La presentación, el jueves pasado, del programa económico de Podemos, la fuerza política que irrumpió en el escenario español en enero de este año, suma adeptos y amenaza con quitar espacio a los partidos tradicionales, se resume en lo que la prensa de ese país refleja en sus coberturas: que Podemos comienza a pasar “de los deseos” a un plano “más realista para formar un gobierno progresista”, según describen.
Ese parece ser el ángulo que buscaban los economistas Juan Torres y Vicenç Navarro, que firman el plan en el que también participó como asesor Facundo Firmenich. En el documento de 68 páginas, el partido liderado por Pablo Iglesias deja claro que moderó sus propuestas anteriores –principalmente, las relacionadas al no pago de la deuda pública, la renta universal y la edad de la jubilación– y busca ocupar, según dichos del propio Iglesias, “la centralidad del tablero” en la política española.
Bajada de línea. Las medidas presentadas plantean una reestructuración ordenada de la deuda pública o bien, una quita pactada. “La totalidad de la crisis de deuda termina con algún tipo de reestructuración o de impago. Las políticas del PP pueden llevar, si siguen aplicándose, a España una situación de este tipo”, criticó el economista Torres. Y en consonancia con los programas de la Unión Europea, convierten la “renta universal básica” propuesta en un principio como una “ayuda para toda aquella persona que no tenga ingresos”.
Derechos. Otra de las ideas defendidas por los economistas, fijar la edad máxima de jubilación en 65 años, también choca con la propuesta del programa europeo, que la rebajaba hasta 60; pero en el plan presentado se incluye además la ampliación de mecanismos de financiación pública frente a la banca privada, “para que el acceso al crédito sea un derecho”, dijo a su vez Vicenç Navarro.
Ahora queda que Podemos debata y analice este proyecto a nivel interno en su Consejo Ciudadano, máximo órgano de gobierno del partido, y con representantes de las empresas, las pymes, los trabajadores cuentapropistas y distintas organizaciones sociales para “mejorar el proyecto, contrastar ideas, tener más consenso y tratar de reducir la inquietud generalizada en varios sectores”, declararon desde el movimiento.