El Super Bowl, la final de la liga de fútbol americano, fue el programa de televisión más visto de la historia de Estados Unidos: lo siguieron en vivo y en directo 106,5 millones de espectadores, según la consultora Nielsen. Los anunciantes -que gastaron millones de dólares para mostrar sus productos- dieron por finalizado el período de recesión: pidieron abiertamente a los consumidores que salgan a gastar su dinero.