El Gobierno argentino puede celebrar la conclusión de la Cumbre de Líderes del G20 y contabilizarla como un éxito diplomático. El Presidente Macri tuvo la posibilidad de dirigir las reuniones, mantener entrevistas bilaterales y crear oportunidades para profundizar las relaciones políticas y económicas en un lapso de tres días que merecen una alta ponderación. La organización cumplió con las expectativas.
El documento llamado de consenso refleja los acuerdos pero también los disensos. No es fácil sintetizar en cuatro carillas la voluntad de los veinte miembros de continuar trabajando sobre temas que son relevantes para la comunidad internacional como trabajo, salud, educación, innovación y tecnologías, financiación de infraestructura, seguridad alimentaria, igualdad de género, políticas monetaria y fiscal, sistema financiero internacional y la condena al terrorismo.
La Declaración indica en su Punto 26 la necesidad de lograr un sistema impositivo internacional justo y sustentable basado en reglas, y en especial sobre acuerdos impositivos y normas para evitar la transferencia de precios. El párrafo reconoce la importancia del inicio del intercambio de información automática sobre las cuentas financieras y la adopción de medidas contra las jurisdicciones que no hayan implementado los criterios de transparencia con el fin de evitar la evasión impositiva. El punto 29 encara el problema de combatir la corrupción y la aprobación del Plan de Acción 2019-2021 y el aval a los Principio para Prevenir la Corrupción.
Macri, en el cierre de la Cumbre del G20: "La OMC tiene el desafío de modernizarse"
El punto 20 refleja el compromiso de 19 líderes sobre el Acuerdo de París y el 21 la discrepancia de los Estados Unidos. Este país explicita su decisión de retirarse reafirmando su compromiso con el crecimiento económico y el acceso a todas las fuentes de energía y tecnología protegiendo al mismo tiempo el medio ambiente. El punto 27 reconoce la contribución del sistema multilateral de comercio pero aclara que no cumple con los objetivos. La reforma para mejorar el funcionamiento de la OMC fue apoyada por unanimidad.
El problema inmigratorio es tratado en los puntos 16 y 17 sin medidas concretas y sin referencia a la decisión de los Estados Unidos de retirarse de los trabajos preparatorios del Pacto sobre protección de los derechos de los inmigrantes en el marco de las Naciones Unidas o del Consejo de Derechos Humanos. El punto habla de encarar “las raíces del problema del desplazamiento y responder a las crecientes necesidades humanitarias” pero ignora qué hacer ante la situación actual. El punto 23 menciona otra vez la revisión de las cuotas del FMI y el compromiso de completar los trabajos antes de la próxima reunión plenaria del organismo en 2019.
El Comunicado del G20 refleja la decisión de los líderes de alcanzar un documento y no profundizar las diferencias. Este documento debería compararse con el aprobado por el BRICS unos días antes donde se formula una fuerte defensa del sistema multilateral y crítica al proteccionismo y a las medidas unilaterales. El objetivo de este grupo es “promover un orden mundial democrático, representativo, justo, equitativo y equilibrado”. El BRICS incluye una crítica a la política monetaria de los Estados Unidos denominada “normalizadora” que ha creado una extrema volatilidad en los países emergentes y llama a una mayor coordinación para prevenir los riesgos del contagio. Con referencia a las cuotas en el FMI enfatiza la necesidad de revisar la metodología para permitir una mayor representación de las economías emergentes y en desarrollo. La presentación que hace el BRICS de estos temas está ausente del Comunicado del G20.
El mundo sigue andando y mañana es probable que cada país retome sus posiciones intransigentes para defender sus intereses. El G20 constituye un modelo de trabajo y su perfeccionamiento demorará todavía muchos años para encarar en forma decidida y conjunta los problemas actuales. El Comunicado con sus más y sus menos representó un esfuerzo valedero en momentos en que emergen tendencias antiglobalizadoras con posibilidades de acceder al gobierno que reniegan de esta forma de trabajo.
