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Religión

Se realizó un nuevo Tinkunaco, el encuentro del pueblo en La Rioja

Como cada 31 de diciembre los riojanos se reunieron para conmemorar, a través de la fe, el pacto de paz que sucedió en las Pascuas de 1593 entre los conquistadores españoles y los diaguitas que habitaban La Rioja.

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El Tinkunaco forma parte de las fiestas de verano de San Nicolás de Bari | Gtlza. Gobernación de La Rioja

La celebración tiene su origen en un hecho trascendente de la historia de un pueblo, transmitido de generación en generación y convertido luego en parte de la liturgia gracias a la intervención de la Iglesia. Este camino se inició hace 430 años, cuando los diaguitas se rebelaron contra el poder colonial instaurado apenas dos años antes de la mano del conquistador español Juan Ramírez de Velasco.

La celebración del Tinkunaco, que en quichua significa “Encuentro”, forma parte de las fiestas de verano de San Nicolás de Bari, el patrono de La Rioja, que comienza los días previos con la novena en su honor en la céntrica Catedral y tiene su punto culminante con el encuentro entre los santos y el Divino Niño Jesús Alcalde, para luego culminar el 3 de enero con la despedida de las figuras religiosas por las calles adyacentes a la plaza 25 de Mayo.

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Durante el Tinkunaco se recuerda un pacto de paz realizado en las Pascuas de 1593 entre los conquistadores españoles y los diaguitas que habitaban La Rioja, ya abordados por los incas y en pleno desarrollo de las Guerras Calchaquíes.

Los habitantes de esta zona se rebelaron ante el poder español representado por algunas familias de los conquistadores y estuvieron a punto de pasar a la batalla, pero fue el sacerdote Francisco Solano quien intercedió para evitar la confrontación.

En respuesta a la imposición que cada años realizaban los españoles de una nueva figura que cumpliría las funciones de alcalde, los diaguitas confiaron cada año esa tarea en el Divino Niño Jesús, que se convierte en Alcalde de la Ciudad durante los tres días de esta fiesta anual.

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Medio siglo más tarde, fueron los jesuitas quienes retomaron de estos hechos la historia como parte de su práctica evangelizadora y dieron origen a la celebración popular y secular.

Recién en los años 70, con la prédica del obispo riojano Enrique Angelelli, se comenzó a utilizar el nombre de Tinkunaco para denominar a esta fiesta, resaltando, además, el origen popular de la celebración.

Quintela: “Lucharemos para que no queden desprotegidos en manos de un mercado que no regula más que su propio bienestar”

El gobernador, Ricardo Quintela, quién participó de la ceremonia indicó: “viví este tinkunaco con mucha emoción” porque “este es un tinkunaco muy particular ya que compartí con mi hermano de toda la vida, Armando Molina, él con su responsabilidad como intendente, yo como gobernador, y estoy muy orgulloso".

"Es distinto por eso, y porque aprendimos mucho del tinkunaco, de sus orígenes, de cómo se manifestaba antes. Cada día tenemos que armar un nuevo tinkunaco, espontáneo, con la gente, siempre con ese abrazo cargado de amor, de fraternidad, de esperanza y aunando esfuerzos para trabajar por nuestra comunidad”.

“Ante la finalización del año 2023 y el comienzo del 2024 quiere decirle a las y los riojanos que aunque tendremos un año difícil deseo y confío sea positivo. Tengo mucha fe y esperanza, que me viene de la fuerza y el amor del pueblo. Lucharemos por la defensa de nuestra provincia y nuestro país para que no queden desprotegidos en manos de un mercado que no regula más que su propio bienestar”, expresó. 

Por último afirmó: “Es importante que haya un Estado presente que pueda garantizar que no haya posiciones dominantes de aquel que tiene el poder por sobre el que no lo tiene. Unidas y unidos saldremos adelante”.

Así se vivió una verdadera fiesta religiosa y de fe, donde miles de riojanos manifestaron su compromiso con la paz y el agradecimiento por el año transcurrido.