“Piero, Piero, es el mejor colchón”. “Yo me despierto con Cannon, con ningún otro duermo yo”. Jingles publicitarios como éstos inundan radios, canales de TV y diarios y reflejan la batalla por el negocio del sueño, la venta de colchones.
Hace tiempo ya que las empresas del sector abandonaron el anonimato, pero éste no es el único cambio que sufrió en los últimos años la industria del colchón. Como aseguraron los representantes de las firmas, el rubro sufrió varias transformaciones, entre ellas, un crecimiento sostenido acompañado de cambios en el mercado y en el consumo, motivado por el cuidado de la salud y las promociones bancarias.
Según un informe de la consultora Claves ICSA, esta industria fue uno de los sectores que más rápido se despertó luego de la crisis de 2002. Mientras que en el año 2003, cerca de dos millones de personas renovaron su colchón, en 2013 lo harán tres millones. Las ganancias aproximadas del segmento, estimadas hace una década en US$ 118,5 millones, ascienden este año a cerca de US$ 333,3 millones, 281% más.
Para Claves ICSA, es un nicho con unas 110 firmas. Entre las principales compañías se encuentran: Piero SAIC, Simmons de Argentina SA, Limansky SA y Sealy Argentina SRL. La primera es una empresa local que produce las marcas Piero y Suavegom e integra el mismo holding que Cannon, Suavestar y Gani. Además, es el principal productor de espuma de poliuretano, una de las materias primas para este rubro e, incluso, para otras industrias como la automotriz. Simmons de Argentina SA cuenta con la firma que lleva el mismo nombre e integra el mismo grupo empresario que la empresa Belmo. Sealy Argentina SRL, filial de una compañía estadounidense, desarrolla firmas como Sealy, Meyer, Bed Time Collection y es el dueño de los locales Bed Time y El Dormilón. También están La Cardeuse y la multinacional de origen chileno, Rosen. Asimismo, completan el mapa pyme en expansión como Palumax SA quien produce la marca Camudi.
La mayoría de las empresas fabrica en la Argentina y la materia prima es local, hecho que se fortaleció a partir de la restricción a las importaciones. El sector exporta a Uruguay, Chile, Paraguay y Perú.
“El consumo local creció. Y el mercado está muy competitivo”, señaló Antonio Valente, gerente comercial de Cannon. En las empresas destacan el impacto de la venta con tarjeta. “Desde hace tres años, ayuda mucho la promoción bancaria, que antes no existía”, subrayó Leonel Apicella, gerente de marketing para Sudamérica de Sealy.
Los hábitos cambiaron. Ahora el colchón se renueva más rápido, y se lo elige por el bienestar y el cuidado personal. “Antes la gente compraba un colchón más que nada por un precio y hoy piensan en la calidad del descanso”, explicó Betina D’Alesio, gerenta de Marketing de Simmons Argentina.
Claudio Bovina, dueño de cinco negocios Dormi Piero, señaló que el consumo del conjunto –compuesto por el colchón y el sommier– superó la adquisición del colchón simple. En sintonía, Darío Rozenszain, CEO de Sommier Center, manifestó que la tendencia en sus cinco locales –en los que comercializa marcas como Rosen, Serta, King Koil y Natural Response– es similar: se consume más resorte. Los precios de un juego de dos plazas parten de $ 1.900 y llegan a los $ 19 mil.