ECONOMIA

Tras el colapso de FTX, cuál es el futuro de las criptomonedas

Hace solo algunas semanas, Sam Bankman-Fried estaba en la cima del mundo cripto. FTX, su empresa de criptomonedas, era considerada la tercera más grande a nivel mundial, valuada en 32.000 millones de dólares y su riqueza se estimaba en alrededor de 16.000 millones. Pero su caída en desgracia fue, como nos tiene acostumbrado el mundo cripto, dura y rápida.

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FTX. La caída del imperio de transferencias creado por Sam Bankman-Fried fue estilo high tech: rápida y contundente. | Hitesh Choudhary

Para muchos capitalistas de Silicon Valley, Sam era considerado como un genio en el mundo de las finanzas. Era aquella persona que podría asombrar a los inversores mientras vivía en su mundo descontracturado. Destinado a convertirse en el primer trillonario del mundo. En Washington, con sus grandes conexiones y su aceptación de imagen, era la cara aceptable de las criptomonedas, comunicándose de forma diaria con legisladores y financiando los esfuerzos para influir en su regulación.

Pero todo cambió. La realidad hoy es un millón de acreedores furiosos, docenas de criptoempresas tambaleantes y una cantidad enorme de investigaciones reguladoras y penales.

La caída de FTX a una velocidad estrepitosa ha supuesto un golpe catastrófico para una industria con un prominente historial de fracasos y escándalos en los últimos tiempos.

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¿Una regulación más fuerte a la vista?

Es muy probable que después de este hecho, los reguladores se pongan más estrictos con la industria del mundo de las criptomonedas. 

Analistas internacionales esperan que los proyectos de ley para regular el mundo de las cripto propuestos en Estados Unidos se modifiquen, pudiendo demorar aún más la tan esperada regulación a las monedas digitales. 

En ese mismo sentido se supo expresar el gigante de Wall Street, el reconocido JPMorgan, que emitió una predicción poco alentadora sobre el precio del Bitcoin, advirtiendo que la criptomoneda número uno, podría seguir cayendo otro 25% después del colapso de FTX, incluso después de que el banco apostara por ese tipo de activos. 

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FOTO: Pete Linforth

“Lo que hace que esta nueva fase de desapalancamiento criptográfico inducida por el aparente colapso de Alameda Research y FTX sea más problemática es que la cantidad de entidades con balances más sólidos capaces de rescatar a aquellas con bajo capital y alto apalancamiento se está reduciendo dentro del ecosistema”, dijeron analistas del JPMorgan dirigidos por Nikolaos Panigirtzoglou en una nota a los clientes vista por Marketwatch y citada por Forbes. 

Los analistas dijeron que esperan que esta criptocrisis, que se produce después de una serie de fallas este año, podría llevar el precio del BTC a mínimos de US$ 13.000 debido a una “cascada de llamadas de margen” detrás el colapso de FTX. 

¿Cuál es el futuro de las criptomonedas?

Una de las cuestiones principales que tiene a este mundo en vilo es saber si las monedas digitales pueden llegar a ser útiles para algo más que estafas o especulación. La promesa detrás de este gran mercado era de una tecnología que podría hacer la intermediación financiera más rápida, barata y más eficiente.

Ante cada nuevo escándalo que se produce, hace más probable que los auténticos innovadores se asusten y el sector se reduzca. Sin embargo, sigue existiendo la posibilidad, por más mínima que resulte esta, de que algún día este mercado encuentre esa innovación duradera.

En medio de los grandes destrozos que se provocaron en las últimas semanas, es importante destacar el potencial de la tecnología. La banca convencional requiere de una amplia infraestructura para mantener la confianza entre extraños. Esto es algo costoso y a menudo es captado por personas con información privilegiada que se llevan una tajada.

La caída de FTX a una velocidad estrepitosa representa un golpe catastrófico para una industria que, de todas maneras, está acostumbrada a los fracasos explosivos

Las cadenas de bloques (blockchains) públicas, por el contrario, se construyen sobre una red de datos, lo que hace que sus transacciones sean transparentes y, en teoría, confiables. Sobre ellas pueden construirse funciones interoperables y de código abierto, incluyendo contratos inteligentes autoejecutables que tienen la garantía de funcionar tal y como están escritos.

Un sistema de tokens, y las reglas que los rigen, pueden ofrecer colectivamente una forma inteligente de incentivar a los colaboradores de código abierto. Y los acuerdos que serían costosos o poco prácticos de aplicar en el mundo real se vuelven posibles, permitiendo a los artistas generar una participación en los beneficios de la reventa de sus obras digitales (NFT), por ejemplo.

El problema es la decepción que se genera 14 años después de la invención de la cadena de bloques de Bitcoin porque poco de esta promesa se ha hecho realidad. El frenesí de las criptomonedas atrajo el talento de grandes profesionales de Wall Street, y el capital de empresas de capital riesgo, bancos y fondos de inversiones.

Es un mercado que ha utilizado grandes cantidades de dinero, tiempo, talento y energía para construir un gran ecosistema de monedas digitales. Existen varias versiones que se desarrollaron y fueron eficientes y descentralizadas, que resultaron ser proyectos de grandes valores agregados. Pero como en todo mundo donde ahonda las grandes cantidades de dinero e incertidumbre, aparecen los famosos especuladores que utilizan dicho mercado para generar desconfianza, blanqueo de dinero, evasores de sanciones y estafadores.

Publicado originalmente en El Economista