Esteban Lamothe decidió pasar el verano en Buenos Aires. Alquiló una casa con pileta en las afueras de la Ciudad para empezar el 2019 alejado del cemento porteño en compañía de su novia, Katia Szechtman, y de Luis Ernesto (5), el hijo que tuvo fruto de su relación con la actriz Julieta Zylberberg. Federico Amador maneja la posibilidad de viajar unos días a Mendoza o Corrientes con su mujer Florencia Bertotti y sus dos hijos, Vito (12) y Ciro (9), con la idea de alimentar la pasión y conciencia naturalista aunque está coordinando fechas de salida con su pareja. A los actores se les nota el “modo verano”, el bronceado, y la escasez de nervios o expectativas por el estreno de Campanas en la noche (este lunes a las 22.30), porque todo está supeditado a que los ochenta episodios de la nueva tira de Telefe ya se grabaron durante todo el 2018.
“Es una ventaja, me gusta más, porque es una maniobra un poco obsecuente con el público cambiar la tira mientras que está al aire. Esto es muchísimo mejor, se puede hacer retomas, en diciembre hicimos escenas del capítulo uno o dos y eso te da muchas ventajas artísticas”, cuenta Lamothe, de 41 años. Amador conoce la tranquilidad de finalizar un trabajo actoral y luego verlo en pantalla como sucedió con Amar después de amar, la ficción sorpresa del 2017. “Además, da continuidad laboral, muchas ficciones al no medir las dan de baja y no laburás contra los números o contrarreloj y eso se traslada a la pantalla”, suma el actor de 43 años.
—¿Las tiras de aire se tienen que parecer cada vez más al formato series?
AMADOR: Sí, es eso o morir. A nosotros como industria nos levanta la vara. Por supuesto que afuera tienen otros presupuestos, pero hay que ir por ese camino, si no, la televisión de aire desaparecerá.
LAMOTHE: Se pueden hacer unitarios de 11 episodios de calidad y también una tira de ochenta episodios de calidad, como sucedió con ADDA o Avenida Brasil, y da ganas de que los productores quieran invertir en novelas largas, con buenos guiones, y capítulos cerrados antes de estrenar.
"Soy medio raro, no sé qué políticos se van a presentar", (Amador)
AMOR Y VIOLENCIA. Campanas en la noche es una historia romántica con algunas dosis de policial y thriller. Amador es Luis, un hombre acusado injustamente por un asesinato y cambió de identidad para proteger a su hija. En su mudanza y nueva vida se enamora de Luciana (Calu Rivero), la profesora del secundario nocturno. “Yo como padre haría también cualquier cosa por mis hijos y sin titubear”, confiesa Amador. El personaje de Lamothe, Vito, es golpeador, violento, oscuro, perverso que somete psicológicamente a su novia Luciana. “Me pareció divertidísimo hacer de malo, yo venía de hacer de héroe en las novelas y ahora soy un malo diabólico, cochino inmundo, morboso. Vi lo que hice y disfruté mucho del trabajo logrado”, agrega el ex protagonista de Las Estrellas.
ME TOO ARGENTINO. “Es un momento incómodo para todo el mundo porque los grandes cambios generan mucha controversia, y todos estamos expuestos porque estamos revisando nuestras vidas, la forma de pensar sobre todo en relación a las mujeres, al género, y es una bendición para la sociedad”, opina Lamothe. Al consultarlo sobre qué pensaba del “linchamiento mediático” a Juan Darthés que aseguró su abogado Burlando sin previa sentencia de un juez, Lamothe no duda: “Es la manera que encontraron las chicas de expresarse y hay que respetarla y hay que bancársela. Cortísima. En el medio, como en todo cambio, habrá injusticias, va a costar caro este cambio de paradigma social, se van a romper cosas, a todos nos va a costar algo porque estábamos acostumbrados a una cosa que ya no va más y todos vamos a sacrificar algo, tanto los hombres como las mujeres”.
—Calu Rivero volvió a la televisión tras su salida de “Dulce amor” y posterior denuncia de acoso a su ex compañero Darthés, ¿cómo fue el encuentro en el set con Calu? ¿Cómo trabajaron las escenas íntimas que se verán en la tira?
L: Yo nunca había trabajado con Calu, la conocí acá, y nunca pensé en todo eso, la traté con el mismo respeto y cariño con la que trato a todas mis compañeras. No es que decía: “Tengo que hacer una escena con Calu y tener que...”. No, es una compañera que respeto, que es divina, y que tuve intercambios como con cualquier compañera, no lo contemplé nunca.
