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Daniel Barone

Daniel Barone: “Me interesa mucho la sensibilidad femenina”

La serie de producción original de Netflix, Envidiosa, llega a su exitosa tercera temporada, nuevamente con el protagónico de Griselda Siciliani. El director del suceso argentino celebra desde Madrid las nuevas características y habla sobre las vicisitudes que vive el personaje de Vicky y su universalidad.

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Autor. Barone dirige la tercera temporada de Envidiosa, aportando sensibilidad, ritmo emocional y experiencia narrativa. | GZA Alina Schwarcz / NETFLIX

Desde Madrid, su actual residencia hasta enero, el director Daniel Barone anticipa las características de la tercera temporada de la serie Envidiosa que se ve por Netflix, desde el 19 de este mes. Contesta con la misma cordialidad que lo caracterizó cuando estuvo al frente de las más importantes producciones nacionales de Pol ka, desde su aparición como director en Poliladron hasta todas las creaciones que llevaron la firma de Adrián Suar.

Al elenco original encabezado por Griselda Siciliani, junto a Esteban Lamothe, Pilar Gamboa, Violeta Urtizberea, Marina Bellati, Bárbara Lombardo, Lorena Vega y Susana Pampín, se suman ahora: Agustín Aristarán, María Abadi, Sebastián Wainraich, entre otras sorpresas.

—¿Cómo definirías a esta nueva temporada de “Envidiosa”?

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—Tiene muchos matices o capas. Me parece que la columna vertebral es que Vicky, la protagonista estuvo dos temporadas en busca de un deseo y cuando lo logra por muchos motivos no le alcanza. Entonces genera más inseguridades. Como meta la construcción de una pareja no deja de ser la unión de dos individuos. En el plano de la comedia Envidiosa y Vicky son una bomba de tiempo. Tiene una estructura y un ADN muy profundo. Se puede se puede hacer comedia con un contenido sólido, de identificación de mujeres y hombres, del público en general. A mí uno de los hilos que más me gustó fue encontrar a alguien que cree en el amor romántico y rodearlo inteligentemente de un entorno que no es así. En esta temporada descubre que los problemas del individuo no los va a solucionar una pareja y si vos estás en pareja y crees que lo va a solucionar un hijo, tampoco. Las personas estamos rotas y si no nos arreglamos, nada va a suplir lo que es la construcción del individuo.

—¿Cómo analizaste las temporadas anteriores?

—La primera la vi como espectador por placer porque ya estaba acá en España trabajando, pero no quise perderme una serie con Griselda (Siciliani), Lorena (Vega) y Pilar (Gamboa) y me gustó mucho. La segunda temporada ya la vi por trabajo porque había decidido venir a filmar en Argentina. No lo dudé, para mí estar con este elenco que adoro era un placer. Con Griselda tengo una historia marcada que no la va a borrar el tiempo y que viene desde cuando hicimos Para vestir santos. Fue en nuestra primera juventud y nos dejó muy marcados. La filmamos en un momento de nuestras historias que fue importante. Creo que con Envidiosa nos sacamos el gusto de volver a trabajar juntos. Hoy ella está muy sólida, con una carrera internacional detrás. Con Esteban Lamothe fue un reencuentro, como con Pilar Gamboa. A todos los conozco, aunque a nivel actoral son distintos, imprimen en la pantalla, ponés las cámaras y la rompen.

—Dirigiste capítulos de series que tuvieron varias temporadas como “Elite” u “Olympo”. ¿Cómo se trabaja en estos casos?

—Primero me había gustado el trabajo que hicieron en la dirección tanto Gabriel Medina como Fernanda Heredia en las anteriores temporadas de Envidiosa. De por sí había un trabajo anterior que me gustó, pero sobre todo y principalmente, los guiones de Carolina Aguirre. Aquí cambia radicalmente de rumbo. Se soluciona un gran conflicto que ocupó a Vicky en las temporadas anteriores, que fue esa búsqueda del amor romántico. Logró tener una pareja y estar con Matías. Por fin pareciera que la calma viene a su vida, pero hay un pase de tiempo de seis meses, con otros elementos. Tuve la oportunidad de tener una nueva mirada con respecto al material por la cantidad de cambios que se daban.

