Los cambios de humor del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ya tienen en vilo a la Cancillería que asumirá el martes Felipe Solá. En la última semana del gobierno de Cambiemos, tanto el ministro de Relaciones Exterior, Jorge Faurie, como su par de Producción, Dante Sica, salieron a pedir explicaciones sobre un tuit del mandatario estadounidense que asociaba la devaluación en la Argentina a una estrategia de búsqueda de competitividad artificial.
Trump amenazó con imponer aranceles al acero y aluminio, que hoy tienen un cupo de arancel cero hasta 180 mil toneladas, en cada caso. Eso permitió exportar por US$ 700 millones en 2018 y US$ 520 millones en lo que va de este año. Según indicaron en el gobierno saliente, alcanza solo a esos sectores, aunque en la agenda con Washington persiste el reclamo para normalizar las exportaciones de biodiésel.
Uno de los que podrían hacerse cargo de la negociación es Jorge Neme, el secretario de Estado de Relaciones Internacionales de Tucumán, que podría recalar en el Palacio San Martín como secretario de Relaciones Económicas Internacionales. Paula Español, ex secretaria de Comercio Exterior en Producción, había sonado para el cargo, pero estará bajo la órbita de Desarrollo Productivo, con Matías Kulfas.
Esto no le gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
“Estados Unidos representa un mercado relevante para estos productos argentinos, en tanto que para ellos apenas representa el 2,1% de las importaciones de productos de aluminio y 0,6% de productos de acero y hierro”, indicó la Unión Industrial Argentina, en línea con los planteos que hicieron también desde Producción, donde buscaron explicar que las causas de la devaluación estaban asociadas a factores de mercado y la libre flotación.
El argumento esgrimido de la depreciación de la moneda argentina es consecuencia de una macroeconomía en un contexto inflacionario, con tasas de interés elevadas, a la vez que coexiste con retenciones y quita de reintegros que afectan a la competitividad de las exportaciones argentinas con valor agregado.
En ese marco, en la cumbre del Mercosur, los funcionarios de Argentina y Brasil acordaron una presentación conjunta. Wilbur Ross, el secretario de Comercio de Trump, se enteró por Twitter. Eso le dijo a Fernando Oris de Roa, el embajador argentino en Washington, que vuelve al país este fin de semana.
La semana pasada, durante su visita a la conferencia industrial de la UIA, Alberto Fernández se llevó aplausos al prometer una administración inteligente del comercio exterior. Muchos empresarios remarcaron que no puede haber un cierre indiscriminado, pero sí protección contra las prácticas desleales.
Esta semana, en ese marco, los representantes del nuevo gobierno están invitados a participar de la reunión anual de Propyme, del Grupo Techint, el evento anual donde Paolo Rocca remarca habitualmente la amenaza de las importaciones de China para el sector, algo que marcó hace pocas semanas en el congreso de Alacero.
Negociaciones
Trump consideró que hubo devaluaciones competitivas en Argentina y Brasil.
Su ministro de Comercio, Wilbur Ross, se enteró por Twitter, como el resto del mundo.
Eliminar las ventajas de arancel cero instalaría aranceles del 25% para el acero y del 10% para aluminio.
El año pasado, con esa ventaja, hubo exportaciones por US$ 700 millones a EE.UU. En lo que va del año, llegan a US$ 520 millones.
Fernández prometió una administración comercial inteligente.
