EDUCACIóN
Nuevas prácticas escolares

Educar en la era del algoritmo

Argentina asumió el reto de incorporar las tendencias emergentes al incluir la programación y la robótica en toda la educación obligatoria. Para acompañar esta integración en las aulas, se desarrollan diversos recursos educativos y estrategias de formación, como la realización del Congreso “Aprender para el futuro en la era de la inteligencia artificial”, un evento que convocó a docentes, equipos técnicos y representantes de los países más destacados en su política de educación digital, quienes discutieron sobre cómo se forman los alumnos en un mundo lleno de algoritmos.

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| Prensa MECCYT

 

De acuerdo con estadísticas de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), existen más de 617 millones de niños y adolescentes en todo el mundo que no están aprendiendo los contenidos básicos. Esta crisis del aprendizaje abarca cerca del 60% de la población en edad escolar. Además, según investigaciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), más del 56% de la población adulta no tiene las competencias básicas de tecnología y solo un 11% supera a las máquinas en relación al desarrollo de las competencias en lengua y matemática. 

Frente a este escenario, se vuelve urgente la puesta en marcha de políticas públicas que reviertan estas problemáticas y estén en sintonía con los tiempos actuales. Sin duda, el desarrollo vertiginoso de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC) trae aparejada la necesidad de incorporar transformaciones profundas en las formas de enseñar y aprender. En efecto, el escenario de hoy reclama nuevas prácticas escolares que incorporen las tendencias emergentes del gran cosmos digital.

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En ese contexto, Argentina asumió el desafío de responder a las demandas actuales al lograr la incorporación de la programación y la robótica en toda la educación obligatoria. Este proceso terminará de concretarse una vez que las provincias adecuen sus planes de estudio, y el plazo para hacerlo es hasta septiembre del próximo año.

Mientras tanto, se vienen llevando a cabo diversas estrategias para acompañar la integración de esos saberes en las aulas, como la realización del Congreso “Aprender para el futuro en la era de la inteligencia artificial”, un evento que reunió la semana pasada a más de 600 participantes en la Ciudad de Buenos Aires. La iniciativa, enmarcada en el plan Aprender Conectados del Ministerio de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología (MECCyT), convocó a docentes, equipos técnicos y representantes de los países más destacados en su política de educación digital, quienes discutieron sobre cómo se forman los alumnos en un mundo lleno de algoritmos. 

Durante el encuentro, la directora de Innovación Educativa del MECCyT, Florencia Ripani, resaltó que el cambio tecnológico y la emergencia de sistemas digitales cada vez más inteligentes generan muchas oportunidades, incluso en la educación. “Nuestra currícula es única casi en el mundo porque menciona explícitamente la inteligencia artificial. Con el plan Aprender Conectados venimos trabajando hace años en ese tema, que implica no solo la entrega de tecnología digital o kits de programación y robótica, sino también un amplio plan de contenidos y formación”, dijo.

 

UN FOCO HUMANÍSTICO 

El congreso también sirvió de escenario para que la UNESCO presente en la región el Consenso de Beijing sobre la inteligencia artificial y la educación. Uno de los invitados fue Valtencir Mendes, responsable de proyecto en aprendizaje móvil e inteligencia artificial en educación de ese organismo internacional, quien compartió los lineamientos acordados entre varios países, entre los que se encuentra Argentina, acerca de cómo se debería incluir y trabajar en políticas educativas sobre el tema.

“Es la primera vez que los países se ponen de acuerdo sobre esto. El foco principal del documento de Beijing es darle una aproximación humanista a la inteligencia artificial, poner al ser humano en el centro de la discusión. Queremos que la tecnología permita aumentar nuestra inteligencia humana y garantizar una inteligencia artificial en educación que sea inclusiva, equitativa y de calidad”, explicó Mendes.

