Pese al congelamiento de tarifas dispuesto por el gobierno de Alberto Fernández, de entre 120 y 180 días, y la postergación del aumento en combustibles, la inflación en enero rondará el 4%, según economistas consultados por PERFIL. A factores estacionales como el turismo se sumó el impacto de la restitución del IVA a productos de la canasta alimentaria, que aporta entre 0,3% y 0,5% al costo de vida de enero.
La eliminación del IVA en determinados alimentos fue implementada en agosto por el gobierno de Macri luego de la derrota electoral en las PASO, pero a partir del miércoles último se repuso la alícuota. El Gobierno acordó que los empresarios absorbieran una parte.
Juan Pablo Di Iorio, de ACM, calculó que “el retorno del IVA, si se respeta lo acordado, tendría un impacto de 0,5% en la inflación de enero”. Martín Kalos, de Elypsis, estimó que “sumaría hasta 0,3%”, y señaló que “asegura un enero en el cual la inflación no será significativamente mejor que en diciembre pese a las distintas medidas de congelamiento de tarifas de servicios públicos, que ayudan a que no se recaliente más”.
Fausto Spotorno coincidió en que “estamos a un ritmo de 4% de inflación sin tarifas, y prevemos que se va a mantener, no esperamos una baja”. Matías Rajnerman, de Ecolatina, explicó que subieron la estimación de 3,5% a 4%, “no solo por esta restitución del IVA sino también porque el acuerdo de Precios Cuidados, que aún no se puso en marcha pero se anunció que seguirá, genera que algunos formadores de precios se adelanten y hagan aumentos precautorios para llegar con el mayor colchón posible”.
Precios Cuidados se relanzará esta semana y los economistas minimizaron el rol para controlar la inflación. Guido Lorenzo, de LCG, planteó que “son solo precios de referencia, habrá que ver si después se logra que los otros valores se amolden a eso, si hay primeras marcas y competencia”. Kalos planteó que “se malentiende si se considera a Precios Cuidados como una herramienta antiinflacionaria, porque el programa fija algunos precios de referencia que pueden ayudar a contener algo de los aumentos, pero es más para intentar ayudar a la comercialización de la producción nacional y facilitar el acceso a pymes que una política antiinflacionaria”.
Según el Relevamiento de Expectativas de Mercado del BCRA, la inflación del primer semestre no bajará de 3,2% mensual promedio. De hecho, LCG tiene proyectada una inflación acumulada al primer semestre de 23%, aunque Lorenzo dijo que “es probable que por el congelamiento de tarifas y combustibles la revisemos un poco a la baja; hace que no tengas efectos de segunda vuelta, porque con naftas congeladas, todo lo que es transporte abarata la cadena de producción”.
Segundo semestre. La incógnita es qué pasará con la inflación cuando finalice el congelamiento tarifario. Di Iorio evaluó que “para tratar de estabilizar la economía estos meses que puede durar la negociación de la deuda, con el congelamiento están pateando un problema, porque las tarifas ya arrastran un atraso importante, y en el segundo semestre podrían traer dolores de cabeza en cuanto a seguir con un sendero desinflacionario”.
Spotorno acordó que “si la inflación se baja artificialmente en el primer semestre, existe el riesgo de que se vea todo el shock contrario en el segundo semestre”, en tanto advirtió que “el BCRA dijo que va a seguir comprando reservas, para lo cual tendrá que emitir pesos, más lo que financie al Tesoro, no sabemos de cuánto será esa emisión y cuánto puede afectar a la inflación”.
“Preocupa que para que no haya un rebote inflacionario pisen demasiado el tipo de cambio nominal y eso no sirve, porque con el nivel de retenciones que hay lo que se va a generar es que las exportaciones caigan”, marcó Miguel Zielonka de Econviews. Para Rajnerman, “el descongelamiento será más o menos agresivo según el éxito de la negociación de la deuda, que definirá el margen fiscal”.