Los viajes de negocios son un imperativo para cualquier empresario que quiere que su compañía llegue más lejos y genere más trabajo y oportunidades. Sin embargo, muchos hombres y mujeres del mundo corporativo tienen una traba que les impide realizar tal tarea: el miedo a volar o, como se lo designa científicamente,la aerofobia.
Algunos estudios internacionales, incluso, aseguran que uno de cada tres pasajeros padece algún tipo de temor al subir al avión. Ahora bien, ¿qué sucede cuando esa fobia puede poner una barrera al crecimiento de una compañía, ya que un director de la misma se niega a desplazarse de un lugar a otro por vía aérea?
Imaginemos, por ejemplo, que un productor de peras y manzanas de Allen (Río Negro) debe viajar a Buenos Aires una vez por mes para cerrar acuerdos de exportación y que, por miedo a volar, se desplaza por vía terrestre. Esa persona estará gastando 48 horas de su valioso tiempo 12 veces al año. Además, cada vez que llegue a hacer su trabajo en la capital de nuestro país lo hará cansado y desganado.
La primera recomendación es tener acceso a información certera y fehaciente, para calmar los ánimos. Al año se venden 3800 millones de pasajes de avión en todo el mundo y la tasa de siniestralidad es ínfima en relación a lo que sucede en otros medios de transporte.
"Donde hay información negativa y convicciones falsas armadas con pensamientos distorsionados conviene colocar información positiva y racional, que habla de la excelencia del avión. Es el mejor medio de transporte inventado por el hombre", señaló, tiempo atrás en una entrevista el psiquiatra Claudio Pla, especialista en la materia, escritor de libros al respecto y encargado de brindar cursos para quienes padecen aerofobia.
Es sus charlas Pla hace referencia a la necesidad de contar con la información necesaria y saber, por ejemplo, que una turbulencia es un hecho normal y que no representa el menor riesgo para el vuelo. Otras de sus consejos pasa por la preparación del viaje: "Hay que llegar descansado y con tiempo al avión, habiendo comido y sin hambre. Con algún distractor. El mejor distractor, para mí, es la música, aunque la lectura también ayuda. También conviene buscar algún libro con técnicas de relajación".
Pla recomienda utilizar piezas musicales que generen ánimo, como Carrozas de Fuego de Vangelis, o como la Marcha Triunfal de Aída. También los temas musicales de la películas de Rocky pueden servir como aliento.
Por otra parte, pueden ser de ayuda los cursos de relajación, respiración y demás técnicas que permitan evitar los pensamientos negativos.
Lo cierto es que las estadísticas son contundentes y muy favorables al traslado aéreo. Guiarse por los números es un buen consejo para los aerofóbicos, sumado a los cursos que proliferan, los tutoriales de YouTube e incluso algunas apps de celular para quienes viajan con miedo.
Habiendo tanto material disponible, no quedan excusas. Volar es la mejor forma de expandir un negocio. Y las herramientas para superar el miedo a los aviones están al alcance de la mano.
