La fecha empieza a presionar sobre las negociaciones entre el Gobierno y los acreedores externos, gestiones en las cuales hubo avances concretos, pero aún persisten diferencias importantes entre ambos lados, según admitieron fuentes gubernamentales y del mercado.
Los bonistas realizaron contraofertas, a las cuales el Gobierno respondió con determinados cambios a la propuesta original de reestructuración de la deuda. Esto acercó considerablemente las partes, pero en los últimos dos días no hubo mayores avances sobre las posibilidades del cierre de un acuerdo.
Así lo afirmaron fuentes del mercado cercanas a la negociación, quienes recalcaron que la principal diferencia se mantiene en el valor por lámina de 100 dólares que está dispuesto a pagar el Gobierno y lo que exigen como mínimo los fondos de inversión. En concreto, el Gobierno, que en su idea original no quería pagar más allá de los 32 dólares por lámina de 100, reformuló su propuesta, para llegar a una cifra de 40 dólares.
Los bonistas, en promedio, exigían un valor de lámina de 100 superiores a los 60 dólares y en las contrapropuestas bajaron esa exigencia a 55 dólares, pero a partir de allí no hubo mayores avances.
La diferencia de esos 15 dólares por lámina de 100 se mantiene, al tiempo que persiste el cortocircuito en cuanto a la ecuación económica que implica la quita de intereses y la mejora en el rendimiento promedio de los nuevos bonos que el Estado conformaría como integrantes del canje de deuda.
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"A simple vista cualquiera que ve esa cifra parece poco, pero en realidad es una cifra muy grande de dinero la que está en juego en esos 15 dólares de diferencia. Por lo que sabemos, ambas partes manejan algún grado de flexibilidad pero es mínimo de tan sólo dos o tres dólares, con lo cual sin dudas que falta mucho aún para poder cerrar", comentó un importante broker del mercado.
En número concretos, la diferencia podría representar para la Argentina asumir o no el pago de una cifra que superaría los 5.000 millones de dólares, en un momento donde ya se sabe que el cuadro recesivo que sufre la economía por la pandemia se prolongará en los próximos dos años por lo menos.
Este punto es precisamente otro de los motivos de disidencia entre las partes, ya que los representantes de los bonistas advierten que la Argentina no ofrece con claridad un programa económico que pueda mantener solvencia fiscal para hacer frente a los nuevos pagos que implique un eventual acuerdo de la reestructuración de la deuda.
En esta semana se conoció un informe del propio Bank Of America, una de las entidades que asesora al Gobierno en el plan de reestructuración de la deuda, en el cual se advierte por el fuerte aumento del déficit fiscal y de la emisión como consecuencia de la pandemia del coronavirus.
No obstante, a nivel de Gobierno se reitera el concepto en que las "negociaciones van por un camino positivo" y en sintonía con ese mensaje, el director por el cono sur del Fondo Monetario Internacional (FMI), Sergio Chodos, afirmó que la Argentina continúa negociando con los acreedores para resolver el tema de la deuda en un marco de mayor comprensión y de "acercamiento entre las partes".
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"Hay mayor comprensión, un acercamiento entre las partes y un nivel de responsabilidad incremental en varios de los actores del lado de los acreedores", expresó Chodos. El funcionario recalcó que "se sigue negociando con toda la voluntad de ambas partes de llegar a un acuerdo".
Paralelamente, en las últimas horas continuó circulando en el mercado local el rumor sobre una nueva postergación en la fecha del canje de deuda, el cual fue fijado para el 2 de junio. En ese sentido, fuentes del Ministerio de Economía ratificaron esa fecha como final del canje y el 3 de junio en cuanto a la difusión de los resultados del mismo.
De todos modos, en la city porteña se comenta que es factible que en algunos casos de determinados fondos se pueda seguir "negociando" tras las fechas fijadas como el tercer cierre de la reestructuración de la deuda. En ese caso, el Gobierno debería recurrir a determinados instrumentos jurídicos que permitan habilitar la continuidad de las gestiones.
Hay que recordar que la propuesta original del canje de deuda contemplaba el cierre de la operación el 8 de mayo, que luego se postergó para el 22 y finalmente se trasaldó al 2 de junio. Esa misma propuesta incluía una quita del 62 por ciento en intereses, del 5,4 por ciento en el capital y tres años de gracia.
LR/FeL