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Moreno Ocampo, lo de Nisman “era una denuncia, no una acusación”

El ex fiscal del juicio a las juntas analiza con rigor el texto que acusa a la Presidenta de encubrimiento.

Para Moreno Ocampo, fue demasiado lejos para ser una simple denuncia.
| Cedoc

Protagonista de uno de los momentos culminantes de la Justicia argentina –el juicio a las juntas–, Luis Moreno Ocampo analiza la acusación contra Cristina Fernández de Kirchner elaborada por el fiscal Alberto Nisman, cuya muerte ha conmocionado al país.

Después de ser el primer fiscal jefe de la Corte Penal Internacional de La Haya, Moreno Ocampo dicta hoy cursos en Harvard y Yale y trabaja en un estudio de abogados en Nueva York, donde conversó con PERFIL. El ex fiscal adjunto del juicio a los comandantes, en 1985, advierte que, si aún falta investigar más las circunstancias de la muerte de Nisman –suicidio o asesinato–, sí es posible evaluar ahora la solidez de su denuncia contra la Presidenta, divulgada por la Corte Suprema.

—¿Cuán fundada es la acusación de Nisman contra la Presidenta?
—Los medios publicaron que Nisman estaba acusando a la Presidenta, pero en realidad él presentó una denuncia, no una acusación. La diferencia básica es que la denuncia intenta iniciar una investigación judicial, comienza el proceso de buscar pruebas, mientras que la acusación es la culminación de la misma una vez que se ha reunido la prueba. Para hacer una denuncia, basta presentar una hipótesis.

—Si para la ley basta una sospecha para presentar una denuncia, ¿por qué se le exige a Nisman que pruebe los hechos?
—El problema es que Nisman mismo es muy contundente en su escrito. El va mucho más lejos de lo que una simple denuncia requiere, no se limita a presentar una hipótesis, dice que la responsabilidad de la Presidenta y del ministro de Relaciones Exteriores está probada, que tomaron “la decisión deliberada de encubrir a los imputados”.

—¿Cuáles son los puntos principales de la denuncia de Nisman?
—Nisman considera que la voluntad de la Presidenta de firmar el memorándum de entendimiento con Irán incluía una decisión criminal de encubrir a los acusados. Esa es su hipótesis. El delito de encubrimiento significa que una persona que no participó en la comisión de un delito ayude a aquel que lo cometió con la intención de eludir las investigaciones de la autoridad o a sustraerse de la acción de la Justicia. Eso es lo que hay que probar. La jurisprudencia del delito de encubrimiento requiere que la ayuda sea material; por lo tanto, no bastan los apoyos de carácter moral ni los consejos.

María Marta. Para explicar su punto, Moreno Ocampo cita el ejemplo de Guillermo Bártoli.
—Bártoli fue condenado por encubrir el asesinato de María Marta García Belsunce. Su aporte material habría consistido en mover el cuerpo de lugar y cambiarle la ropa. Los jueces, para condenarlo, consideraron que esas acciones se habían realizado con el fin de ayudar al autor del homicidio a eludir la Justicia.

—Según Nisman, el aporte material que hizo la Presidenta es el memorándum de entendimiento con Irán.
—Pero ese memorándum se debatió en el Parlamento argentino con discusiones transmitidas en directo por televisión. La DAIA y la AMIA, así como la mayoría de la oposición, estaban en contra del memorándum. Algunos dijeron que era inmoral negociar con quienes produjeron la masacre de la AMIA. Sin embargo, el Gobierno consideró que la firma del memorándum era la única forma de destrabar la investigación sobre la AMIA y permitir tomar declaración a los sospechosos. El debate sobre la conveniencia o inconveniencia del acuerdo con Irán se hizo en el Congreso.

Según Moreno Ocampo, para considerar que la promoción de ese acuerdo es el “aporte material” requerido por el delito de encubrimiento, la investigación que promovió Nisman debe ir más lejos y probar que la Presidenta tenía la intención oculta y criminal de ayudar a los sospechosos del atentado de la AMIA a sustraerse de la Justicia. Sobre ese punto, Nisman no presenta pruebas directas.

—¿Logra Nisman probar la culpabilidad de la Presidenta a través de indicios cuando destaca que ese memorándum fue el fruto de una diplomacia paralela con Irán que habría intentado encubrir el ataque terrorista a la AMIA?
—El describe la interacción directa de un grupo de allegados a la Presidenta que no pertenecía a la Cancillería con representantes de Irán. Por decisión de Cristina Fernández de Kirchner, esas personas habrían implementado un cambio en la política de relaciones con Irán. Nisman sostiene que, en razón de la “crisis energética argentina”, la Presidenta habría impulsado el comercio con Irán para comprar petróleo a cambio de alimentos.

