ELOBSERVADOR
Gabriel Brener

“Instalaron que fue manipulado”

Para el ex funcionario, la discusión invisibilizó el hecho de que mejoraron los resultados generales de la prueba.

20161211_1159_observador_Normal_1_Ribass_66320
Ciudad. Los resultados de CABA sí fueron aceptados por PISA. | Telam
PERFIL consultó al ex subsecretario de Equidad y Calidad Educativa del Ministerio de Educación de la Nación durante la gestión anterior acerca de los resultados y los niveles de responsabilidad política en los mismos.
—¿Sirven las PISA? ¿A quién le sirven?
—PISA es una prueba de medición de desempeños a estudiantes de 15 años de varios países en tres áreas de conocimiento, que se hace cada tres años y que no contempla ni diseños curriculares ni contextos singulares, ni año en curso del estudiante. No debe sobredimensionarse ni subestimarse. Provee información que ayuda a tomar decisiones. Lo que es necesario aclarar es que PISA depende de la OCDE, una organización internacional ligada a la economía. La educación es contemplada como bien de consumo antes que como derecho social.
—¿Cómo analiza el hecho concreto de quedar afuera? ¿Hubo negligencia?
—Hay que separar cuestiones para comprender. Por un lado, los resultados de la evaluación y, por otro, la comparabilidad entre las mediciones respectivas. Atendiendo nuestro contexto de historia y país, lo que sucedió es que menos cantidad de alumnos de 15 años hicieron la prueba 2015, lo que hace que los resultados puedan no ser comparables según la OCDE. (Excepto CABA, que no implementó la EGB ni el Polimodal de la anterior Ley Federal). El resto del país efectuó cambios en la estructura de la secundaria. Por ello no son comparables las muestras, cuestión que no invalida los resultados. Si existiera una política evaluativa de Estado y no ligada a cada gobierno, se podría haber evitado y atendido este problema. El propio ministro de Educación actual descartó animosidad. El propio director de PISA, Andreas Schleicher, en la misma nota de La Nación que titula “Manipulación” (5/12/2016) sostiene: “No tenemos evidencia de que haya habido una manipulación intencional de las muestras”. Ocurre que se ha trocado la parte por el todo. Se instala la idea de manipulación antes de cualquier averiguación y entonces la mejora que los estudiantes obtuvieron en PISA 2015 queda invisibilizada. De eso no se habla. Lo que el gobierno actual llama error muestral hay quienes, sin mediar escucha y análisis, nominan o sentencian como manipulación. Y haciendo zoom en ello se oculta que existen mejoras en los desempeños. En síntesis, un informe que quedó observado se presenta como “estar afuera ( del mundo)”, quedar offside, fuera de juego, “descalificado”. Y no es así.
—¿Cuáles son las mejoras y los temas pendientes en materia de educación (especialmente en chicos de 15 años) de la gestión anterior? ¿Y de la actual?
—En estos días se cumplen diez años de la ley de educación nacional. A partir de la misma, la secundaria se convierte en obligatoria, eso implica que el Estado tiene la obligación de garantizar ese derecho. Una escuela secundaria que fue selectiva y excluyente durante todo el siglo XX hace muy poco tiempo ha incluido a adolescentes que nunca han ingresado a dicho nivel. Se han realizado políticas de inclusión educativa, digital, provisión de libros y recursos educativos y formación docente, con el objetivo de fortalecer las condiciones para enseñar y aprender así como la trayectoria escolar de estudiantes. Los logros son importantes pero insuficientes. La tarea sigue siendo transformar la secundaria.
—¿Cuál es su posición en cuanto a las evaluaciones en general?
—Las evaluaciones son relevantes, aunque un componente más del proceso educativo. Son información clave para tomar decisiones de mejora educativa. Pero los resultados de las evaluaciones estandarizadas son sólo un dato que debe leerse y entenderse en contexto, con los participantes del proceso educativo. La obsesión resultadista suele desconocer los procesos que hacen posible un resultado, y tienden a ser más punitivas que educativas. Son importantes los procesos y los resultados, así como reconocer lo singular de un contexto. Es preciso advertir puntos de partida, no sólo atender líneas de llegada.