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Entrevista

Thelma Fardin: “Primero la calle y después llegan las leyes”

La actriz estrena Anaïs, el deseo consumado sobre la escritora provocadora, no sólo por su literatura sino también por su vida.

Thelma Fardin
Thelma Fardin | Instagram

Quizás pocos recuerden que nació en Bariloche y que desde muy pequeña vive en Buenos Aires. Se inició como actriz en la televisión, alcanzando popularidad con Patito feo. Hoy Thelma Fardin elige el teatro independiente y todos los viernes a las 22 protagoniza Anaïs el deseo consumado de Lázaro Droznes, junto a Julián Belleggia, Esteban Coletti, Fiorella Camji, Emiliano Díaz, Alfredo Martin y Joaquín Nin, con dirección de Virginia Lombardo. Están el teatro Border, en Godoy Cruz 1838. Se la asocia con agrupaciones como Actrices Argentinas y su militancia a través de los emblemáticos pañuelos verdes, apoyando la ley del aborto. Dice: “Creo que lo que más ganamos es a nivel de consciencia. Aquí primero estamos en la calle y después llegan las leyes”. 

—Anaïs Nin fue considerada iniciadora de la literatura erótica. Vinculada sentimentalmente con Henry Miller, con su esposa (June Mansfield), con sus analistas y también con Antonín Artaud. ¿Cómo te acercás a una intelectual fallecida en 1977?

—Me generó la idea de no atarme, ni buscar la imitación. Lo que propone el autor, Lázaro (Droznes) es un recorte de su vida. Había leído algunos de sus textos, pero no conocía hasta ese momento sus diarios. Luego leí algunos, ya que son muy difíciles de conseguir.

—¿Su vida se anticipó a lo que hoy llamamos poliamor?

—Creo que el poliamor -como lo concebimos hoy- debe haber consentimiento entre las partes. En el caso de Anaïs, estuvo casada con Hugo (Guiler) y como aparece en la obra, él sufre. Por lo menos en la versión que nosotros quisimos contar ella no es muy equitativa, juega, seduce y aparece la resignación de su marido.

—¿La definirías como feminista?

—Muchos lo dan por hecho. Creo que en esa época ser rebelde e irruptiva la colocaría ahí. Pero para mí el feminismo no es reclamar los mismos privilegios de los varones, ni reproducir prácticas que son violentas. Entiendo que para ese tiempo podría serlo, pero no siento que ella hubiera tenido esa lectura de sí misma. Esas décadas fueron tiempos de probar, también el psicoanálisis, todo lo que le permitía experimentar. 

Thelma Fardín
Thelma Fardín. Foto: Instagram

—En este siglo XXI se sigue asesinando mujeres, incluso por no usar un velo…

—Creemos que avanzamos. Pero cuando ves los números en nuestro país donde se mata a una mujer cada treinta horas sólo por su sexo, o en México cada dos, asustan. Nos asombramos de lo que sucede en otras culturas, pero aquí en Argentina no conseguimos erradicar el chineo, que es una práctica aún vigente en el norte de nuestro país. Los “criollos” inician sexualmente a las niñas de once años. Hay que visibilizarlo. 

—El año pasado acompañaste a la película La estrella roja al Festival de San Sebastián: ¿qué recuerdos te dejó?

—Me sorprendió mucho la gran recepción para todo el cine argentino. Es evidente el gran cariño hacia nuestras realizaciones. La película está filmada como un falso documental y siento que es un material muy actual. No sé si el guionista y director, Gabriel Lichtmann, la leería como un film feminista, pero en cierto sentido lo es. 

—¿Te sentís más segura en el mundo audiovisual que en el teatral?

—Disfruto actuar en cualquier ámbito. Siempre sentí que nuestro país tiene una producción teatral irrepetible, pero más aún en el off. Cuando viví en otros lugares de habla hispana, me di cuenta que no existe esta cantidad de escenarios. 

—¿Fantaseaste con quedarte a vivir en otro país?

—Experimenté en otras ciudades, siempre con la suerte de trabajar de lo que me gusta. Estuve dos años en México, también en España, Italia y Uruguay. Después de vivir en otros lugares elegí Argentina. Aunque quizás hoy por mi agotamiento a nivel personal, por el rol social que me toca, quisiera correrme y estar donde no me conozcan