“En este sentido, una de las promesas educativas es la personalización del aprendizaje y que haya una adaptación de las trayectorias de los estudiantes”, detalló. Una adaptación vinculada con lo que muchos especialistas describen como “modelo Netflix”, es decir, un modelo donde la tecnología detecte el ritmo de aprendizaje y moldee para cada alumno una experiencia o un itinerario que se adapte a sus necesidades.

 

EXPERIENCIAS PIONERAS 

Durante el congreso también estuvieron presentes tres especialistas en materia de educación digital de Inglaterra, Finlandia y Suecia, quienes relataron sus experiencias frente al desafío de incorporar las tendencias emergentes. Con distintos matices, avances y alcances, los expertos explicaron que, aunque no está explícitamente mencionada en sus planes de estudios, la inteligencia artificial es una herramienta y una competencia que fueron desarrollando sus estudiantes gracias a diversas estrategias y al fácil acceso a las nuevas tecnologías. 

Miles Berry, profesor de la Universidad de Roehampton en Inglaterra, fue uno de los hacedores del currículum que implementa ese país y que hace especial hincapié en la informática. “Hace cinco años que introdujimos nuevos programas de enseñanza donde no se menciona de manera explícita el uso de la inteligencia artificial, pero se redactó una nueva currícula de informática en términos suficientemente amplios para que puedan abarcar esos conceptos”.

En Inglaterra la alfabetización digital comienza a los cinco años. “Se les enseña a chicos desde muy temprana edad la influencia y los alcances de la tecnología más allá del ámbito escolar, a partir de elementos tan sencillos como, por ejemplo, los sistemas inteligentes de los celulares. La idea es que puedan entender un poco de dónde sacan la información esos sistemas para funcionar”, especificó Berry.

Los chicos de edades más avanzadas, entre los 11 y los 14 años, empiezan a complejizar esos saberes y aprenden cómo funciona el lenguaje de las computadoras y el procesamiento de las imágenes. Pero el especialista advierte que aquí también es clave comenzar a reflexionar en la escuela sobre qué comportamiento es apropiado en el universo digital: “Entender bien en qué consiste la utilización adecuada de este tipo de información es fundamental, dado que incide en el uso ético de herramientas tecnológicas como la inteligencia artificial”.

Por otra parte, los contenidos de los planes de estudios ingleses se basan en tres aspectos vinculados con los docentes: las habilidades pedagógicas, las competencias digitales y el conocimiento de informática. Berry señaló que, a partir de estos principios, la forma más idónea que encontraron para hacer la integración de la inteligencia artificial, fue incorporándola en cada materia. “Un maestro de primaria no tiene por qué ser un experto en informática, pero debe tener el manejo suficiente para aplicarlo dentro de su materia”, aseguró.

En Finlandia, la currícula tampoco menciona explícitamente la inteligencia artificial, pero la dimensión digital está integrada transversalmente, es decir, no está incorporada en una sola materia, sino que atraviesa todos los contenidos escolares.

Leo Pahkin, consejero de la Agencia Nacional de Educación, afirmó que en Finlandia se hace foco en la comprensión de los procesos de enseñanza. “Un ejemplo de esto es ‘El primer juego’, un programa para los más chicos que consiste en aprender frases o letras. Un equipo de matemáticos desarrolló un algoritmo que se encarga de leer y analizar el progreso de los distintos alumnos en el juego. Esta aplicación permite identificar ciertos grupos con dificultades de aprendizaje, como puede ser el caso de la dislexia”, apuntó.

En Suecia, en tanto, la alfabetización digital también avanza desde hace tiempo. Cada tres años realizan una revisión del estado de la infraestructura de los establecimientos educativos necesaria para brindar conocimientos relacionados con las nuevas tecnologías de la comunicación y de la información. Sobre ello, el director de Educación de la Agencia Nacional sueca, Peter Karlberg, aseguró que todas las escuelas ya estaban conectadas en el año 2012. “Hoy, ya que existe la infraestructura, el gran desafío para el año 2022 es que se apliquen exámenes de manera digital en simultáneo en todas las escuelas, que todos presionen un botón al mismo tiempo”, apuntó.

