Es el lunes 20 de mayo, tres días después de la muerte de Jorge Rafael Videla, una noticia que conmocionó al país. El teléfono del estudio de Mariano Castex suena varias veces, antes de que se decida a atender. La llamada es para proponerle, en caso de que sea pedido por parte de la familia, que analice el cuerpo del ex dictador.
—¿Le propusieron trabajar sobre Videla?
—Sí, no tuve ganas. Dicen que le encontraron golpes y alguna fractura. Es muy difícil que un tipo que se rompe algo y tiene tan mala estabilidad como él pueda ir a sentarse solo al inodoro.
Algunos testigos cuentan que él dijo que estaba mal y resulta que lo encuentran sentado en un inodoro muerto al otro día, me pregunto si no hubo un abandono de persona. Cuando dicen que en la cárcel hay lugar para tratar a gente enferma, están mintiendo. Ahí está la prueba, no importa si es Videla o cualquier otra persona.
En este sentido, Castex advierte que su defensa por los derechos humanos “es para todos por igual”.
