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Salud

Bienestar emocional: por qué el abuso de redes sociales puede perjudicar el vínculo de una pareja

El uso excesivo de la tecnología deteriora los vínculos personales. Para que no ocurra es importante encontrar un equilibrio entre ambos mundos y que no afecte nuestras relaciones reales.

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El uso excesivo de las redes sociales puede perjudicar el vinculo de una pareja. | Gtlza. OSDE

La tecnología forma parte de nuestra rutina y su uso excesivo puede convertirse en un problema para el bienestar emocional. Uno de los vínculos que más afectado se ve por el uso de los smartphones es el de las parejas, las que pueden sufrir desequilibrios por el consumo de tiempo en la pantalla y la naturaleza de la información compartida, sobre todo, en redes sociales. 

Nuestra salud y las redes sociales

El bienestar es físico y también emocional, y para alcanzarlo es necesario mantener vínculos genuinos que trasciendan el mundo tecnológico. Las aplicaciones nos regalan muchos beneficios, pero su acceso es tan sencillo y adictivo que abusar de su consumo, a veces, es tan simple que no lo percibimos. Por eso es vital transitar su uso sin cruzar esa línea en la que, silenciosamente, afectamos negativamente a nuestras relaciones personales.

Pero, ¿cómo podemos hacer un mal uso de la tecnología de contacto? No solo con su utilización excesiva, sino también con el tipo de publicaciones que compartimos. El equilibrio entre subir información relevante o entretenida y el exceso y la falta de ubicación no solo es peligroso para la intimidad de cada persona, también abruma e incomoda a quienes consumen esos posteos. Y ese mal uso de las redes sociales trasciende la aplicación y genera desajustes en las relaciones personales. 

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Un estudio realizado en la Universidad de Northwestern de Canadá, a cargo de la psicóloga Lydia F. Emery, aseguró que las parejas que comparten en exceso información personal podrían presentar menores niveles de felicidad en su relación. Para analizar este fenómeno, Emery realizó una encuesta a 108 parejas universitarias, entre ellas algunos matrimonios y relaciones abiertas. Durante dos semanas, a cada uno de los participantes se le entregó un diario donde debían anotar qué tan seguros estaban con su relación y cuánto tiempo interactuaron en Facebook. 

En esta investigación se tuvo en cuenta el tiempo que cada persona utilizaba sus redes sociales y cuántas publicaciones sobre su pareja compartía. El resultado fue que aquellas personalidades con más ansiedad e inseguridad sobre su relación exponían más el vínculo con su pareja que otras para lograr aceptación en su comunidad.

Por otra parte, llegaron a la conclusión de que ver publicaciones sobre otras relaciones en exceso puede perjudicar aún más el propio vínculo. Es común que se comparta información sobre aspectos positivos obviando los negativos, y esa muestra parcial crea una sensación de perfección irreal en los demás que, inconscientemente, se pone en comparación con las propias, marcando un fuerte choque entre una relación genuina con altibajos y una irreal que solo muestra felicidad y perfección. 

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Las relaciones mediatizadas y las cara a cara, un choque cada vez más fuerte en nuestra realidad diaria.

Lo real y lo virtual, ¿pueden convivir en equilibrio?

La investigación puso al descubierto que el exceso de apertura de nuestra vida personal en redes sociales como Facebook o Instagram, por ejemplo, no solo crea pérdida de intimidad, sino que muestra un presente decorado de fantasía que colapsa cuando se contrapone al real, el que debe tener como parte saludable momentos buenos y otros no tanto. 

Compartir momentos felices con una pareja en redes sociales no es siempre negativo, pero, como todo en la vida, debe tener un equilibrio. Hay que saber encontrar el punto ideal entre mostrar esos momentos privados que no solo sumen bienestar emocional a la pareja, sino también a quienes lo ven, dando mensajes positivos desde la enseñanza o el buen ejemplo. 

No hablamos solo de calidad, sino de cantidad, el abuso de interacción también puede crear molestia con los demás y con nuestras relaciones reales, por eso es importante no dejar de repensar nuestras acciones en las aplicaciones, sobre todo aquellas que involucran nuestra vida privada y la de nuestros vínculos.