Menos mal que Susana Giménez ya no tiene nada que ver ni sentimental ni societariamente con su ex pareja, el empresario uruguayo Jorge Rama porque, caso contrario, estaríamos hablando de otro caso que la hubiera salpicado, sin comerla ni beberla.
Es que si bien la diva de los teléfonos parece haber encontrado en su pasión por el poker y el juego a sus mejores aliados para olvidarse de Rama, éste no logra despegarse de las acusaciones que lo siguen vinculando con peligrosas redes del narcotráfico dedicadas, entre otras cosas, a la compra y venta de jugadores.
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