-Sergio Massa se hundió. El diputado de 1País obtuvo 15 por ciento en las PASO. Sin embargo, en las generales perdió 4 puntos y cayó al 11 por ciento. La mayor cantidad de esos voto se fue para Cambiemos, lo que confirmó lo que anticipaban varias encuestas: el votante del tigrense es uno de los más volátiles.
-Florencio Randazzo conservó. La extrema polarización de la campaña permitía prever que el votante de Massa iría al oficialismo, y se esperaba que el votante del exministro de Transporte de Cristina hiciera lo propio hacia Unidad Ciudadana. Sin embargo, eso no sucedió. En las PASO, Randazzo obtuvo el 5,8 por ciento; y en las generales 5,30 por ciento.
-Veranito económico. Entre las PASO y las generales, Cambiemos logró apaciguar las críticas por la política económica, a tal punto que salió de la agenda hasta de la oposición más férrea. A pesar de la inflación, el boom de créditos sumado a las demoras en nuevos aumentos permitieron calmar los ánimos.
-Intendentes. El corte de boleta estuvo a la orden del día. Con las encuestas que daban un triunfo de Cambiemos, los jefes comunales comenzaron a repartir boleta con corte incluido ante la necesidad de supervivencia de sus pagos chicos.
-Comodoro Py. Las causas judiciales que investigan la abrumadora corrupción de la última década tuvieron un impulso insospechado en la Argentina. El impacto fue importante a la hora de la votación.