A: No es algo que uno se ponga en la cabeza de decir: “Lo que pasó o lo que no pasó”. Yo no viví de cerca lo que pasó, lo tenía de oído, pero no es algo que me afecte en el día a día laboral. Somos actores que hacemos escenas y trabajamos en base al libro y al director. No solo con Calu, sino con todas las mujeres siempre fue con respeto.
"No es que decía: 'Uy, tengo que hacer una escena con Calu'". (Lamothe)
—Año electoral después de tres años de crisis económica y con una polarización que no se fue con la llegada de Cambiemos, ¿cómo ven el panorama?
A: Soy apolítico. Me gustaba escuchar a amigos muy kirchneristas y me deleitaba escuchándolos, sin juzgarlos, para nutrirme, y lo mismo me pasa con la gente que está muy a favor de este gobierno. Nos falta escucharnos. Si sos K, lo contrario es rival y te anulo, si sos Cambiemos, lo mismo, y si no tomás partido, sos tibio. Hay que cambiar ese chip. Soy medio raro, no miro noticieros, no escucho la radio, entonces no sé quiénes son los actores políticos que se van a presentar. Al que gane ojalá que le vaya bien, porque en Argentina se ponen palos en la rueda al que asume, y eso es una mierda. Hay que cambiar el sistema, no sé, ser concejal por sorteo, y el que quiere llegar tal vez como votante no quiero que sea el que me represente.
L: En lo personal me deprime mucho el estado del país y me deprime mucho la elección que se viene por delante porque no veo un candidato que me represente. Acá sos Macri o K, entonces, lo ves con tristeza, veo lo que pasa en mi entorno, mi familia, hermano, primos, mis amigos, parientes, la gente que sale todos los días a laburar y le viene una boleta de luz impagable. A mí me va bien pero ésa no es la realidad. Lo más triste no es la actualidad, viene mal de hace tiempo, tal vez desde que se fundó la Argentina. Trato de hacer política desde mi lugar, en pagarle bien a mi empleada, le pago bien, la tengo en blanco y trato de poder aumentarle el sueldo cuando gano dinero. Hay que empezar por casa.
El sueño de trabajar con Clint Eastwood
Federico Amador persigue una conciencia naturalista y ecológica desde que era adolescente. “A los 15 años era activista de Greenpeace y salía por las calles a pintar paredes”, revela el actor. Desde hace diez años empezó a estudiar y viajar por el país para aprender aún más de la fauna nacional, una pasión que lo llevó a convertirse en conductor y narrador de los documentales Planeta Tierra 2, en Discovery 7 Channel, y Hacia lo salvaje, en Telefe. “Hay mucha ignorancia sobre la naturaleza del país, estamos metidos en el consumo, en la ciudad. Acá tenemos especies tan maravillosas como las de Africa”, asegura Amador.
A Esteban Lamothe le gusta dirigir y escribir videoclips o cortos. “Hice uno que se llama El bosque que lo hice solo, lo gestioné con presencias en boliches, porque el corto tiene una escena que es cuando voy a una disco. Después tengo una película que escribí con un amigo que voy a empezar a aplicar a los fondos del Incaa, está supercomplicado el tema de los subsidios, espero que en dos años pueda filmarla”, anhela. ¿Y Calle Corrientes? “En los últimos años, las cosas que me ofrecieron no podía aceptarlas o no me gustaban. Tengo un hijo y estaba haciendo novelas, a la noche me gusta estar en mi casa”.
—¿Ven ficciones argentinas?
LAMOTHE: Veo películas, no miro series ni ficciones argentinas, excepto las que hago yo al comienzo para saber cómo va. Vi el documental de Orson Welles en Netflix, es fascinante. Y vi un peliculón en Netflix que se llama Lazzaro Felice.
AMADOR: No miro. Miro más documentales y la BBC tiene a los mejores. La última serie que vi fue Narcos: México, me encantó, pero igualmente como El patrón del mal no hay, no existe mejor serie narco que ésa.
—¿Con qué directores de afuera les gustaría trabajar?
L: Con Alice Rohrwacher, me gusta mucho cómo actúan en las películas de ella, con Tarantino y Clint Eastwood.
A: Clint Eastwood, tiene 88 años, un monstruo.
