Vivimos en una época en que los medios de comunicación deben adaptarse a las ley de los 140 caracteres, al éxito medido en clicks virales, a los videos de menos de un minuto, a los “me gusta” de Facebook o a los corazones de Instagram; una época en que varias instituciones tradicionales están atravesando crisis de identidad, de las que el periodismo no queda por fuera.
“En los últimos 12 años fuimos testigos de cómo el avance de la tecnología devastó el oficio”, lanzó sin escrúpulos Martin Baron, director del Washington Post –medio que lideró un proceso de reconversión digital desde que fue adquirido en 2013 por Jeff Bezos, responsable de Amazon–, como parte de la charla de inauguración del Festival Gabriel García Márquez, en el Jardín Botánico de Medellín, hace dos semanas.
En el evento, que es uno de los más prestigiosos a nivel latinoamericano sobre periodismo innovador, se mostró entusiasta frente a los cambios que atraviesa el oficio.
Duelo. Más allá de sus 71 años, Baron habla como si fuera un nativo digital: “Los periodistas viejos nos sentimos cómodos y apegados a como era el oficio. Yo mismo ya tuve mi etapa de duelo, como si hubiera muerto un familiar. Pero, como en todo, hay que dejar la tristeza atrás”. Seguir adelante, para él, significa adaptar el periodismo a las nuevas tecnologías. “Ignorarlo sería una negligencia profesional. Estamos en una sociedad digital y móvil. Será mejor que acojamos el cambio con entusiasmo”.
Para María Teresa Ronderos, directora del programa de periodismo independiente de la Open Society Foundations (OSF), quien también participó del Festival con un taller sobre emprendimientos digitales, “el momento en el que vivimos en el mundo puede compararse con 1470, cuando recién salía la imprenta y la gente sólo sabía lo que los monjes imprimían. También había miedos y censuras. Un clima de incertidumbre como el que se vive ahora. Antes el periodismo era el rey de todo. Y ahora está en crisis”.
Ella asegura que en todo el mundo los medios tradicionales están en un momento difícil: descartan los trabajos de investigación porque son caros y demandan mucho tiempo, un tiempo que cada vez parece más efímero.
Futuro prometedor. Sin embargo, ambos especialistas coinciden en que es un buen momento para innovar. “A medida que el modelo de negocio de los medios tradicionales se desmorona, con despidos masivos en las redacciones, la colaboración periodística y la innovación se están convirtiendo en indispensables para poner en común conocimiento, ahorrar costos y llevar a cabo investigaciones complejas”, afirma Ronderos.
Baron, quien fue uno de los integrantes del grupo de periodistas de investigación Spotlight, estima que para 2020 el 80% de la sociedad tendrá celulares inteligentes y que ésa es una de las claves principales: “Los móviles van a dominar y los medios deberán tener una mentalidad enfocada a lo móvil”.
En este contexto, las redes sociales se vuelven vitales. “La gente no va a buscar la información. Espera que los encuentre a ellos. Por eso debemos dársela”, agrega Baron.
Las redes sociales y los buscadores también son importantes para conocer mejor a la audiencia actual ya que resultan ser las mejores encuestas. “Si queremos saber lo que más preocupa a las personas, tenemos que escuchar mejor y con más frecuencia. Las personas conversan en las redes”.
Temas claves. El director del WP detalla que las temáticas que más se buscan en la actualidad tienen que ver con la vida espiritual, el mundo animal y la crianza de los hijos. Por eso, según los especialistas, si los medios no quieren perder audiencia tendrían que adaptarse a estas temáticas, que son aquellas en las que la gente más interés tiene en la actualidad.
Para Baron, los medios tradicionales que busquen lograr esta convergencia necesitarán personal que domine tecnología de punta. “El fin último es atrapar audiencia y para eso buscamos nuevas narrativas, más vívidas, viscerales. Poder mostrar, además de contar”.
Ronderos enumera las clases de periodismo que hoy en día tienen más éxito, como el periodismo de chequeo de datos, el periodismo investigativo innovador y colaborativo, como el caso de Panamá Papers, el periodismo de datos y el que cuenta historias. También existe otra clase de medios aun más innovadores, que lo que hacen es enseñar a los ciudadanos cómo ser periodistas y cómo investigar, como el caso del inglés Bellingcat.
“Con las webs la idea es que hoy la gente se sienta como en casa, que se sienta bien. Con puertas y ventanas abiertas. Para eso es importante llamarlos a participar. Decirles que ellos también pueden escribir sus historias”. Otras clave para lograr éxito con emprendimientos periodísticos es darle importancia a la distribución, cómo hacer que la gente llegue a tu sitio, y la otra es la transparencia: “Que el lector sepa quién le cuenta la información y que el periodista conozca a su audiencia”.
Trump. En la charla del Festival Gabo, Baron no dejó por fuera al candidato republicado. Denunció ataques contra los medios por parte de Donald Trump. “Es normal que un candidato se enfrente a la prensa durante una campaña electoral. Pero él ha buscado sistemáticamente satanizar a la prensa. Ha abogado abiertamente por el endurecimiento de las leyes de difamación, sugiriendo que hará sufrir a ciertos medios a través de multas, aumentando sus gastos legales y, posiblemente, sometiéndolos a sanciones”.
Nuevas generaciones. “Lo ideal es que el periodista actual domine las herramientas del oficio con las que trabaja. Y hoy, más allá del lenguaje, es importante el manejo de la imagen, del sonido y de redes sociales. La estética tiene mucho valor porque algo bello lo hace inolvidable e innovador”, agrega Ronderos.
Al finalizar la disertación que ofreció, Baron se mostró entusiasta frente a un público repleto de estudiantes universitarios de toda América Latina: “Me siento alentado con las nuevas generaciones de periodistas que se vienen, reveló. Entienden su rol fundamental en la sociedad. Ellos son nativos digitales y se nota, entienden a sus lectores”.