La decisión del juez neoyorquino de impedir al Citibank girar fondos a los acreedores sumó un nuevo factor de incertidumbre sobre el dólar antes de las elecciones. La estrategia de microdevaluaciones que lleva adelante el Banco Central para no perder competitividad respecto del real –que ya le costó al ente monetario más de US$ 100 millones en reservas– y la imposibilidad de colocar rápidamente nueva deuda, e incluso de renegociar los principales vencimientos en el resto del año, pondrán al Gobierno en la encrucijada de ceder reservas para no convalidar un nuevo salto cambiario, según advirtieron especialistas consultados por PERFIL.
Por el momento, el objetivo de no provocar ningún salto cambiario antes del fin de la actual gestión requerirá más esfuerzos y tendrá más costos, al menos para evitar el escenario de fines de 2013, cuando la política de microdevaluaciones había provocado una fuerte pérdida de reservas que derivó en un salto cambiario de 2014. En diciembre de 2013, las arcas del BCRA contaban con unos US$ 30 mil millones, apenas unos US$ 1.377 millones por debajo del nivel actual (ayer terminaron en US$ 31.377 millones).
El dólar cerró la semana a $ 8,80 en las pizarras de la City, marcando una suba cercana a 3% en lo que va del año, mientras que el dólar blue se operó en las cuevas a $ 12,95, marcando una brecha de 47% entre ambas puntas.
Ayer, el ministro de Economía, Axel Kicillof, analizó el panorama financiero posterior a la decisión de Griesa con la presidenta Cristina Kirchner en Casa Rosada. El presidente del Banco Central, Alejandro Vanoli, ratificó ayer la continuidad de la política cambiaria y consideró que “el dólar se encuentra en un nivel adecuado”. “Vamos a continuar con la flotación administrada”, se limitó a decir 24 horas después de conocerse la determinación de Griesa de impedir los pagos de bonos en dólares bajo legislación local, y en el marco de la Conferencia Internacional sobre Mercados Emergentes, organizada por la Universidad Torcuato Di Tella y el Banco Ciudad.
Pedro Rabasa, socio de Empiria Consultores, señaló a PERFIL: “La cosmética que se aplicó para mostrar un nivel más alto de reservas –intercambio de monedas con China– sirve para permitir algunos pagos de importaciones de por sí ya bastante restringidos. De no ser así, y sin permitir el pago de importaciones, la actividad económica caería aún más”.
De acuerdo con los datos de la consultora, después de tener un ritmo de devaluación cercano a 0% en el último trimestre de 2014, pasamos a un ritmo de devaluación de 15% anualizado, en un marco en el que se agrava el atraso cambiario porque el resto de las monedas de la región caen con respecto al dólar, especialmente Brasil, nuestro principal socio comercial.
Dos caminos. De acuerdo con los especialistas, habrá dos momentos diferenciados en lo que resta del año desde el punto de vista cambiario y de reservas. A partir de ahora y hasta agosto, cuando se celebran las PASO, las malas noticias provenientes de Nueva York y Brasil serán atenuadas por la liquidación de la cosecha, que permitirá la entrada de dólares a las arcas del Central, pese a la fuerte caída del precio de la soja, que ayer volvió a bajar y cotizó a US$ 355 por tonelada.
“La esperanza oficial está puesta en la cosecha porque, pese a los bajos precios, se espera que el volumen sea elevado”, dijo Camilo Tiscornia, director de C&T Asesores Económicos, y agregó : “Muchos productores van a tratar de vender la menor cantidad de granos por una expectativa de devaluación del próximo gobierno, pero también hay muchos que se han endeudado y deben liquidar para hacer frente a temas financieros, a pesar de que el incentivo para vender es menor que en 2014”.
Para Rabasa, el panorama cambiario luce más complejo a partir del segundo semestre del año, cuando los vencimientos son elevados, por un lado el Boden 2015 representa cerca de US$ 6.500 millones el 3 de octubre, mientras que también deberá hacerse frente a los primeros vencimientos del swap con China también, muy cerca de la fecha de las elecciones presidenciales.
Crítico sobre la actual gestión, Rogelio Frigerio, presidente del Banco Ciudad de Buenos Aires, apuntó: “Creo que el Gobierno sólo patea los problemas para la próxima gestión y que esa mochila es cada vez más pesada. Al no saber cuál será la situación en diciembre, decir qué se podrá hacer en materia cambiaria es pura futurología”.