La ciencia ficción es una manera de tratar de explicar lo inexplicable”, dice William Shatner, quien alguna vez fue el Capitán Kirk, el legendario personaje de Star Trek, la franquicia nacida en la serie de los años 60 que se ha ido definiendo como una de las series más humanistas de la historia del pop y su reinado actual. Tiene casi 90 años, y después de décadas de tropezar con aquel legado y hoy lucirlo con estilo, sabiduría y, por suerte, cariño (después de una carrera musical bizarra, de series y films, de cientos de convenciones para fans), ahora conduce Inexplicable, por el canal History. Un show que el canadiense define, sin equivocarse, como “una serie documental que presenta hechos que no podemos explicar. El mundo es una fuente de misterio”. Entrevistas, material de archivo, ideas sobre lo extraño, lo misterioso, aparecen en el show que se da todos los sábados en el horario de las 22.35. Y siempre aparece ese rol, Kirk, que representó en series y films y que en este momento en que hay una serie de Star Trek como Picard, la nueva encarnación de la creación de Gene Roddenberry, no se puede evitar preguntarle si volvería a interpretar al famoso personaje: “Si me pidieran que hiciera del Capitán Kirk otra vez, eso significaría que estaríamos filmando otra vez. Y estaría tan feliz de que estén todos allá afuera, filmando y trabajando, que probablemente diría que sí.”.
—Me gustaría saber cuáles son los misterios favoritos en tu vida, sobre todo considerando tu pasado, tu leyenda y tu actualidad conduciendo el programa “Inexplicable”.
—Bueno, la vida después de la muerte. Ese misterio me interesa definitivamente. Soy un hombre anciano (risas). Pero nunca sabremos la respuesta a ese misterio. Me encantaría creer que es cálida y extravagante y que llegamos a ver a todas las personas que murieron durante nuestra vida. Pero no estoy seguro que así sea. Creo que mi sistema de creencias es parte de un continuo, mi continuo, y todos estamos unidos en este círculo maravilloso que vemos en el cielo, un círculo de destrucción y creación.
—Tu paso por la saga de “Star Trek”, desde sus comienzos en los años 60 hasta las charlas en Comic-Con, te ha hecho una gran parte de la cultura pop. Y la cultura pop forma una gran parte del mundo hoy en día. ¿Cuál es tu opinión de este fenómeno que hoy excede al que solía ser su público habitual y ahora maneja la agenda mundial a la hora del entretenimiento?
—La cultura pop es lo que es popular en un momento dado para un determinado número de personas. Tan simple como eso. No es algo que, en mi opinión, sea tangible. Un grupo de personas de 15 años piensa de una manera, y un grupo de gente de 45 años piensa otra cosa. Así que la cultura pop varía según el momento pero también entre grupos etarios. Así que no es algo específico tangible, que puedas tocar. Es lo que es popular. Y como animador, siempre estoy tratando de encontrar exactamente aquello que define lo popular.
—Pero hay fenómenos que atraviesan edades y países, y “Star Trek” es uno de ellos…
—Parte de la cultura pop que de hecho atraviesa diferentes grupos etarios es Star Trek, sí, pero eso lo veo también en los ratings de Inexplicable. Atravesamos toda la demografía y eso es interesante porque incluso los niños se preguntan cuál es la respuesta a los relámpagos en los bosques de Venezuela o qué pasó con esa civilización que es tan energética y que tuvo tantas construcciones en la alejada región de Mesoamérica.
—¿Había algún misterio que te intrigara mucho cuando eras chico?
—Soy un chico de ciudad, de Montreal, Canadá, y recuerdo visiblemente, como sucede en muchas ciudades con luces, la forma en que el cielo oscurecía. No se veían muchas estrellas. Y fue cuando tenía 12 o 13 años que fui a acampar, y esa primera noche que estaba afuera, y que no había otras luces más que las del cielo, me senté sobre un tronco y me recosté hacia atrás para observar el extraordinario despliegue de estrellas en el cielo, y recuerdo haber estado abrumado por el misterio de las estrellas. Ese es uno de los misterios originales que el hombre experimenta. Cada civilización ha mirado a las estrellas y se ha preguntado y ha generado ideas, avances, desde esa intriga.
