Vodafone, uno de los gigantes de las telecomunicaciones, anunció sus planes para suprimir 11.000 puestos de trabajo en los próximos tres años, en un esfuerzo por “simplificar” la empresa. Estos recortes representan aproximadamente una décima parte de su plantilla mundial y afectarán tanto a su sede central en el Reino Unido como a otros países.
Margherita Della Valle, Directora Financiera de Vodafone y recientemente nombrada Directora General, declaró que el rendimiento de la empresa no ha sido satisfactorio. Con 12.000 empleados en Gran Bretaña, repartidos en siete oficinas, incluyendo su sede en Berkshire, Vodafone se enfrenta a desafíos importantes.
El aumento de los costos de energía impactaron de lleno en los beneficios de la empresa, al igual que las menores ventas en Alemania, su mercado más grande, así como en Italia y España, donde ha tenido dificultades para mantenerse al ritmo de sus competidores.
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Las quejas de los usuarios
La caída de los niveles de satisfacción de los clientes en estas regiones también contribuyó a la situación actual.
El servicio de banda ancha de Vodafone en el Reino Unido recibió un alto número de quejas en los últimos meses, según Ofcom, el organismo regulador del sector. Además, en abril se produjo un problema técnico que dejó sin servicio de banda ancha a unos 11.000 clientes británicos.
Della Valle, cuyas prioridades son los clientes, la simplicidad y el crecimiento, destacó la necesidad de cambios en Vodafone para lograr resultados consistentes. En medio de un ligero aumento en las ventas anuales, alcanzando los 45.700 millones de euros, y una disminución de los beneficios antes de impuestos, por lo que la empresa anunció los recortes de personal.
La anterior Directora de Vodafone, Nick Read, renunció en diciembre tras la incertidumbre generada por los resultados de la empresa. Durante su mandato de cuatro años, el precio de las acciones de la compañía experimentó una fuerte caída.
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Los analistas coinciden en que Vodafone ha tenido un desempeño mediocre en los últimos años, y aunque reconocen la franqueza de Della Valle sobre los desafíos que enfrenta la empresa, los inversores aún no están convencidos de que pueda revertir la situación.
Esto se reflejó en una caída del 5% en el valor de las acciones de la empresa. Della Valle tiene por delante una tarea de por más desafiante, ya que las acciones de Vodafone se encuentran en mínimos históricos, no vistos desde finales de la década de 1990.
Su enfoque, según medios británicos, debe seguir siendo la reducción de costes, la reestructuración en Alemania y la búsqueda de oportunidades de fusiones y adquisiciones tanto en el Reino Unido como en el extranjero, con el objetivo de fortalecer la cuota de mercado de la empresa, lograr eficiencias y mejorar su capacidad para fijar precios.
SE / LR
