Creo que la objetividad y la responsabilidad editorial exigen prestar suma atención para no permitir a ningún grupo o persona usufructuar los acontecimientos de 1915 como un pretexto con el fin de provocar hostilidad contra Turquía y convertir este asunto en un tema de conflicto político y campaña anti-turca. Por tal motivo, quisiera esclarecer algunos argumentos y afirmaciones falsas mencionadas en el artículo. “El genocidio armenio, la posverdad y el compromiso argentino”, publicado en la sección “El Observador” de la edición del día 21 de abril del corriente.
En primer lugar, quisiera rectificar la desinformación proporcionada por el autor sobre el propósito de la Conferencia “1915: El año más largo del Imperio Otomano”. La conferencia, realizada con éxito por la Universidad de Ankara y en colaboración con el Centro Islámico de la República Argentina el 20 y 21 de marzo con la participación de numerosos y destacados académicos, no solo de Turquía sino también de distintos países latinoamericanos, Estados Unidos y Canadá, tenía por objetivo elaborar de forma imparcial y académica el impacto de la Primera Guerra Mundial sobre el Imperio Otomano. La “etapa de posguerra”, “la inmigración desde los ex territorios otomanos a Latinoamérica”, “Turquía contemporánea y sus políticas exteriores hacia Sudamérica” fueron algunos de los temas tratados. Por lo tanto, la Conferencia brindó una valiosa oportunidad para analizar en profundidad las circunstancias y eventos ocurridos durante la Guerra, los cuales afectaron de manera desfavorable a las naciones que vivían en aquel momento dentro de las fronteras del Imperio Otomano.
La intención era abrir una nueva ventana al público argentino que siempre estuvo expuesto al mismo discurso unilateral y parcial sobre la historia turca y mostrar también la otra cara de la moneda. Es una pena que dichas universidades decidieran abandonar la realización de la conferencia debido a no poder sostener la evidente e intensa presión de ciertos grupos de interés contra Turquía. Desafortunadamente, en este caso estas universidades no pudieron superar la prueba de libertad académica y de expresión, principales elementos de las sociedades democráticas.
- En la Primera Guerra Mundial, una de las catástrofes más grandes de la humanidad, millones de personas de todas las religiones y etnias perdieron sus vidas dentro de las fronteras del Imperio Otomano. El hecho de que tanto armenios como turcos hayan experimentado acontecimientos que tuvieran consecuencias inhumanas –tales como la reubicación- durante la Primera Guerra Mundial, no debería impedir que ambos tengan compasión y actitudes humanas entre sí. Los hechos de la Primera Guerra Mundial son un dolor compartido por todas las nacionalidades del Imperio Otomano que sufrieron en el mismo período y bajo condiciones similares. Evaluar este doloroso período de la historia a través de una perspectiva de una memoria imparcial es una responsabilidad humana y académica.
- Turquía considera que los acontecimientos de 1915 deberían ser analizados e interpretados de forma académica por historiadores. Con esa finalidad, en 2005 Turquía hizo una invitación a Armenia para establecer una comisión histórica conjunta compuesta por historiadores y otros expertos para estudiar los acontecimientos de 1915 no solo con archivos de Turquía y Armenia, sino también con archivos de los correspondientes terceros países y compartir sus conclusiones con el público internacional. El objetivo de esta convocatoria, la cual sigue sobre la mesa, es arrojar luz sobre este período de la historia en disputa y alcanzar una memoria íntegra que permita a ambos pueblos reavivar su amistad. Es sobre la base de este entendimiento que los archivos turcos están abiertos a todos los investigadores. Hoy, cientos de miles de documentos de los archivos turcos están al servicio de los historiadores. Los académicos argentinos también son bienvenidos a participar de este estudio y contribuir al esclarecimiento de los acontecimientos de 1915.
Partiendo de esta premisa, rechazamos la habitual actitud unilateral y parcial con respecto a los acontecimientos de 1915 y la intervención política en una controversia histórica.
- Quisiera manifestar una vez más que el hecho de que terceras partes saquen provecho de la historia en función de incentivos políticos, no solo dañan las perspectivas de paz y amistad entre los pueblos de Turquía y Armenia, sino que además constituye una falta de respeto al dolor en común sufrido bajo las condiciones de la Primera Guerra Mundial.
En la actualidad, originar enemistad a partir de la historia y crear nuevos antagonismos no es ni aceptable ni útil para construir un futuro común. Al respecto, creo que Argentina como país que alberga a una gran comunidad armenia, tiene una responsabilidad histórica de utilizar su influencia de forma constructiva.
- Por último, quisiera señalar que Turquía no está “dando batalla” en Argentina como se sostiene en el artículo. Solamente estamos extendiendo nuestras manos de amistad para desarrollar nuestras relaciones entre dos importantes y grandes países en nuestras respectivas regiones. La visita del Ministro de Relaciones Exteriores Sr. Mevlüt Çavuşoğlu a la Argentina se realizó en enero de 2017 con la sincera intención de promover nuestras relaciones bilaterales en beneficio de nuestros pueblos. Las relaciones bilaterales de ambos países no deben estar sujetas a las hostiles actividades de algunos grupos de interés en contra de Turquía. Sería productivo para ambos países continuar con una agenda positiva para seguir desarrollando las relaciones.
*Embajadora de la República de Turquía en Buenos Aires.
