La crisis económica que afecta al munco entero por la pandemia de coronavirus puso al borde de la quiebra a muchas empresas y Polka no es la excepción. Adrián Suar habló con la revista Noticias y explicó que hasta pensó en dejar todo y retirarse. Su colega Carlos Rottemberg, asumió como propia la preocupación del actor y productor, y decidió escribirle una carta abierta, donde señala, fundamentalmente, que la empresa, Polka puede cerrar, pero la creatividad de Suar tiene que seguir adelante.
Rottemberg comenzó su carta recordando otra misiva, que recibió de Onofre Lovero, Presidente de la Asociación Argentina de Actores, el 7 de julio de 1988, firmada tambiián por Héctor Tealdi a cargo de la Secretaría General, en respuesta a la preocupación planteada por públicamente ante el momento que vivía por entonces “el negocio teatral”. Y aquella carta comenzaba con una cita de la obra teatral Galileo Galilei, del genial Bertold Brecht. “…Y nosotros –los actores- mal que le pese a algún trasnochado hipócrita, debemos ser conscientes de que, directa o indirectamente, participamos de tal negocio. Hasta un comerciante en lanas, además de comprar barato y vender caro, debe ocuparse de que el comercio de la lana en general, no sufra tropiezos". A partir de allí, Rottemberg recuerda al Adrian Suar de 11 años, cuando trabajaba con su padre Leibele Schwartz, "un reconocido cantante de la colectividad judía, quien orientaba sobre lo musical en una obra que se representaba en mi teatro", dice el productor teatral. "Al “nene” le gustaba quedarse en la sobremesa de los mayores escuchando historias de artistas y teatros. Ya no tan “nene”, exactamente desde la mitad de sus 52 años actuales, sus ilusiones y prepotencia de trabajo", define.
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Para Rottemberg, el error de Suar es como el del dueño de un restaurante, "que tiene un exquisito restaurante para atender muy bien veinte mesas y al sumar un local contiguo, agrandar su capacidad a más del doble, pierde cierto refinamiento de su cocina y los comensales no se sienten igual de bien atendidos. Sin embargo, parece que este tema es bastante más complejo que el del mejor cocinero. Lo demuestra que en otros países el crecimiento audiovisual, a partir del cambio de paradigmas, fue acompañado en su transformación por el propio “barrio” interesado en la ficción, más el Estado con políticas de fomento, al comprenderlo como factor preponderante de ingresos de cara al mundo".
En la carta, Rottemberg analiza la situación general y la particular del creador de Polka. "Hoy, resultante en pandemia de una situación empresaria que acarrea de los últimos años según manifiesta en público, se encuentra con su contracara –aún en edad de plena carrera, con sus ganas intactas y su oficio acrecentado por el recorrido vivido- al no poder resolver el cómo concretar lo que sabe, quiere y elige hacer. ¿Por qué no lo haría? ¿Querrá jubilarse de la profesión? ¿Se cansó? ¿No quiere ganar más dinero? ¿No conoce del tema? ¿Perdió libertad societaria? Podría continuar con las preguntas, pero nadie responde que tal vez, en aquello de Galileo que reprodujo Lovero, se encuentre la respuesta: no se conoce del todo de qué se habla (me incluyo) y se dan por ciertas algunas versiones que se las convierten en verdades".
Rottemberg: “Si me gusta ser capitalista en el éxito no quiero ser socialista en el fracaso”
Para el productor teatral, todos forman parte del problema, del que no se ve una solución en el horizonte. "Siempre el rol empresario será el que deba llevar la responsabilidad primaria, entre otros motivos porque los trabajadores, todos en conjunto, fueron también quienes bajo su talentosa conducción hicieron a su crecimiento individual y de empresa. Sin embargo aquella carta sirve para reconfirmar que todos los intervinientes en este tipo de actividades son al menos “elenco” del problema. Entre otras cosas porque no fabricamos una mercadería tangible y nuestra materia prima somos los seres humanos. En este tipo de rubros, lo conozco por mi actividad teatral, nadie tiene éxito solo, como tampoco nadie puede estar liberado de ser parte del fracaso", escribe Rottemberg
"En nuestro país tampoco la televisión pública, desde su creación y pese a valiosos intentos, pudo sostener en el tiempo la ficción nacional, la cual indirectamente también afecta a la taquilla teatral ante la falta de renovación de actrices y actores talentosos, no difundidos con mayor masividad desde las pantallas. Entonces, si la problemática se agravó en el ámbito televisivo privado y tampoco pudo hacer pié en el sector público, demostraría que no es con Polka abierta o cerrada lo que modificará la profundidad del problema. Es tanto más complejo, como urgente de repensar entre todas las partes, con sinceridad en la misma mesa, que algo no cierra en esta cocina. La real “bobe” Polka, la entrañable, falleció en 1992. Dos años después Adrián la homenajeó con su nombre en su mayor desafío profesional. En su memoria, por lo que le significó, estoy convencido que no se permite repetir otro duelo", completa el productor.
Carlos Rottemberg es empresario teatral. Miembro Fundador y Primer Presidente de CAPIT (Cámara Argentina de Productoras Independientes de Televisión)