Un 71 por ciento de los residentes de Estados Unidos está de acuerdo con la creación de sindicatos (union, en inglés) en ese país. Así lo publica una reciente encuesta de la agencia Gallup. Según ese informe, el pico más alto de aprobación de las “CGT en Estados Unidos” se dio en 1950.
El presente porcentaje es equivalente al visto bueno que tenían los sindicatos en 1965. Por entonces, el presidente era Lyndon B. Johnson, quien había asumido como tal en noviembre de 1963, al horas del asesinato John F. Kennedy. Ya en 1964, Johnson fue reelegido con más del 61 por ciento de los votos, y fue presidente hasta 1969.
Esta información forma parte de la encuesta anual de trabajo y educación que publica Gallup. El 71 por ciento de aceptación que tiene la sindicalización por parte de los norteamericanos, supera al 68 por ciento que Gallup registró en 2021; y al 64 por ciento que había antes de la pandemia del coronavirus.
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El informe detalla que la Junta Nacional de Relaciones Laborales (de Estados Unidos) informó que hubo un aumento del 57 por ciento en las solicitudes de elecciones sindicales presentadas durante los primeros seis meses del año fiscal 2021. Y que esto se da ante un contexto alentador, dado el publicitado éxito que lograron las sindicalizaciones producidas en empresas como Amazon y Starbucks.
Gallup hizo en junio último una encuesta previa a este informe sobre la sindicalización en Estados Unidos. En la misma, preguntó a quienes ya formaban parte de un sindicato cuáles eran los motivos más importantes para afiliarse. La obtención de mejores salarios y beneficios fue la razón número uno, con un 65 por ciento; hacer valer derechos laborales y tener una representación ante las empresas, un 57 por ciento; la seguridad laboral, un 42 por ciento; mejores beneficios en pensiones y jubilación, un 34 por ciento.
Por su parte, un 25 por ciento mencionó que integrar un sindicato mejora el entorno laboral; y un 23 por ciento, detalló que genera equidad e igualdad dentro de la empresa. Finalmente, salud y seguridad no fueron motivos importantes para afilarse ya que apenas los mencionan un 9 por ciento de los encuestados; y sólo un 5 por ciento, dice que sumarse a un sindicato tiene un efecto positivo para Estados Unidos.
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En esa encuesta de junio de 2022 también se especificó que de los trabajadores norteamericanos que no estaban sindicalizados, el 58 por ciento dijo no estar interesado en sumarse a un sindicato; y sólo uno de cada diez sí lo haría en un futuro.
En el análisis final de la encuesta anual de trabajo y educación, Gallup resume el presente panorama de la siguiente manera: “En la pandemia se alteró el equilibrio de poder entre empleadores y empleados, y se creó un entorno que fomenta la afiliación sindical. Esto dio como resultado la formación de sindicatos en varias empresas de alto perfil. La aprobación pública de los sindicatos (en Estados Unidos) aumentó durante la pandemia y ahora se encuentra en un nivel que no se había visto en casi seis décadas.”
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A su vez, respecto de los trabajadores sindicalizados en Estados Unidos, Gallup señala que “los beneficios logrados por ellos, no se traducen necesariamente en un compromiso entre pares. Sin embargo, no está claro si ese menor compromiso entre los empleados sindicalizados, es resultado de la insatisfacción que ya tenían antes de afiliarse a un sindicato, o si la afiliación, fomentó la tensión entre trabajadores y empleadores. Por este entorno desafiante que tienen éstos últimos (las empresas), muchos se oponen a la sindicalización a pesar de la mejora de la imagen pública de los sindicatos.”