No solo aumentó el volumen sino también la calidad de la cartera, porque incluye más infraestructura y operaciones de integración. En la CAF, el banco de desarrollo, los créditos aprobados crecieron más de 40%. En 2016, llegaron a US$ 700 millones, entre Estado nacional y proyectos privados y el 2017 la cifra ascendió a U$S 996 millones. También anuncian US$ 2 mil millones de 2018 a 2020.

“Argentina utiliza los fondos de organismos multilaterales más baratos para hacer obras de infraestructura. Hemos hecho uso de esos créditos y son importantes para financiar mejoras de infraestructura”, evaluó el jefe de Gabinete de Hacienda, Guido Sandleris (ver aparte).

Los brazos para el financiamiento del sector privado también están más activos. Y desde el lado de las empresas, la explicación es clara: “Es el banco que te va a apuntalar cuando no haya financiamiento. Las empresas negocian más la tasa porque ya hay acceso a otras fuentes. Pero la tasa es un elemento secundario”, explicó el especialista en multilaterales del estudio Nicholson y Cano, Mariano Fabrizio. Entre las firmas que obtuvieron estos créditos están, por el lado de BID Invest, Terminal Zárate, que negoció una ampliación, y se prepara un préstamo para el Banco Supervielle. El IFC, el brazo para el sector privado del Banco Mundial, otorgó créditos a Vicentin, Renova, Molino Cañuelas, Telecom, y se convirtió en accionista de Los Grobo.

“En los últimos treinta meses invertimos más de US$ 3 mil millones”, relató David Tinel, gerente regional del IFC. “Invertimos como un banco privado y si la empresa quiebra, tenemos ese riesgo. Nos pasó en la Argentina después de 2001 sobre créditos de los 90”, recordó, y sostuvo que “a mediados de 2015 repuntó el apetito del sector privado”.

El Gobierno es parte del directorio de los organismos multilaterales, lo que permite también acercar el financiamiento a los privados, según Fabrizio. “Las grandes empresas ya conocen el crédito multilateral. También las agencias bilaterales, como los bancos que financian exportaciones. Pero hay un segundo anillo de compañías que tenían un déficit de conocimiento sobre este financiamiento y que ahora salieron a golpearle la puerta”, agregó el especialista.

A futuro. El Gobierno aspira a que además se desarrolle el mercado local de capitales y que la banca privada tradicional se vuelque al financiamiento de empresas, baja de tasa mediante, ahora en espera por la alta inflación. Los multilaterales también pretenden dejar ese espacio para financiar a más largo plazo.

“No tenemos ganas de competir con la banca privada. Ofrecimos financiamiento a ocho años cuando los bancos solo daban tres. Hoy la banca comercial está llegando a esos plazos, y creemos que nos vamos a focalizar en 12-15 años en los próximos 24 meses”, anticipó Tinel. “Hay un hueco para financiar, que son las provincias y los municipios que pueden tomar deuda sin garantía del Estado. En Buenos Aires financiamos el Metrobus, y cerramos un acuerdo similar con Córdoba. Y estamos en negociación con otras provincias”, señaló el gerente del IFC.

Viene Lagarde, pero niegan ‘plan FMI’
La vuelta de las misiones del FMI para auditar las cuentas nacionales y los informes favorables en las últimas reuniones del organismo habilitan a contar con el Fondo Monetario Internacional (FMI) como prestamista. El recurso de “última instancia” también fue ponderado como una posibilidad de obtener financiamiento más barato. Si bien el titular de Finanzas, Luis Caputo, viene remarcando la baja de la tasa para la Argentina, el contexto internacional puede llevar a que ese endeudamiento, hoy única vía de cubrir el déficit fiscal y de cuenta corriente, se encarezca. “No estamos pensando en eso”, asegura el jefe de asesores de Dujovne, Guido Sandleris, cuando se le pregunta por el FMI.
Cuando era consultor, sin embargo, su jefe, Nicolás Dujovne, sostenía que “si el mundo se complica en lo financiero, más que hacer un ajuste fiscal no va a quedar otra que acudir al Fondo Monetario Internacional”.
Si el mundo no se complica, en marzo la titular del FMI, Christine Lagarde, visitará la Argentina, aunque solo para la reunión de ministros de Finanzas y Bancos Centrales del G20 en Buenos Aires.