Nisman cita frases de las personas implicadas, de reuniones con el ministro De Vido y del interés en hacer negocios con YPF. Indica que incluso uno de los prófugos iraníes, Moshen Rabbani, recibía reportes telefónicos de los acuerdos con el gobierno argentino y que habría dicho que algunos sectores del gobierno de Irán estaban listos para venderle petróleo a Argentina y comprar armas.

Para Moreno Ocampo, todo eso es interesante pero todavía no prueba la intención de la Presidenta de ayudar a los sospechosos a escapar de la Justicia.

—¿Eliminar las notificaciones rojas de Interpol puede ser un delito?
—Las notificaciones rojas no son resultado de una investigación de Interpol. Son los jueces argentinos los que deciden qué personas deben estar en las notificaciones rojas. Interpol actúa como una coordinadora de la gestión policial en todo el mundo. El objetivo es que si esas personas viajan afuera de Irán, puedan ser detenidas. Según entiendo, esas notificaciones rojas siguen vigentes. Y es el juez de la causa quien puede modificar esa situación. Nisman cree que la implementación del memorándum las dejaría sin efecto.

—¿Cuál es su conclusión? ¿Usted cree que las pruebas que Nisman presenta acreditan que la Presidenta cometió un delito?
—Nisman afirma en el escrito que la Presidenta y el ministro Héctor Timerman “actuaron con un único y delictivo propósito: lograr la impunidad definitiva de los acusados iraníes y el cese de toda actividad jurisdiccional en su contra”. El error de Nisman es plantearlo como algo que ya está probado cuando es una hipótesis a investigar. Habrá que ver hasta dónde se llega. Las personas que Nisman menciona: D’Elía, Esteche, Larroque, Yrimia, deberán explicar sus dichos.

La denuncia de Nisman, entonces, por ahora no prueba el caso con la certidumbre que él afirmaba, pero sí revela graves problemas de funcionamiento en nuestras instituciones.

Si queremos controlar el avance de las mafias, no basta con criticar al Gobierno. Las elecciones se avecinan y cada candidato debería explicar cómo mejorará el funcionamiento de nuestras instituciones, como evitará la manipulación de la Justicia y cómo garantizará que los servicios de Inteligencia no serán parte de las mafias sino que se dedicarán a investigarlas”, concluye Moreno Ocampo.

—¿Cómo murió Nisman?
—De acuerdo a la información pública, no se encontraron residuos de pólvora en las manos de Nisman. Eso hubiera avalado la hipótesis del suicidio. Ahora se estaría analizando si esa pistola de pequeño calibre deja rastros de pólvora. Si esa pistola deja rastros en las manos, la conclusión es clara, el fiscal fue asesinado.

Moreno Ocampo insiste en que ahora es clave seguir la investigación.
—Es necesario establecer si alguien entró al departamento o no, si las puertas estaban cerradas, si Nisman había sido intoxicado, cruzar llamadas telefónicas y mensajes, estudiar todos los detalles forenses. Hay que hacer lo mismo que muestran las series de televisión y dejar que las pruebas hablen. Lo que no hay que hacer es especular.

—Sin embargo, y más allá de que recientemente haya cambiado de opinión, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, a las pocas horas de encontrarse el cuerpo de Nisman, insinuó a través de Facebook que se trataba de un suicidio. ¿Eso no es especular?
—Me preocupa muchísimo lo que pasó y creo que puedo contribuir a la discusión con mi experiencia. El tema central es aclarar la muerte de Nisman. Yo estuve diez años afuera del país y cuando volví me impresionó lo fracturados que estamos como sociedad. Somos u oficialistas u opositores. Creo que este caso es una oportunidad única y necesaria para reconstruir una discusión civilizada.

Todo el mundo, con razón, se asusta porque la mafia avanza en Argentina. La mafia no es ni oficialista ni opositora, la única forma de enfrentarla es hacer respetar la justicia, hacer respetar la verdad.

La muerte del fiscal Nisman tiene dos connotaciones principales, una jurídica y otra política. El ex fiscal de la Corte Penal Internacional elude las cuestiones políticas y opina que hay que evitar que las visiones partidarias y los temas personales dominen el diálogo en un momento tan crucial. El quiere centrar su aporte a lo estrictamente judicial, en el hecho de saber cómo murió.

*Desde Nueva York.