El feminismo no es un bloque único. Nunca fue una sola voz ni una agrupación homogénea: es un conjunto de corrientes, miradas y prioridades que cambian según contextos sociales, políticos y culturales. Esa pluralidad puede generar tensiones, y es legítimo que así sea. Pretender que haya un único norte es olvidar que la riqueza del movimiento está justamente en su diversidad.
En segundo lugar, se menciona que muchas mujeres se sienten excluidas si no comparten ciertas posturas ideológicas. Este sentimiento puede existir, y es legítimo que se discuta. Pero hacen falta datos concretos que permitan ver en qué organizaciones, en qué ambientes, en qué casos y también si hay apertura al diálogo para diferenciar crítica constructiva de generalización injusta.
Críticas al Gobierno: no por gusto, sino por hechos. La nota sugiere que las feministas critican por rechazo automático a la derecha. Pero hay hechos concretos que explican las posiciones actuales frente al gobierno de Javier Milei:
En el Foro Económico Mundial de 2025, Milei calificó al feminismo y a la diversidad sexual como “la epidemia que hay que curar”.
Ha dicho que es más lógico hablar de “machicidio” que de “femicidio”, relativizando una categoría legal que visibiliza la violencia machista.
Eliminó el Ministerio de las Mujeres y recortó programas claves como Registradas (que buscaba formalizar a las trabajadoras de casas particulares), la moratoria previsional (de la que dependían sobre todo mujeres que dedicaron años al cuidado) y el Programa Acompañar para víctimas de violencia.
Es decir: las críticas feministas no son un capricho, sino una reacción frente a políticas y discursos que directamente atentan contra los derechos de las mujeres y diversidades.
Feminismo activo, aunque poco visible. Se dice que el feminismo se apagó. Pero más bien lo que ocurre es que no siempre recibe la misma cobertura mediática. Las feministas argentinas estuvieron en la conferencia regional de la Cepal en México, impulsando la corresponsabilidad del cuidado. Fueron actoras claves en la sentencia de la Corte Interamericana que reconoció el cuidado como un derecho humano. Y aun con recursos escasos, sostienen redes, acompañan a víctimas y organizan movilizaciones como las del último Ni Una Menos, que criticaron con fuerza el recorte de derechos.
Pluralidad, disensos y continuidad. El tema de la vinculación con la lucha LGBT+ o los derechos trans es uno de los más complejos. Ciertamente hay tensiones reales: no todas las mujeres feministas coinciden en cómo abordar algunas políticas. Sin embargo, algunas ven que los derechos trans no atentan contra los derechos de las mujeres, sino que son parte de la ampliación de lo que significa justicia de género. Verlo como fusión indiscriminada puede ocultar puntos de convergencia que funcionan bien.
El artículo señala que hay demasiados frentes abiertos y enumera con claridad la persistencia de desigualdades graves: brecha salarial, violencia, doble jornada, femicidios, acoso, carga del cuidado y hasta impactos en la salud por anticoncepción y estándares de belleza. Coincido: son problemas reales, urgentes y aún no resueltos. Pero resulta contradictorio reconocer esa multiplicidad y, al mismo tiempo, exigirle al feminismo que tenga un único objetivo. ¿Cómo priorizar qué desigualdad es más importante? ¿Quién decide qué tema merece más voz? El feminismo no se define por homogeneizar las luchas, sino por acompañarnos en la diversidad de causas, apoyando a la compañera que pelea en otro frente, porque de eso se trata: de sostenernos mutuamente frente a todas las formas de desigualdad que nos atraviesan.
En conclusión. El feminismo no se olvidó de las mujeres: sigue peleando por ellas, con estrategias más diversas de lo que los grandes titulares suelen mostrar. A quien hoy no encuentre su espacio feminista, le invito a buscar un poco más: porque están, estamos. Resistiendo la embestida de odio, cuidando lo conquistado y creando nuevas formas de acompañar.
El feminismo no perdió su rumbo: está vivo, plural y en movimiento.
*Directora de Grow-género y trabajo.