—¿Qué pensás que aporta “Inexplicable” al eterno debate de ciencia y religión?
—En mi opinión, no creo que haya ninguna contradicción entre ciencia y religión. La religión es una cuestión de fe e implica tratar de encontrarles respuesta a preguntas que nunca tendrán respuesta, por ejemplo, la vida después de la muerte. La ciencia no dice que Dios no existe. La ciencia dice que mires a este imponderable misterio del que no tenemos respuesta, que algo tiene la respuesta para eso, pero que nosotros aún no la sabemos. Pero cada vez que encontramos una respuesta a un misterio, descubrimos un misterio más grande. Nos damos cuenta de cuán increíblemente inteligente es el universo y cuán inexplicable es. Y como no hay ninguna explicación, nosotros no ofrecemos una. El 95% del universo está hecho de algo que no podemos ver ni podemos entender. ¿Será Dios? ¿Es eso Dios? Puede ser.
—¿Cómo podría contribuir el Capitán Kirk a esta serie sobre lo inexplicable?
—La ciencia ficción imagina qué va a acontecer en el futuro. Pero, por supuesto, eso es inexplicable: mirá lo que está sucediendo con el coronavirus. ¿Quién lo hubiera pensado uno o dos meses atrás, mientras el mundo giraba y seguía siendo el mundo y había muchas personas haciendo cosas, mucha gente explorando? Y de repente, en una semana, ¡¡todo se detuvo!! El año 2020 será recordado por un largo tiempo por ser ese momento de la historia en el que todo se paró. Y después, por supuesto, el misterio está en dónde comenzó todo y cuánto tiempo más durará.
—¿Cómo creés que termina esta situación?
—Mi pensamiento es que todo va a estar bien y que en un corto período de tiempo volveremos a lo que pensábamos que era normal antes del virus. ¿Pero quién pudo anticipar el virus? Así que la ciencia ficción imagina el futuro, pero no sabemos qué traerá el futuro. Así que, en nuestra imaginación, explicamos las cosas a través de la ciencia. Imaginen si un día la ciencia nos permite llegar en un día a un lugar donde tardábamos 10 mil años en llegar. Hoy eso es parte de la imaginación, quizás algún día sea algo posible. Es inexplicable. Alguien podría hacer una serie sobre inventos que crearon escritores de ciencia ficción que tuvieron una explicación. Creo que la ciencia ficción desde siempre se hace las mismas preguntas que lo inexplicable nos hace.
—¿Todavía te preguntás por las estrellas cuando las ves?
—Sí, absolutamente.
Nuevo desafío para un clásico
—Como presentador, ¿cómo te describirías a vos mismo? ¿Como un gran escéptico o como un verdadero creyente?
—Como habrás escuchado, soy un explorador. El escepticismo es realmente bueno, hasta que encontrás los hechos, hasta que encontrás las respuestas. Y luego tenés que permitirte revisar los hechos nuevamente.
—Mencionaste la ciencia y el conocimiento que brinda y cómo hace que algunos misterios se vuelvan más claros para nosotros. Pero hay personas que igualmente todavía siguen teniendo su propia creencia o sus respuestas. ¿Por qué pensás que esto es así?
—Creo que hay personas que tienen creencias tan embebidas en sus mentes que no pueden aceptar nuevos hechos. Justamente ayer, porque estoy constantemente alimentando con ideas a la producción, hablé sobre por qué algunas personas reaccionan de formas diferentes a eventos inesperados. Una de las explicaciones para los diferentes comportamientos ante algo inesperado tiene que ver con tu pregunta de por qué algunas personas siguen creyendo algo frente a los hechos. Tanto que niegan esa evidencia. Creo que tiene que ver con que muchas personas, quizá no la mayoría pero muchas, son tan inseguras sobre ellas mismas y el mundo que las rodea, que la única seguridad que tienen es su sistema de creencias, que se les enseñó con cierta ignorancia. Y cuando esa ignorancia se abre ante un descubrimiento más inteligente, se sienten inseguras por ese conocimiento y forzadas a, por seguridad, resguardarse en su antigua forma de pensar y estar en contra de evolucionar.