Pero Karlberg advirtió que, si bien “el gran problema para Suecia no es la infraestructura, sí lo es el hecho de que existen grandes diferencias de escuela a escuela y de aula a aula en relación a las competencias digitales, debido a que cada profesor tiene distintas herramientas para enseñar a sus estudiantes”.

“La inteligencia artificial no está específicamente mencionada en la currícula, pero es una herramienta que tienen que desarrollar todos los estudiantes. Una herramienta que tiene doble cara, por un lado, entender problemas y posibilidades que trae, por otro, que sea un facilitador de aprendizajes, que sirva para medir el progreso y que colabore con el docente”, agregó. 

 

ESTRATEGIAS LOCALES

Argentina dio un paso clave al establecer la integración curricular de la educación digital, la programación y la robótica a la educación obligatoria, a través del plan Aprender Conectados. Este acontecimiento se concretó el año pasado cuando el Consejo Federal de Educación aprobó los Núcleos de Aprendizajes Prioritarios (NAP) de Educación Digital, Programación y Robótica.

Al respecto, el titular de la cartera educativa nacional, Alejandro Finocchiaro, afirmó que, “en 2018, Argentina se sumó a los países pioneros en el mundo en integrar estos saberes a la currícula”, hecho que “alcanza a todos los niveles educativos y garantiza la alfabetización digital en la educación inicial, primaria y secundaria, y en los Institutos de Formación Docente, llegando a más de 8 millones de personas”.

Por las iniciativas que desarrolla el plan Aprender Conectados, la UNESCO destacó a nuestro país, junto con Reino Unido, Estonia, Malasia y Singapur, en el documento “Inteligencia Artificial en educación: desafíos y oportunidades para un desarrollo sostenible”. Allí, el organismo internacional manifestó que Argentina es uno de los cinco países del mundo en desarrollar políticas de avanzada en alfabetización digital.

 

DESAFÍOS DIGITALES

Muchos niños y adolescentes de las escuelas de nuestro país ya comenzaron a dar sus primeros pasos en el universo de los algoritmos con una variedad de recursos educativos y tecnológicos elaborados por el Aprender Conectados. Pasos que traen consigo múltiples beneficios, pero también grandes responsabilidades y desafíos por delante. 

Una de las tantas incertidumbres que surgen a la hora de incorporar las nuevas tecnologías es saber cómo se desarrollarán o cómo impactarán en la sociedad. Por ello, es necesario hacer hincapié en la dimensión ética del asunto, es decir, hacer foco no solo en qué es la tecnología, sino también en cómo puede usarse.

“La inteligencia artificial, como recurso educativo, nos obliga a formar a todos los estudiantes para vivir como ciudadanos en un mundo donde la realidad cambia de paradigma”, describió Ripani. “Hay muchos temas que aparecen en el Consenso de Beijing, que de alguna manera brindan un horizonte a los países sobre cómo poder generar políticas públicas transparentes y éticas frente a la inteligencia artificial, que son muy importantes porque sabemos que hoy hay muchos algoritmos que toman determinaciones que tienen que ver con lo que pasa en nuestras vidas”, añadió.

En ese sentido, Finocchiaro aseguró que se trabaja no solo en el campo educativo, sino en forma integral a través del Plan Nacional de Inteligencia Artificial. “Debemos aprovechar las oportunidades que la tecnología presenta para el desarrollo y el crecimiento de nuestro país, tanto en términos económicos como de calidad de vida, y a la vez anticiparnos a los riesgos que puede traer su adopción, produciendo las herramientas necesarias para enfrentarlos. Esto nos ayudará a desarrollar las habilidades estratégicas que necesitarán nuestros estudiantes para el futuro”, concluyó.