Retenciones a la industria: gobernadores en alerta, revancha del campo y una interna en la UIA
El eslabón agroindustrial apunta al campo por la suba de los derechos de exportación. Caputo le dijo a la UIA que esos dólares le servirán para el flujo de importaciones. La empresa de un expresidente fabril quedó afuera del radar de los reclamos. Alarma del sector por el empleo.
Miguel Acevedo, de AGD y expresidente de la UIA, y Luis Betnaza, de Tehcint, junto a Luis Caputo en 2018, durante la Presidencia de Mauricio Macri |
Cedoc Perfil
La suba de las retenciones a los subproductos de la soja prendió todas las alarmas en el sector industrial de la cadena agropecuaria, porque la equiparación con las exportaciones del poroto sin procesar le quita competitividad al agregado de valor de las ventas al mundo. Esa preocupación se metió en la agenda de los gobernadores, que verán afectados sus ingresos, por menor recaudación, y tendrán en puerta un conflicto en el empleo. A ese escenario se llegó en medio de tensiones dentro del círculo rojo, con presiones para del campo para la nueva medida gubernamental y la indiferencia de la Unión Industrial Argentina (UIA) por uno de sus viejos socios.
Según pudo saber PERFIL, un grupo de gobernadores pondrán a la suba de las retenciones al sector agroindustrial en el debate que tendrán por primera vez con el presidente Javier Milei, cuando los reciba este mediodía en la Casa Rosada. Si bien los derechos de exportación están en el temario, hay preocupación por este tema puntual, porque podría ponerle freno a uno de los sectores más dinámicos de las economías regionales. Sucede que la agroindustria paga mejores salarios y moviliza más inversiones que el campo en su primera fase productiva.
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Las tres provincias más productivas del país son las que irán con preocupaciones en alza. Córdoba, Buenos Aires y, especialmente, Santa Fe (que concentra el grueso de las exportaciones en sus puertos, por donde viajan los barcos hacia el mundo) podrían tener problemas en el mediano y largo plazo, por achique de puestos de trabajo y retracción en el consumo por pérdida de poder adquisitivo. Los salarios del sector aceitero, por caso, están entre los mejores del sector privado, con un básico de casi $900.000.
El resurgimiento del viejo enfrentamiento entre campo e industria
Los representantes del campo le reclamaron al Gobierno una baja de las retenciones, como lo había prometido Milei durante su campaña electoral, pero el ministro Luis Caputo decidió elevar las percepciones para captar dólares que refuercen las escuálidas reservas internacionales del Banco Central (BCRA). Como no lograron el objetivo, presionaron para poner en igualdad de condiciones a la exportación industrializada.
“Los del campo pidieron la eliminación de la retención de manera inconsistente, porque fue en compensación a la falta de respuesta del reclamo que habían hecho para que les bajen los derechos de exportación de los granos. Pero, al dejar sin competitividad a la industria, habrá más soja que se va a ir sin elaborar en los primeros meses de la cosecha. Después no van a tener el precio sostén, que se lo da la industria al comprar todos los meses del año”, se quejó una fuente del sector agroexportador.
En el complejo agropecuario existe un viejo encono con la industria. Si bien el enfrentamiento tiene origen en el choque de modelos de desarrollo, marcado por la irrupción de Juan Domingo Perón y su plan de industrialización, el campo no les perdona a los empresarios fabriles su posición en la pelea por las retenciones móviles que desató la Resolución 125 del gobierno de Cristina Kirchner en 2008. Desde entonces, el círculo rojo buscó suturar las heridas para imponer condiciones a los gobiernos como un bloque uniforme. Pero algunos representantes industriales creen leer detrás de esta jugada a una “revancha pragmática”, según el análisis que algunas fuentes sectoriales confiaron a PERFIL.
Trabajadores en estado de alerta
Hace poco más de dos semanas, la Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso, Desmotadores de Algodón y Afines de la República Argentino cerró una paritaria, que correrá desde enero próximo, con un salario básico inicial a $888.715,41 y cerró el 2023 con un 179% de aumento anual durante el 2023. Ese entendimiento le dio aire a ese sector sindical para enfrentar dos conflictos en puerta: el alcance del impuesto a las Ganancias, si Milei consigue dar marcha atrás con la ley impulsada por el exministro Sergio Massa; y el golpe al empleo de la quita del diferencial de retenciones al aceite y la harina de soja para la exportación.
El secretario general de la Federación Aceitera, Daniel Yofra, recordó que el diferencial que los gobiernos anteriores le habían dado a la agroindustria para beneficiar el agregado de valor “también se lo habían sacado a la industria durante el gobierno de Macri, en donde el ministro de Agricultura era de la (Sociedad) Rural (Luis Miguel Etchevehere), a quien no le importaba la industria y estaba a favor del campo”.
“La política de primarización de la materia prima implica menos trabajo. Si no se industrializa gran parte de la materia prima que sale de nuestro país, implica que las empresas tengan más capacidad ociosa, porque se van a vender más los granos que lo procesado”, aclaró Yofre, en diálogo con PERFIL.
El líder sindical señaló que están en “alerta permanente” ante un escenario con una “hiperinflación, aumentos de tarifas, y transferencia de salarios a las grandes empresas, que obligará a plantear revisiones de las paritarias más cerca”. “Si sacan el impuesto a las Ganancias, mucho más, porque luego de haber tenido reuniones y movilizaciones para que se apruebe la ley en el Congreso, como sucedió con otras organizaciones sindicales, no creo se permita que se vuelva a poner, porque además de sacarnos ingresos con los aumentos en los alimentos, las tarifas de energía y de transporte, también nos sacarán parte del sueldo”, advirtió.
La UIA, entre la falta de dólares y una velada interna
En medio de la reunión que ayer mantuvo la cúpula de la UIA con Caputo, los industriales se enteraron del aumento de las retenciones a las exportaciones de subproductos de la soja, que golpea de manera directa a la producción nacional, como el caso de las aceiteras. El ministro argumentó que la falta de dólares “obligó” a subirle los impuestos a exportadores para poder armar un esquema que garantice el flujo de las importaciones.
“La principal industria exportadora se verá castigada por la suba de impuestos y eso va a limitar severamente el flujo de divisas y atentará contra el empleo industrial de la soja”, sostuvo CIARA-CEC, que es la entidad que congrega a los exportadores. Y agregó: “La industria siempre pidió igualdad tributaria y esos 2 puntos eran un reconocimiento de esa condición fiscal, que ahora el gobierno rompe”.
Para el presidente de la UIA, Daniel Funes de Rioja, “hay que ver qué valor agregado tienen”. “Nos dijeron que el impuesto PAIS y las retenciones son para enfrentar la emergencia, porque se encontraron con un país sin dólares. Y para el flujo, se necesitan”, sostuvo el jefe de la UIA. Hay empresas asociadas a la UIA que tendrán un impacto directo, como el caso de Aceitera General Deheza (AGD), de la familia Urquía, en donde Miguel Acevedo, quien presidió la entidad antes de la llegada de Funes de Rioja y afuera de la conducción actual por su enfrentamiento con el Grupo Techint de Paolo Rocca, es uno de sus mandamases.