Envidiosa

—En esta temporada aparece una escena donde Griselda Siciliani –Vicky– despliega su formación en la danza: ¿fue idea tuya?

—Quise meterme un poquito en el punto de vista de Vicky, sus fantasías y materializar sus temores. El guión es una partitura donde los directores confiamos. Es una lectura, cuando ella se alegra por una noticia me pareció una linda manera de imaginarnos que bailara. También al ser una tercera temporada pude asumir riesgos de sumar elementos nuevos. Griselda estuvo de acuerdo y le dimos para adelante. Hay varias secuencias donde trato de meterme en la cabeza de ella.

—¿Qué fue más difícil dirigir, las escenas grupales o íntimas?

—Son dos tipos de trabajo, cuando está con la psicóloga Fernanda (Lorena Vega) la cámara queda fija. Es una elección estética, en este caso heredada, pero coincidí. Vengo de muchos años de hacer series intimistas. Después pasé desde Poliladron a hacer más acción como también en Mujeres asesinas. La quietud y la actuación son espacios donde me siento cómodo. Para mí son más difíciles las escenas multitudinarias, con despliegue, más que la zona intimista de la serie.

—¿Te estás transformando en un director del mundo femenino? Dirigiste “Locas de amor”, “Mujeres asesinas” y “Guapas”.

—(Se ríe) Agregá El fin del amor. Me interesa mucho la sensibilidad femenina. También estoy signado, tengo dos hermanas y tres hijas. Las mujeres me rodearon toda mi vida. Creo que el tiempo hizo que mi acercamiento al mundo femenino sea natural. Me interesan mucho sus conflictos. Al ser hombre puedo ejercer la autocrítica y poner en los personajes masculinos a quien observa mi propia masculinidad.

—¿Pasaste de ser un director de Polka a trabajar para las plataformas?

—Netflix está haciendo un gran trabajo en la región y sobre todo en Argentina. Es un privilegio que hayan elegido a la República Argentina para producir y sacar adelante películas y series. Después de Polka trabajé en Star+, Amazon y en HBO Max. Por suerte pude recorrer todo el espectro de las plataformas. Me siento muy cómodo en este momento trabajando para Netflix y me parece que es muy serio el apoyo que le da a las ficciones. Toda su gente está absolutamente vinculada al arte, como Erika Halvorsen o Mariana Gamboa, son novelistas, guionistas, hicieron series y eso ayuda mucho.

Griselda Siciliani confirmó la cuarta temporada de Envidiosa tras el éxito de la tercera entrega: "Cuarta y última"

—Estudiaste teatro con Raúl Serrano: ¿quisiste ser actor?

—Ser actor fue mi primera vocación, lo que pasa es que no era bueno. Desde los inicios me di cuenta. Fui compañero de Diego Peretti. Con Serrano veíamos todo el realismo norteamericano. Mis compañeros me llamaban e iba a los ensayos de ellos a dirigirlos. Abandoné la actuación en la misma escuela. Eso es ser autocrítico. Privé al mundo de tener un mal actor ahí dando vueltas por los teatros.

—¿Estudiaste cine en la embajada de la Unión Soviética en la Argentina?

—Sí. Fui compañero de Adrián Caetano, ambos pasamos por ahí. En esos tiempos Jorge Polaco y Pablo César daban clases y me anoté. Inclusive había proyectores de 35 mm que mandaban desde Rusia.

—Ya no hay producciones en la TV argentina y las ficciones llegan de la mano de las plataformas…

—Eso es un tema. Un poco recorriendo el mundo, te das cuenta que la televisión abierta sigue estando. Ahora que estoy en España veo que hacen megaproducciones, de hecho estuvieron nominadas tres novelas españolas para los Premios Emmy. Más allá de lo que implica para el público en general, la industria se ve muy beneficiada, al tener tres o cuatro canales que hacen series de más de cien capítulos. Creo que la industria estaría mucho mejor.

—¿Vivís en Madrid? ¿Cómo hacés para compartir trabajos en Argentina?

—Por ahora estoy en Madrid con algunos proyectos, moviendo algo de contenido propio y después veo si vuelvo a Buenos Aires a filmar. Tengo muchas ganas de volver a dirigir sobre un escenario, porque conocí bastantes actores españoles en las series que hice y me entusiasma hacer proyectos teatrales.