En una reciente entrevista televisiva, Ricardo Fort se convirtió en el primero de los herederos de esa familia en aclarar qué vínculo los unía a Encarnación Ruiz Ruiz, más conocida como Aschira. Allí, dijo que ella no era la amante de su padre sino la segunda mujer de Felipe, su abuelo. Esta historia era conocida en algunos ámbitos y, en los 90, la propia astróloga fue invitada a contarla en Indiscreciones, el programa de chimentos que conducía Lucho Avilés todas las tardes.
Pero no pudo ser porque, según relató a Perfil un integrante de ese ciclo, al día siguiente del anuncio de la historia, el departamento comercial de la emisora recibió de la empresa FelFort la amenza de retiro de la pauta comercial no sólo del programa sino del canal. Así, Aschira tuvo que guardar su historia de amor por lo menos por una década.
Amor y boda. Aschira y el abuelo de Ricardo Fort se conocieron en Madrid, en un viaje que él hizo en un intento desesperado por borrar el dolor que le había causado el extraño suicidio de Felipe, su hijo mayor.
“Ojo que no quiero hacer un circo de todo esto. Sólo quiero mostrarles, por primera vez, el acta de casamiento que certifica el amor que aún le tengo a mi Felipe. No fui su amante, fui su esposa fiel y compañera. La realidad es que yo no quería casarme pero él insistió. Con mi amor, tuvimos a María Paloma Fort que, como consta en su partida de nacimiento, lleva el apellido Fort y ahora vive en Londres”, asegura Aschira, bajo la promesa de no dar más detalles de su vida junto a este hombre que le llevaba treinta años y que la trajo desde España a la Argentina, cumpliéndole la promesa de casamiento.
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