“No les ha tocado tiempos fáciles”, decía Borges en un escrito a los jóvenes estudiantes, quizás nos podemos preguntar cuándo serán fáciles.
¿A partir de esta reflexión, la pregunta es: ¿qué pasa a partir del 9 de agosto?, ¿qué se mide como resultado?, ¿solo si es ley o no la despenalización y legalización del aborto?
Sea cual fuera el resultado, lo trascedente es que se ganó: en primer lugar, porque se puso en agenda, a pesar de que esto jamás se debió discutir, la vida, quizás algo que desde lo científico o jurídico ya estaba discutido o probado, se manifestó.
La palabra vida estuvo en los discursos, ya sea a favor o no, en todos los discursos, se habló de la vida, tal vez en unos pautando toda vida o en otros solo la vida de la mujer.
Pero ganaremos todos también, si después de ese día, empezamos hablar que es deber del estado, cerrar los lugares clandestinos, nadie está a favor de esto, es deber del estado cuidar y proteger a las minorías, trabajar sobre la sexualidad responsable, debemos quitar el peso que cae sobre la mujer, está claro que somos la que ponemos el cuerpo y sobre eso hay que educar a la sociedad entera, que si debemos estar, por favor con la mujer en situación de pobreza, no hablar por ellas, estar con ellas.
Debemos atender a los embarazos no deseados de los adolescentes, dándoles una respuesta más superadora, para no quedar en un número como registro, debemos y es prioridad trabajar sobre un programa de pro sociabilidad, que se imparta desde la educación básica, para prevenir las situaciones de violencia sexual, la violencia familiar, la muerte por femicidios, debemos impulsar mecanismos eficientes para acelerar los procesos de adopción y el trabajo con familias sustitutas.
Debemos avanzar en la construcción de un estado, solidario y que convoque a todos los profesionales necesarios para erradicar la niñez en riesgo.
La educación debe anclarse como el único valor sustentable, para trabajar la prevención primaria, estar en el antes, no seguir legislando sobre lo que acontece, sino evitar los daños insalvables de las decisiones que son tomadas en situaciones forzosas, es mucho más económico legislar para evitar, que hacerlo para enmendar.
Pero si se perderá, si la sociedad queda polarizada y llevada a un enfrentamiento de colores, la vida no tiene ese valor, debemos juntarnos, debemos sumar el activismo, pero para escucharnos, para estar y construir un estado diferente, el debate que ocasiona divisiones no es serio, porque no es debate, es monologo, hubo un gran esfuerzo, de muchos profesionales, dando su mirada, que sería bueno, seguir convocándolos.
Pero por favor, estamos a tiempo de hacer acciones, de pensar que el día después nos encuentre a unos y otros trabajando por lo que nos une, construyendo una nación diferente.
*Decana, Facultad de Psicología y Psicopedagogía USAL.