Una mujer sin estrategias

Los deportistas suben y bajan las escalinatas de la Facultad de Derecho de la UBA sin cesar. Ni el calor ni el sol los detiene. Pero, en cuanto la espigada figura de Carolina Peleritti se acerca al edificio para la sesión fotográfica, parecen buscar cualquier excusa para frenar unos segundos. Atarse los cordones –que ya estaban atados–, cambiar la música del Mp3 o tomar un poco de agua fresca son los pretextos ideales para lanzar miraditas de reojo. “ Es que me traje un tapado muy poco discreto”, dice la bomba sexual de los 80 en un gesto de exagerada humildad. A días de haber estrenado ¿Quién dice que es fácil?, de Juan Taratuto (No sos vos, soy yo), y esperando el lanzamiento de XXY, la ópera prima de Lucía Puenzo, Peleritti asegura que por fin ha dejado atrás su pasado de modelo.

—Este es tu primer protagónico en cine. ¿Te gustó el resultado final?
—Estoy muy contenta. Esta película fue muy importante para mí porque me dio la posibilidad de desarrollar un personaje en el tiempo. Recibí el guión hace casi dos años y desde ahí empecé a trabajar, a observar cosas de la realidad, a explotar sus matices. Me enamoré de este papel desde el principio.

—Andrea, tu personaje, es una mujer muy liberal que se enamora de Aldo (Diego Peretti) un hombre muy conservador y prejuicioso. ¿No crees que eso pasa sólo en las películas?
—No, yo me enamoré de personas muy distintas a mí. El amor es complementario. En el film ellos son antagónicos: él no se banca que ella no sepa quién es el padre de su bebé y ella no tolera que él esté metiendo el dedo en la llaga todo el tiempo con ese tema. Pero, si bien son diferentes, ambos están solos.

—Imagino que haber estado durante semanas con una panza de embarazada y “actuar” un parto te habrá movilizado muchas cosas...
—Todo el tiempo. Antes, durante y después. Por eso digo que fue una película muy importante. El personaje tiene una energía muy fuerte porque está transitando un momento muy especial en su vida, que es el embarazo. Además me hizo reflexionar sobre algo: uno a veces en la vida piensa que tiene todo controlado para ser feliz y en realidad no es así. La película fue muy movilizante para mí como actriz y como persona.

—¿Te dieron ganas de ser mamá?
—Estaba poseída. Soy canceriana y el tema de la maternidad lo tengo siempre a flor de piel. La energía de los niños para mí es algo muy cercano. Por eso, cuando recibí el guión me enganché rápido. En cuanto a lo de las ganas, siempre digo que lo mejor está por venir... ¿quién sabe?

En ascenso. Desde que empezó su carrera como actriz, Carolina Peleritti ha trabajado con Norma Aleandro (en La señorita de Tacna) y Eliseo Subiela (en El lado oscuro del corazón) y ha pasado por el teatro, la televisión y el cine.

—Hace un tiempo que te alejaste de la tevé. ¿Fue por una elección para no desgastarte trabajando doce horas por día o por una especie de fobia?
—No es ninguna estrategia. Las cosas se fueron dando así. El teatro me dio la solidez para empezar. Después vino la tele, que también era un desafío. No es una forma de orientar mi carrera. Lo que sí trato es de no hacer dos cosas al mismo tiempo, y en mis decisiones siempre prevalece que mi elección se incline a proyectos buenos y que me presenten un desafío.

—¿Es difícil mantener la popularidad sin estar en tevé?
—Creo que no pasa por ahí. Obviamente, es un lugar de trabajo que llegan a mucha gente, pero también llegan el teatro y el cine. Aunque, claro, la televisión es más masiva. Igual, tampoco aspiro a eso.