Según el primer estudio de narcotráfico en Salta, elaborado en 2011 por el actual ministro de Seguridad provincial en su paso por la Agencia Antidrogas local, el 90% de la cocaína que ingresa a la Argentina lo hace por la provincia. Un estudio de la ONU recopiló en junio, por primera vez, la información sobre los embarques secuestrados con cocaína a nivel global de 2001 a 2012. Después de los puertos de Brasil y Colombia, los argentinos son los principales despachantes de cocaína en el mundo. Salta es vecina de uno de los tres principales productores de cocaína del planeta, pero hace más de diez años la zona no tiene cobertura de radares.
En 2010, según la DEA, la agencia antidrogas estadounidense, pasaron setenta toneladas de cocaína por la Argentina. Esa droga, puesta en Europa hoy, se paga a 3.500 millones de dólares. El negocio del narcotráfico de la cocaína boliviana depende de una estructura delictiva montada en Argentina, con actores argentinos. Cada 50 mil dólares que deja cada kilo de cocaína colocado en Europa, sólo 3.500 dólares quedan en manos de los productores bolivianos y 46.500 se reparten entre un complejo circuito de postas dentro del territorio argentino.
El año pasado, el diario El Tribuno de Salta advirtió que cincuenta colombianos entran todos los días a la provincia por Salvador Mazza. La AFIP anunció en julio de este año que una red internacional de trabajo ilegal fue desbaratada. El operativo se hizo en diez provincias; se detuvo a 27 ciudadanos colombianos y se rescató a 231 personas que estaban en condiciones de trabajo esclavo, la mayoría de esa nacionalidad. En Salta, al menos 17 ciudadanos fueron rescatados en nueve allanamientos, ocho de ellos en Salta capital y otro en San Ramón de la Nueva Orán. El medio salteño hablaba de una banda que por un lado fabricaba y vendía muebles de mimbre y por el otro otorgaba microcréditos a precios de usura. La AFIP dijo lo mismo meses más tarde y agregó: “Era una plataforma para la construcción de una red de narcotráfico y lavado de activos”
El lugar señalado como la puerta de entrada de la mayoría de la cocaína a la Argentina es la localidad salteña de Salvador Mazza, a 400 kilómetros de Salta capital, al final de la Ruta Nacional 34. Salvador Mazza es sinónimo de narcotráfico para los salteños. Los últimos años esa frontera se llenó de muerte, drogas y sicarios. Un cambio radical en la conducta delictiva se produjo el año pasado. En territorio argentino, fueron siete asesinatos en 2012, y del
otro lado fueron nueve en los últimos tres meses, según las fuerzas del vecino país.
Los salteños Tomás Horacio López y Juan Carlos Callejas, y el ciudadano boliviano Andrés Plata, no llegaban a los 30 años y fueron acribillados en la llamada Masacre de Acambuco. Se contaron al menos 35 impactos del fuego cruzado de dos ráfagas de ametralladora. En la ejecución de Plata, los investigadores salteños encontraron rastros de saña, además fue el que recibió más impactos. En Bolivia dicen que había traicionado a Obilmar González, líder de uno de los cuatro clanes que operan en la frontera. Fueron emboscados el 10 de octubre en la selva de Acambuco.