Omara Portuondo está de fiesta. Celebra sus setenta años de carrera musical (tiene 85 recién cumplidos) con un socio muy especial, Diego el Cigala, el excepcional cantaor flamenco, que la acompaña en un vasto recorrido por el repertorio que ha hecho famosa en todo el mundo a la cantante cubana conocida como “la diva de Buena Vista Social Club”.
En la Argentina, la celebración se dividirá en tres conciertos: uno en Buenos Aires (el próximo viernes en el Luna Park), uno en Rosario (domingo 6 en el Centro de Convenciones City Center) y uno en Córdoba (martes 8 en Quality Espacio). “Ante todo, disfrute –promete la veterana artista cubana para su paso por el país–. Disfrutar es importante para el ser humano porque la vida es complicada. Estos conciertos son para bailar y pasarla bien”, señala.
Este año, Portuondo vivió una situación muy particular: se convirtió en la primera artista asentada en Cuba que actuó en la Casa Blanca en más de medio siglo, luego de la normalización de relaciones entre Estados Unidos y Cuba anunciada en diciembre del año pasado. Siempre reacia a hablar de política, la cantante sostiene que “la música es algo universal, que no tiene fronteras, es como la naturaleza, está por encima de las diferencias”. En el concierto de la Casa Blanca, que duró apenas veinte minutos y se llevó a cabo en un escenario improvisado en la Sala Este del edificio, hubo muchos invitados (se conmemoró el fin del Mes de la Herencia Hispana en todo el país), pero Barack Obama llegó tarde y sólo pudo saludar a los músicos cubanos. “Es una nueva etapa de la relación entre Cuba y los Estados Unidos, un país con artistas que admiré siempre –dice Omara–. Cuando era joven, recuerdo haber visto en el Tropicana a Nat King Cole. Tomaba un buen trago de whisky antes de salir al escenario. Y luego caminaba hasta el piano cantando algo a capella. Fue una gran escuela para mí toda esa época”.
Buena Vista Social Club era el nombre de un club muy popular de La Habana y sirvió de inspiración para bautizar a la famosa agrupación musical creada en los 90 por Juan de Marcos González y el guitarrista estadounidense Ry Cooder, quienes invitaron a una buena cantidad de músicos cubanos tradicionales a sumarse. Luego llegaron el conocido y nominado al Oscar documental del cineasta alemán Wim Wenders y el boom planetario.
En los shows de la Argentina estarán presentes músicos de gran experiencia, como el trompetista Guajiro Mirabal y el trombonista Jesús Aguaje Ramos, apoyados por otros más jóvenes, pero también muy reconocidos, como el pianista Rolando Luna. “Después de un largo tour internacional en 2014, decidí continuar para mantener la hermosa manera de vivir inmersa en la música”, remarca Portuondo, quien además se dio tiempo este año para participar como invitada especial del nuevo disco de Ana Moura, una de las figuras más relevantes del fado portugués en la actualidad. “Soy una enamorada de la música, ése es mi gran secreto”, sostiene la veterana cantante. “Mi objetivo es perdurar en el tiempo a través de las canciones, seguir encantando con esa misma receta”.
Un amor con ritmo
Omara Portuondo y Diego el Cigala coincidieron por primera vez en el escenario en 2014. La intensidad del encuentro fue tal que sintieron la necesidad de profundizar el vínculo con una gira. Bautizada Adiós Tour, la gira terminará en la Argentina y también está anunciada como la despedida de Buena Vista Social Club. Ya en 2016, Portuondo continuará su carrera solista, iniciada en 1959 con el álbum Magia negra, que incluye versiones de That old black magic y Caravan, de Duke Ellington. Pero su definitivo salto a la popularidad mundial se dio en 1996, cuando fue invitada a las sesiones de grabación de Buena Vista Social Club para el sello World Circuit y cantó el famoso bolero 20 años con Compay Segundo. Considerada por la prensa especializada como la “Edith Piaf cubana”, cantó tanto en los famosos cabarets de La Habana como en el Carnegie Hall de Nueva York y el popular festival de Glanstonbury. En 2008 editó dos discos: en uno compartió créditos con la brasileña Maria Bethania y el otro, titulado Gracias, fue la excusa para una gira destinada a celebrar sus sesenta años de trayectoria artística. Hoy, a los 85 años, Omara sigue festejando y de gira.