El director neozelandés Peter Jackson, a cargo de la saga de El Señor de los Anillos, no dirigirá una nueva adaptación de la obra de Tolkien, The Hobbit. El anuncio de la precuela de la saga se realizó poco después de la exitosa realización de la trilogía pero Jackson, en realidad, se encontraba en negociaciones con el estudio New Line Cinema y recién ahora se supo que no la rodará.
Sin embargo, como Jackson y la productora no llegaron a ningún acuerdo, el director hizo el anuncio en un sitio de internet dedicado a los fanáticos del mundo creado por J. R. R. Tolkien – Theonering.com– y que fue citado por uno de los medios referentes de la industria, el Hollywood Reporter. Más tarde se conoció por el comunicado publicado en el sitio, que Jackson –junto a su socio Fran Walsh– sugirió que un ejecutivo de New Line Cinema los llamó a informarles que el estudio realizaría El Hobbit sin él.
Por su parte, uno de los representantes de New Line Cinema, Robert Pini, sostuvo que no tenía comentarios para hacer con relación al anuncio. La empresa, que tiene los derechos para producir la primera parte de la saga que llevó adelante Jackson, comparte con la Metro-Goldwyn-Meyer los derechos para distribuir la cinta.
Jackson llevó adelante la saga de Tolkien a la pantalla grande, con una exitosa trilogía que incluyó El Señor de los Anillos: El Retorno del Rey (2003) –por la que ganó el Oscar a Mejor Director–, El Señor de los Anillos: Las Dos Torres (2002) y El Señor de los Anillos: La Fraternidad del Anillo (2001).
El director neocelandés, de 45 años, está considerado como un maestro de los efectos especiales y también fue el encargado de la última adaptación al cine de la mítica King Kong, durante el año pasado. Con todo, la película no alcanzó el éxito de taquilla mundial que sí se llevó la trilogía de El Señor de los Anillos.
Además, el anuncio se produjo en medio de una disputa entre Wingnut Films y New Line Cinema sobre el pago que recibió Jackson por La Fraternidad del Anillo. El año pasado, el diario New York Times citó a los abogados del director al decir que la suma era de hasta 100 millones de dólares por debajo de lo que su cliente merecía.