ESPECTACULOS
J.J. Abrams

“No hubo estrategia en mi carrera”

El director de En la oscuridad: Star Trek asegura que los superhéroes de hoy permiten comprender la modernidad. Cree que en Hollywood no existen las “apuestas seguras”.

Hitos. Dirigió a Tom Cruise (quien lo convocó) en Misión imposible 3. Es uno de los creadores de la serie Fringe. Sin embargo, en todo el mundo es principalmente reconocido como “el que inventó Lost”,
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Su majestad geek en el instante donde el mundo tiene mentalidad de fanático de series, cómics y memorabilia –gentileza de Hollywood y su fascinación por las franquicias recicladas– es, sin siquiera la más microscópica duda, J.J. Abrams (46). Heredero directo de Steven Spielberg a la hora de conjugar Hollywood y sus pecados con una idea enamorada de la narración y creador de la sagrada serie de culto Lost, es hoy no sólo el responsable de la recién estrenada nueva adaptación de Star Trek al cine (revitalización de la que es responsable directo), En la oscuridad: Star Trek, sino que su nombre ha sido designado responsable de la otra franquicia galáctica que genera casi tanto merchandising como la Iglesia Católica: La Guerra de las Galaxias. ¿Star Trek y Star Wars por la misma persona? ¿Una persona que charla con Spielberg o con Tom Cruise (quien lo dejó dirigir Misión: Imposible III y le pide consejos para las próximas Misión: Imposible)? ¿O con Kathy Kennedy, quien alguna vez fue asistente de Spielberg y lo llamó, primero en el ‘82, para pedirle que editara los Super 8 que Spielberg había filmado de niño y después durante el rodaje de Star Trek para ofrecerle La Guerra de las Galaxias?
Abrams comenta: “Sé que suena a mucho, y sinceramente lo es. Pero no puedo frenarme, porque el instante en que me quedo quieto dejo de entender todo lo que me está pasando. Obvio, soy sólo la cabeza de un equipo gigante de gente, pero la forma en que el entretenimiento de Hollywood ha cambiado permite que estos relatos, que mi forma de creer en estos relatos, sea algo buscado. Pero ni por un instante me lo creo”.
—Revitalizaste la saga “Star Trek” y se viene una nueva “Star Wars” en 2015. ¿Ganaron los nerds?
—¿Sabés qué siento en ese sentido? Obvio que entiendo cuando se habla de infantilización de Hollywood, pero no lo comparto. Creo que Hollywood se aferra a relatos clásicos, como los superhéroes o viejas series, para entender el mundo moderno. Hay una apuesta media segura, pero nada es seguro en Hollywood. Quiero decir, un relato ya comprobado, te permite medir los límites de la modernidad en Hollywood, donde la nostalgia deviene corrosiva. Creo que eso ha logrado que la gente entienda a los superhéroes, incluso aquellas personas que nunca irían al cine a ver a Superman. Los superhéroes, al fin y al cabo, son nuestra forma de entender nuestra modernidad, son nuestro western.
—¿Cómo puede ser que hayas logrado cumplir casi todos tus sueños de la infancia? “Star Wars”, hacer una película sobre el Super 8 y tener el celular de Spielberg?
—No hubo estrategia alguna en mi carrera. Nunca quise crear un corpus de trabajo que puntualmente dijera algo, o defendiera ciertos productos, o legitimara nada. Digo esto porque a veces se me toma por alguien con un plan esquemático que quiere convencer al mundo que, no sé, Star Trek es increíble. Creo que las películas pueden ser increíbles, cualquiera de ellas. Y que para hacerlas no tengo que tener todos los muñecos de esa serie, sino un sentimiento, sincero, que sale de adentro, que me haga preguntarme si sería un desafío hacerla, si podría lograr que sea un buen entretenimiento.
—”Star Wars”… ¿soñaste alguna vez con eso?
—De hecho, la primera oferta para dirigir la nueva trilogía la rechacé. Me daba miedo, y aparte estaba muy en el proceso de la primera Star Trek y pensaba que no podía traerle nada nuevo a la saga. Pero después me puse a recordar mis sentimientos primarios con la saga, de la cual sí soy fanático, y además empecé a pensar en cómo se acusa a la saga a veces de haber mutado para peor a Hollywood. Recuerdo decir las palabras Star Wars en voz alta, sin saber siquiera qué era, seis meses antes del estreno e impresionarme. Tenía 11 años y creo que Star Wars creó una posibilidad expansiva en el cine. Y la idea de poner algo ahí se me hizo irresistible.
—Pero “Star Wars” y “Star Trek”, sobre todo considerando lo Spielberg de la segunda “Star Trek”, ¿cómo evitar que se parezcan si llevaste “Star Trek” al terreno de la aventura física?
—Pensé muchísimo en eso. Quizás más que nadie en el planeta. Me cae simpático que sea inevitable referirse a ciertas formas del cine (el comienzo de En la Oscuridad: Star Trek yo sabía que iba a leerse como guiño a Indiana Jones y el templo de la perdición). Y pienso que Star Wars posee temas, sensaciones, ideas de la ciencia ficción que son en extremo distintas. Una es más ciencia ficción, la otra es una mezcla de western y medievo. No pude decir que no, no pude. Sé que se ve raro, se ve como que tengo el monopolio del espacio: hasta yo lo siento raro. Me imagino el resto del planeta. Habré tomado la decisión más inteligente de mi vida o la más tonta. Ya veremos. Sea lo que sea, será un acercamiento desde un lugar sincero.