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decision nacional, impacto local

Rosario: los gendarmes se fueron, el narco sigue

Berni se llevó, sin anuncio y en medio de las fiestas, a 1.400 agentes federales que habían llegado nueve meses atrás para “pacificar” la ciudad. La nueva policía santafesina que los sustituyó debutó mal.

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El retiro de Rosario de unos 1.400 gendarmes aún retumba en esa ciudad. De la mano de un imponente desembarco en abril del año pasado encabezado por el secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni, los agentes federales habían llegado con el fin de “pacificar” el territorio. Sin embargo, el tiempo que estuvieron en la localidad santafesina hicieron muy poco. La tasa de homicidios apenas bajó en 2014 y los operativos antidroga sólo afectaron al narcomenudeo. Desde el gobierno provincial buscan desdramatizar la partida y señalan que la zona no quedará desprotegida. Para eso, crearon hace unos meses una nueva fuerza dentro de la estructura policial, la cual ya quedó envuelta en un confuso episodio tras la muerte de un muchacho que recibió
tres disparos.       
El retiro de gran parte de los 2 mil gendarmes que llegaron a Rosario hace nueve meses se concretó entre Navidad y Año Nuevo. La decisión política de sacarlos se había tomado hace varias semanas, pero Berni puso en marcha la partida en medio de esas fechas (donde parte de la población se prepara para los festejos y sus vacaciones) dado el impacto que tendría el anuncio en otro contexto, en una ciudad que sostiene altos niveles de violencia.
El desembarco que acordaron tiempo atrás Berni y Bonfatti tuvo por fin comenzar a profundizar la lucha contra el narcotráfico y, sobre todo, bajar los índices de asesinatos, los cuales se triplicaron desde el año 2012.   
Los objetivos se cumplieron a medias. El 2014 cerró en el departamento de Rosario con cifras similares al año anterior: 250 crímenes contra 264 de 2013.
El vaivén de esos guarismos poco tuvo que ver con la presencia de los agentes federales. Los números se habían disparado a principios de 2014, cuando en el primer trimestre hubo un asesinato por día, aunque comenzaron a mermar ya a mediados de marzo, semanas antes de la llegada de gendarmes. Para octubre, los datos se equipararon con respecto al año anterior, y hubo una leve declinación que determinó un final con catorce homicidios menos que en 2013.
El lunes pasado, Berni mencionó que con los gendarmes se habían generado 350 nuevas causas judiciales vinculadas con la comercialización de drogas. Sin embargo, desde abril los procedimientos de las fuerzas que dependen del Ministerio de Seguridad de la Nación sólo han afectado al narcomenudeo. Es decir, apenas se actuó sobre pequeños vendedores de baja escala y consumidores. En todo el período no se procesó ni
(mucho menos) se detuvo a grandes proveedores e integrantes de avezadas organizaciones narco.     

Las repercusiones locales. El retiro también sigue dando que hablar a las autoridades locales. Voceros del Municipio rosarino buscaron desde un principio desdramatizar la situación e imponer una propia mirada al señalar que las fuerzas federales seguirán teniendo relevancia en la región.
“Si sumás los 750 gendarmes que quedan (el funcionario entregó una cifra superior a la que se conoció oficialmente) y los prefectos, te encontrás con más de mil efectivos. Eso no es poco”, señala el secretario de Gobierno de Rosario, Fernando Asegurado.
El funcionario mencionó que la idea es continuar trabajando de forma coordinada en el control de los accesos por las rutas nacionales, los puestos fijos en Avenida de Circunvalación (el anillo que rodea a Rosario), el entorno de las universidades públicas y (en el caso de Prefectura) los bordes de arroyos e ingreso a los puertos. También está previsto que se sostenga un convenio con Nación que permite realizar fiscalizaciones vehiculares dentro de la ciudad.
Por su lado, Gustavo Zignano, coordinador en Rosario del Ministerio de Seguridad santafesino, prometió que el gobierno provincial terminará de reemplazar con efectivos propios en abril (tarea que ya se inició el año pasado) a la totalidad de los agentes federales que se fueron.
Al respecto, recordó que en septiembre salieron a patrullar la ciudad por primera vez cuadrículas de la Policía de Acción Táctica (PAT). Son 350 uniformados que recorren algunos de los barrios más peligrosos: La Cerámica, Villa Moreno, La Bombacha, el cuadrante al sur de Eva Perón y Wilde y Azcuénaga.
A ellos se les sumaron 350 agentes hace tres semanas. Estos son parte de una camada de 880 egresados del instituto de formación policial santafesino. Los efectivos sólo cursaron un año allí y están habilitados para salir a la calle a partir de la sanción de la Ley de Emergencia en Seguridad, que rige en la provincia. La base de la PAT es la Policía de Proximidad de la Federal porteña, que desde hace tres años trabaja en la Villa
31 de Retiro.
Lo cierto es que la falta de experiencia y escasa capacitación de los nuevos uniformados ya genera dudas en la población rosarina. Esa sensación se profundizó el domingo pasado, cuando agentes de la PAT quedaron involucrados en un confuso hecho ocurrido la zona oeste de la ciudad. La persecución a un ladrón tuvo como trágico final la muerte de Jonathan Ezequiel Herrera, un joven ajeno a todo el episodio que estaba lavando su auto frente a la puerta de su casa.
Todo comenzó cuando integrantes del Comando Radioléctrico (de otro sector interno de la policía santafesina) comenzaron a tirotearse con el delincuente, quien acababa de asaltar una juguetería y cubría su retirada disparando. En medio de ese enfrentamiento, de un colectivo bajaron cuatro efectivos de la PAT que se sumaron a la balacera sin saber muy bien lo que ocurría y a quién le disparaban.
Así fue que Jonathan, quien intentó esconderse detrás de un árbol mientras uno de sus hermanos y un primo lograron ingresar a su vivienda, fue alcanzado por tres disparos al quedar en medio del fuego cruzado. Un informe preliminar de la autopsia reveló que dos de las tres heridas fueron producidas por balas calibre 9 milímetros compatibles con las de uso policial. Por eso, tres  uniformados de la PAT (principales sospechosos del hecho) fueron pasados a disponibilidad y sus armas están siendo peritadas.

*Periodista del diario El Ciudadano y del semanario Cruz del Sur.

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